Depresión bajo el tricornio

U.F. / VIGO

Bajas por motivos psicológicos y suicidios duplican en la Guardia Civil la media que existe en otras fuerzas de seguridad. En Galicia, con una plantilla de más de 21.000 efectivos, dejaron su puesto por esta causa el año pasado un total 185 agentes. Una cifra que se ha disparado en los últimos cuatro años, ya que en 2000 sólo se registraron 80 bajas, las mismos que tuvo la Policía Nacional durante todo 2004.

Por provincias, A Coruña registró 69 bajas el año pasado (se sitúa entre las siete primeras a nivel nacional). Le siguen Pontevedra con 49, Lugo con 37 y Ourense con 30, según datos de Interior en distintas respuestas parlamentarias.

En la provincia de Pontevedra es un "secreto a voces" dentro del Cuerpo que los cuarteles más afectados son los de A Guarda, Cambados y el subsector de Tráfico de Porriño.

Presión derivada de la naturaleza militar de la Guardia Civil, escasez de medios, turnos de trabajo sin descanso, relaciones tensas con los mandos, excesiva aplicación del régimen disciplinario y dificultad para conciliar la vida laboral y familiar, son las razones que esgrimen las asociaciones profesionales para explicar la situación.

El jefe del puesto de A Guarda ha sido denunciado por la asociación AUGC ante un tribunal militar por vejaciones constantes a sus subordinados (que han firmado una declaración jurada) y discriminación sexista a una guardia.

En Cambados los problemas se ven agravados por el narcotráfico. Los guardias civiles se sienten bajo "sospecha", y se saben "vigilados", no en vano varios se han visto imputados en causas judiciales por colaboración con los narcos. "El sueldo no es mucho y las tentaciones son fuertes", reconocen compañeros de los afectados.

El caso del destacamento de O Porriño no es ajeno a la situación que viven a nivel nacional los departamentos de Tráfico. De hecho, la AUGC denuncia que en la provincia de Pontevedra un 15% de la plantilla de este sector está de baja. Al déficit de medios, según la asociación profesional, se suma la tensión con los mandos.

El poco interés de los agentes por incorporarse al sector de Tráfico ha llevado a los dirigentes de la Guardia Civil ha cambiar las bases de acceso: los dos años de experiencia en el Cuerpo se han reducido a uno para ocupar plaza.

Acceder a datos reales de suicidios e intentos de suicidio, resulta más difícil. Al menos dos agentes acabaron con su vida el año pasado en Galicia. La propia Guardia Civil reconoce una tasa de 24 suicidios por cada 100.000 personas, que en la población civil es de 5,5. Un estudio interno recoge que desde 2002 se han suicidado 43 agentes y desde el año 2000, fracasaron en su intento 125 personas, 8 de ellas en 2004.

El plan de choque puesto en marcha por los responsables del Cuerpo no ha frenado el número casos, pese al teléfono de ayuda permanente habilitado para recibir asistencia. Las asociaciones de guardias civiles consideran insuficiente la medida: el problema no sólo es médico y el número de psicólogos resulta insuficiente para acabar con la depresión que se ha instalado bajo el tricornio.

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