Maternidad y creación artística, una carrera de resistencia
Wöyza, Sheila Patricia y Abi Castillo cuentan cómo ha repercutido en su profesión dar a luz en un sistema y una sociedad que consideran que no «acompaña» a las mujeres artistas cuando deciden ser madres

Sheila Patricia da el pecho a su hija en el videoclip de «A Xeitosa». / Olalla Ferga

Inicia la conversación señalando que todavía tiene la «L», que aún es una madre en prácticas, puesto que su pequeño tiene poco más de seis meses, por lo que siente que todavía está empezando a explorar ese camino y todo lo que implica, tanto a nivel personal como a nivel profesional. No obstante, medio año ha sido suficiente para que Wöyza, nombre artístico de la cantante y compositora Sofía Trigo, ya haya detectado importantes obstáculos a la hora de combinar maternidad y carrera artística, en su caso, en la industria musical, a la que lleva vinculada desde los 18 años. Pionera y referente del hip hop soul y R&B en lengua española y gallega a nivel nacional, la artista afincada en Vigo analiza cómo ha repercutido en su trayectoria dar a luz en un sistema y «en un tejido social que no está hecho para acompañar a las mujeres en este proceso, ni siquiera está pensado para los bebés», afirma.
Uno de los primeros cambios a los que hace referencia Wöyza está relacionado con el propio cuerpo, ya que «no es el mismo, porque ni tus cuerdas vocales ni tu mente creativa funcionan al mismo nivel que antes. Tienes que asumir todo el cambio que se produce y aprender a ser una nueva persona. Esto es muy difícil porque ya sin ser madre pasa que la gente espera que sigas siendo la de siempre, es decir, yo empecé mi carrera muy jovencita y me tienen dicho eso de ‘no cambies nunca’, pero es que esa frase significa que ya puedes tener 20 años más que la gente espera de ti que seas la misma, porque en aquel momento se enamoraron de tu trabajo, pero es que tú evolucionas. Pues con la maternidad creo que todavía es mucho más difícil seguir manteniendo a la artista que esperan los fans de ti, tienes que evolucionar y si ellos evolucionan contigo, genial, pero si están esperando lo mismo de ti que hace 20 o 10 años, va a ser bastante difícil».

