El vigués R.G.A., de 50 años de edad y vecino del barrio de O Calvario, fue detenido por una patrulla de la Policía Local por un supuesto delito de maltrato en el ámbito familiar. Y es que en sólo una jornada tuvo tres altercados con su ex mujer. Por la mañana, al parecer, la había agredido en la calle; a última hora de la tarde intentó atropellarla, aunque frenó antes de alcanzarla; y hacia media noche golpeó la puerta de la casa donde se había refugiado porque quería verla.

El caso se destapó sobre las doce de la noche, cuando el supuesto agresor esgrimía en plena calle un cuchillo de cocina de grandes dimensiones y amenazaba con matarse al grito de "me impiden ver a mi mujer". Un ciudadano que paseaba por O Calvario logró quitarle el cuchillo y llamó a la Policía Local.

Una mujer se acercó a la patrulla que se desplazó a la zona, les explicó que era amiga de la ex mujer de R.G.A. y que ésta estaba refugiada en su casa, pues el hombre la había agredido y se había puesto muy violento.

La versión de los hechos de la ex mujer del detenido resultó muy distinta a la que él dio. Manifestó que el jueves por la mañana se cruzaron en la calle y él le propinó un puñetazo en la cara, la tiró al suelo, la enganchó por el cuello y profirió numerosas amenazas de muerte.

Tras este primer encontronazo, por la tarde volvieron a coincidir. La mujer iba a cruzar un paso de peatones con el hijo de su amiga cuando su ex marido apareció con el coche. Eran las 21,30 horas y, al verla, aceleró aunque frenó antes de atropellarla, lo que no impidió que se llevara un gran susto.

Poco antes de media noche, el hombre se presentó en la casa donde estaba refugiada y, visiblemente alterado, con gritos y golpes en la puerta, intentó que le abrieran pues quería verla. Dado el estado de exaltación que presentaba y lo violento de su comportamiento, se negaron a abrirle y finalmente se marchó.

Se desconoce si al intentar que le abrieran la puerta del domicilio ya llevaba el cuchillo de cocina, con el que poco después amenazó con matarse en la vía pública.

La rápida actuación del transeúnte que le vio, y la intervención policial, permitieron descubrir las supuestas agresiones a que había sometido a su mujer en la misma jornada.