Hace hoy exactamente dos años que Francisco y María Victoria desaparecieron sin dejar rastro. El caso de esta pareja de la parroquia viguesa de Cabral, cuyo coche apareció calcinado y con impactos de bala en un monte de O Porriño, forma parte de la larga lista de asuntos sin resolver de la ciudad olívica. Pero a pesar de que todavía no hay respuesta para la principal incógnita, la de dónde están, la investigación ha ido dando frutos. La Policía trabaja ya sobre la hipótesis de que fueron víctimas de un asesinato y que el encuentro entre la pareja y los presuntos criminales no ocurrió en la zona donde se encontró el vehículo, sino en un lugar distinto. El turismo, según fuentes conocedoras del caso, sería trasladado con posterioridad al monte de A Risca.

Lo último que supo la familia sobre esta pareja es que se iban a ir con unos amigos a pasar el puente de la Constitución en los Pirineos. Pero algo ocurrió el 3 de diciembre de 2004 que trastocó trágicamente estos planes. Uno de los datos que avalarían que no desaparecieron voluntariamente es que detrás de sí dejaron una importante cantidad de dinero. Las mismas fuentes apuntan que en su casa viguesa había una cantidad superior a los 50 millones de pesetas. Los registros también permitieron hallar una cartuchera de revólver.

Una de las principales pistas de los agentes que llevan este caso es el Wolkswagen Golf que apareció totalmente quemado y tiroteado. Todo apunta a que la pareja pudo ser asesinada por tiros de escopeta, desde el exterior del vehículo. Sin embargo, hay un agujero de proyectil cuya dirección va desde dentro a fuera del coche, que podría corresponder a un revólver, con lo que, siempre según las mismas fuentes, no se podría descartar que intentaran defenderse desde el interior.

La pareja regentaba un negocio de venta y taller de coches. La casa en la que residían en Cabral sigue precintada y las familias no tienen acceso a ella: únicamente al exterior para dar de comer a los perros. El caso, que a pesar del tiempo transcurrido sigue bajo secreto sumarial para las partes, fue asumido en primer lugar por la Guardia Civil, pero en la actualidad lo lleva una brigada especializada en secuestros de Madrid. La investigación continúa.

La alarma saltó cuando el Wolkswagen Golf de la pareja apareció en un monte de Porriño con orificios de bala. El hallazgo se produjo varios días después de su desaparición y era la primera pista de que no se habían ido de forma voluntaria. La zona de A Risca donde estaba el vehículo fue rastreada, primero por los agentes y después por sus familiares. La búsqueda se hizo incluso con aparatos especiales de la Universidad de Vigo y, hace apenas unos meses, se excavó ese entorno bajo supervisión de policías de Madrid.