Equipos forenses continúan la identificación de los restos de los 160 ocupantes del avión colombiano que se estrelló el pasado martes en una remota zona de la región noroccidental de Venezuela.

El Gobierno panameño lamentó la tragedia y señaló que los 152 pasajeros martiniqueses eran descendientes de obreros que trabajaron en la construcción del Canal interoceánico.

Los grupos de rescate reanudaron ayer la búsqueda de los cerca de 80 cadáveres que aún faltaban por recuperar en los alrededores del lugar del siniestro. No obstante, el cónsul de Colombia en Maciques, Hernando Ariza, estimó que algunos de los cuerpos nunca podrán ser hallados.

Por otra parte, una misión de expertos del Organismo de Investigación de Accidentes de Francia (BEA) se trasladó a Venezuela para colaborar en los trabajos de clarificación de las causas del accidente, y la caja negra encontrada entre los restos del aparato será enviada a Francia para su examen, según han decidido las autoridades venezolanas.

Otro avión procedente de Caracas y con 221 pasajeros centroamericanos a bordo, que no pudo aterrizar en Managua, tomó tierra ayer sin problemas en San Salvador. En la operación de emergencia, ninguno de los viajantes sufrió percances, si bien la tensión vivida fue mayor debido a la presencia del reciente siniestro del avión colombiano que, a su vez, ha hecho aflorar una polémica en Francia sobre la insuficiencia de controles a las compañías aéreas extracomunitarias.