Juzgan a un asturiano acusado de violar en Pontevedra a una mujer que paseaba a su perro

Redacción / PONTEVEDRA

La Audiencia de Pontevedra juzgó ayer a Jesús S. M., vecino de Gijón, acusado de violar a una mujer del barrio de Monte Porreiro en junio de 2003. En la vista, que se celebró a puerta cerrada, el procesado se declaró inocente y dijo que las relaciones habían sido consentidas. Mientras, la víctima lo volvió a identificar como su agresor por cuarta vez desde que ocurrieron los hechos.

El escenario de la agresión fue la carretera de acceso al balneario del Lérez desde el barrio de Monte Porreiro. Considera el fiscal que serían las nueve y media de la noche cuando la víctima, de mediana edad, paseaba por este lugar a su perro cuando fue asaltada por Jesús S. M., que en aquel momento tenía 43 años.

Tras rociarle la cara con un espray, el procesado la amenazó diciéndole que tenía una navaja y haciendo uso de la fuerza la violó en varias ocasiones. Además, se hizo con el bolso de la mujer del que robó 30 euros y un paquete de cigarrillos, según la versión del ministerio público.

La víctima de la violación presentó la denuncia correspondiente ante la comisaría, pero el presunto agresor no pudo ser detenido hasta cinco meses después.

Esta demora se debió a que Jesús S. M. es vecino de Gijón pero pasaba temporadas en el barrio de Monte Porreiro donde vivía un familiar. Presuntamente esta agresión sexual la cometió en una de sus estancias en Pontevedra.

Luego de cometerla abandonó la provincia para regresar a Gijón y no pudo ser detenido hasta que fue identificado por su víctima. A principios de noviembre, la mujer se lo cruzó por la calle y llamó a la Policía, pero cuando llegaron los agentes el presunto agresor no estaba.

Esta oportunidad se volvió a repetir en la madrugada del 9 de noviembre. La víctima se dirigía a su vivienda en compañía de su hijo cuando identificó a su supuesto violador en las proximidades del barrio de Monte Porreiro. En esta ocasión, los agentes detuvieron al hombre.

Esta identificación se volvió a repetir ayer en la Audiencia de Pontevedra en el transcurso del juicio, en el que el acusado mantuvo una versión contradictoria, según el fiscal.

En primer lugar dijo no conocer a la víctima de la agresión, para seguidamente reconocer que había mantenido relaciones sexuales consentidas con ellas.

Por su parte, la víctima reconoció al agresor sin dudarlo. Su versión está apoyada por pruebas tan contundentes como biológicas (ADN) que apuntan al acusado como el autor.

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