La investigación abierta por la Guardia Civil para esclarecer la procedencia de los restos humanos hallados en el vertedero de residuos urbanos de Lousame se mantiene abierta a todas las hipótesis, si bien ayer se centraba en personas desaparecidas y posibles ajustes de cuentas.

En principio había pocas pistas, pues no se contaba con denuncias por desaparición en Ames y sus inmediaciones, ni tampoco en Arousa y O Salnés, donde se realizaron algunas pesquisas.

Una de las alternativas que cobraba fuerza es que se trate de un secuestro realizado hace meses.

Uno de los casos sin resolver es la desaparición del joven vilagarciano Fernando Caldas hace ya dos años, que fue secuestrado cuando circulaba con su vehículo en la parroquia de Bertamiráns, en el municipio de Ames de donde procedían los restos. Por aquella desaparición fueron detenidos varios jóvenes relacionados con las nuevas generaciones del clan de "Los Charlines", si bien ninguno sigue en prisión por los hechos.

El buen estado en que se encontraban las partes de la pierna recuperada en la planta de reciclaje de Lousame, plantea serias dudas de que correspondan a este joven, pues las investigaciones apuntan que pudo fallecer el mismo día de su secuestro, si bien su cuerpo nunca fue hallado. En el caso de los restos hallados ahora, todo indica que se trata de una persona que habría muerto unas 48 horas antes.