La consternación que el asesinato de la viguesa Elena Calzadilla Eugui, de 40 años y jefa de azafatas de Iberia en el aeropuerto de Peinador, causó en la parroquia viguesa de Beade donde residía con su marido y sus dos hijos, quedó patente ayer por la tarde entre los numerosos amigos que acompañaron a la familia en el tanatorio "Vigomemorial" donde tuvo lugar un oficio religioso y la incineración de sus restos mortales.

El cuerpo sin vida de Elena Calzadilla fue encontrado en la casa de veraneo de Porto do Son por su marido, Ernesto Mouzo Barros, quien acudió allí preocupado por la tardanza de su mujer que había acudido por la mañana a recoger algunas prendas de verano ya que al día siguiente salían de viaje para disfrutar unos días en Canarias.

La investigación del crimen se centra en el entorno de la víctima. Así, la Guardia Civil ha comenzado a interrogar a amigos, familiares y compañeros de la fallecida. Dado que se se trataba de una persona muy conocida por su labor profesional, el número de testimonios a recabar es elevado, según ha trascendido.

Una de las primeras personas a las que se tomó declaración fue a su marido, Ernesto Mouzo Barros. Agentes de la Benemérita de A Coruña, encargados del esclarecimiento del asesinato, se trasladaron el martes hasta Vigo para interrogarle. Él fue quien avisó a la Guardia Civil de lo ocurrido tras encontrar el cuerpo sin vida de su mujer en el chalé Los agentes también se desplazaron al aeropuerto de Peinador para interrogar a compañeros de la fallecida.

Elena Calzadilla murió a consecuencia de los fuertes golpes que recibió en la cabeza con un objeto contundente. Los agentes descubrieron que el cristal de un ventanal estaba roto, aunque poco después perdía fuerza la hipótesis de un robo ya que la casa estaba en perfecto orden y no faltaba nada. La Policía Científica recogió en el lugar de los hechos distintas pruebas y buscó el arma del crimen. El hermetismo que rodea la investigación ha impedido conocer si ha sido encontrada. El juzgado de Noia ha decretado el secreto de sumario para evitar dar pistas al autor del crimen y la destrucción de pruebas.