La juez dejó anoche en libertad provisional con cargos a los cinco detenidos en relación con la desaparición hace ya más de dos años de la pareja de la parroquia viguesa de Cabral. La cifra de arrestados se amplió ayer en uno ya que la quinta persona que buscaba la Policía Nacional en relación con este caso, y que se considerable clave para la investigación, se presentó voluntariamente en el juzgado. La decisión de la juez, que se conoció tras casi doce horas de toma de declaraciones, se adopta tras una investigación de meses que se complicó y torció en los últimos días debido, al parecer, a la falta de datos concluyentes para relacionar a los apresados con lo que le ocurrió a Francisco Fernández Golpe y María Victoria Méndez aquel trágico 3 de diciembre de 2004.

La de ayer fue una de las jornadas más maratonianas que se recuerdan en los juzgados. Y también una en la que los interrogatorios se desarrollaron en un clima de mayor secretismo debido al malestar de la juez por la repercusión que tuvo este operativo. A media tarde incluso se prohibió el acceso a la prensa al edificio judicial. Y a todo esto se unió un amplio despliegue de integrantes de la UDEV central, el grupo especializado de la Policía Nacional de Madrid que asumió el caso. Entre los presentes ayer había responsables de esta unidad policial.

Los detenidos, custodiados por numerosos agentes de paisano de la unidad madrileña, llegaron a primera hora de la mañana procedentes de la comisaría de López Mora y comenzaron a declarar ante la titular del Juzgado de Instrucción Número 4 poco antes de la una del mediodía. Casi doce horas después, cuando ya pasaban unos minutos de la medianoche, la juez comunicó el auto en el que dejaba en libertad provisional, con obligación de comparecer cada quince días, a todos los arrestados. La causa sigue bajo secreto de sumario, lo que impidió conocer a qué cargos se podrían enfrentar.

Aunque en un principio sólo estaba previsto que prestasen declaración los cuatro apresados el pasado martes, en torno a las siete de la tarde se presentó de forma voluntaria en el juzgado la persona que la Policía Nacional buscaba desde hacía varios días por considerarla, según pudo saber este periódico, "clave" para la investigación. Este vecino de Vigo llamó por teléfono al juzgado para comunicar que se trasladaría hasta allí y poco después llegó acompañado por una abogada. Al parecer, alegó que desconocía que lo buscaban y que en ningún momento nadie lo citó para presentarse ante la autoridad judicial.