Wöyza con su pequeño, menor de un año, en un parque de Vigo. / Marta G. Brea
La intérprete se considera «una superviviente», y lo es, puesto que de su generación «ya no quedan ni ellos ni ellas. Quedamos muy pocos, pero yo con 41 años sigo estando en la música y me cuesta mucho sobrevivir, porque a nivel laboral sí que se te cierran puertas con la maternidad, es más, es que ya en el embarazo dejas de existir. Te dicen que como estás embarazada te vas a retirar... y hay artistas que están dos o tres años parados y no pasa nada, pero tú no estás ni un año y ya la gente cree que no es compatible música y maternidad».
La culpa es otro lastre al que Wöyza hace alusión: «Tuve que irme a Madrid cuatro días por trabajo, y sé que es lo correcto, pero al no poder llevarlo conmigo me entró esa culpa, siento un poco de ansiedad y eso no lo había sentido antes por nadie. Quien soy yo con él, todavía es algo que estoy descubriendo», comenta, añadiendo que, por otra parte, «estoy muy creativa, pero estoy trabajando con otros artistas. Y aunque lanzaré un disco en breve, que dejé listo antes del parto, no me estoy enfocando en lo propio porque necesito vivir este momento más que escribir, necesito alimentarme de él, pienso que lo siguiente tiene que reposar».
«Alguna productora, llevada por mujeres, sí se ha interesado en esperar a que esté operativa otra vez para darme trabajo»
En cuanto a los apoyos, Wöyza huye de la victimización, pero se pregunta: «¿Dónde está la gente que decía que me iba a apoyar? Resulta que cuando más necesitas, es cuando menos están, y no hablo a nivel de compañeros, sino de promotoras». Con todo, la artista asegura tener suerte, ya que «alguna productora, llevada por mujeres, por supuesto, sí se ha interesado en esperar a que esté operativa otra vez para darme trabajo, porque sí, del resto estoy olvidada totalmente». En este sentido, Wöyza analiza que «en la música se nota que cada vez hay menos madres, al menos en mi entorno de mujeres artistas no hay muchas que sean madres o que sigan con la música y que sean madres, y es normal. Es muy poético eso de que mis hijos son mis discos, pero cuando llega un bebé es otra historia, y también te pone los pies en la tierra».
Hace tres escasas semanas la cantante Sheila Patricia lanzó el tema «A Xeitosa», el primer aperitivo del que será su nuevo disco, ylo hizo acompañado de un videoclip en el que podemos ver a la artista dando el pecho a su hija. Y es que la maternidad es la nueva realidad que marca los tiempos de su carrera artística, «un camiño moi bonito que ten moitas renuncias», dice la intérprete.
Sheila Patricia habla claro sobre el impacto de ser madre en su profesión y menciona que «non é viable estar no mundo dos coidados e no mundo da produtividade. O sistema económico e a sociedade non acompañan neste proceso, e homes e mulleres non teñen as mesmas oportunidades á hora de ser pais e nais. Esta é a realidade que vivimos». La cantante gallega expone que, tras casi un año y medio «reconociéndose» como la nueva mujer que es tras la llegada de su primera hija, «afortunadamente estou nun punto con algo máis de luz, pero a soidade da artista solista, como é o meu caso, xunto co puerperio, pode acadar unha negritude esmagante. A nivel artístico, sacrificas esa parte en prol da supervivencia, e se estás sobrevivindo non podes explotar esa faceta. Sentarse nun escritorio a crear e atender a un bebé demandante de continuo, é moi complicado e moito máis se tes feridas do propio alumeamento».
«A soidade da artista solista, como é o meu caso, xunto co puerperio, pode acadar unha negritude esmagante»
Precisamente, en este sentido, la cantante relata que «a miña creatividade tivo que verse pausada máis dun ano e, previamente, estiven preparando os lanzamentos para que durante embarazo e posparto houbese material que compartir, e mira que contraditorio, porque aínda que en realidade estás facendo un acto de creación enorme, no meu caso vai máis dun ano de non creatividade. Tempo despois é certo que chega un reconectar, estou agora nel, malia que dous meses despois de que nacera a miña filla xa estaba preparando o novo espectáculo, no que a danza tamén me axudou a recompoñerme logo do parto, porque foi unha cesárea. Hai que reconectar en moitos eidos e na parte da creación hai que facelo cunha mesma, e iso dura o que dure».
Sobre los recursos disponibles para compaginar profesión y maternidad, Sheila Patricia cuenta que «a baixa de autónoma é escasa, non chega nin ao salario mínimo interprofesional, e eses ingresos dediqueinos a pagar parte do soldo da persoa que estaba facendo os labores máis prácticos que eu non podía asumir porque estaba cun bebé. Os recursos son malísimos, os fisios posparto son moi caros e non están cubertos pola Seguridade Social... queda moitísimo, o sistema non está feito para acompañar e se non tes un contexto persoal bo, realmente a maternidade pode desarticular por completo a túa carreira como artista, porque a nosa xeración quere seguir traballando, pero tamén estar presente nos coidados».
«Si é certo que se pechan portas, porque dende que son nai, a min ninguén me convidou nin a subirme a un escenario ou a colaborar no seu disco
Desde un punto de vista crítico, la intérprete apunta que «si é certo que se pechan portas, porque dende que son nai, a min ninguén me convidou nin a subirme a un escenario ou a colaborar no seu disco. Estou a duras penas traballando para sacar o meu e teño recibido chamadas nas que me din: ‘Ahora que ya estás trabajando...’ e resulta que eu levaba traballando xa dende hai un ano. Hai unha artista moi coñecida que foi nai e case ninguén o sabe, penso moito nela, no intelixente que foi. A min naceume do amor máis puro compartilo, pero como estratexia profesional non é a mellor opción, esta é a realidade que vivo, de feito, se algún día teño outra crianza, non creo que o leve de xeito tan explícito», concluye.
Reencontrarse en el taller
Han pasado ya tres años desde que la ilustradora y ceramista viguesa Abi Castillo trajo al mundo a una pequeña que puso patas arriba tanto su taller como su vida, y si bien asegura que en ningún momento había idealizado la maternidad, la artista reconoce que «si que pensei que me podería adaptar mellor ou que o bebé podería adaptarse á miña vida. A realidade é que foi máis semellante a un meteorito que chega e arrasa con todo, custoume moito o principio, ese inicio de convivencia entre a nai e a artista, por esa esixencia de querer facer todo ben, de ser capaz de todo... É algo que se leva facendo sempre e son consciente de que moitas nais saen adiante en condicións moito máis precarias que a miña, pero si que sentín esa presión de: por que eu non son capaz de compaxinar todo? Aínda que pensei que si, realmente a miña vida non estaba organizada para todo o que supoñía».

Abi Castillo con su hija de 3 años en su nuevo taller de Matamá / Jose Lores
Abi Castillo aún tenía entonces su taller a 45 minutos de Vigo y la artista explica que «aínda que é moi romántico para a parte artística, o alto da Franqueira no inverno é bastante hostil e en canto a transporte e comunicación con Vigo non está nada ben, polo que era moi complexo». Aquellas dificultades acabaron llevando a la ilustradora a trasladar su espacio de trabajo a la parroquia viguesa de Matamá, inaugurando el pasado mes de abril Ola Estudio Cerámico, en donde además de diseñar sus propias piezas también imparte clases regulares. En este sentido, la ceramista indica que «sempre vivín en Vigo e antes non me quedaba outra que ir e vir, pero é que agora teño a casa a cinco minutos, a escola a cinco minutos, o traballo a cinco minutos. Dende que abrín o taller en Matamá, todo é máis doado».
«A nivel expositivo notei unha seca moi grande. Non me sinto parte da roda, agora o meu ritmo é máis lento, pero é que tamén quero tempo de calidade coa miña filla»
Logística al margen, la maternidad para Abi Castillo ha supuesto un importante impacto a nivel económico, puesto que según cuenta la artista: «Tiven que deixar de producir ao meu ritmo de sempre, en parte por decisión propia, porque acordamos en parella que eu quedaría máis tempo na casa, pero porque tampouco teño a sorte de ter mans que me axuden acotío como ocorre noutros casos coa figura dos avós». Por otra parte, la ilustradora viguesa analiza que «a nivel expositivo notei unha seca de traballo moi grande. Non me sinto parte da roda, non sei se me preocupa ou non, pero non estou na onda de antes, o corpo tamén mo pide así, agora o meu ritmo é máis lento, pero é que tamén quero tempo de calidade coa miña filla».
Respecto a la parte creativa, Abi Castillo asegura que «dous anos e medio despois do nacemento da miña filla volvín a sentir que a miña mente volvía funcionar igual que antes en canto a ideas, motivación, enerxía. Custoume volver a encamiñarme». Si bien afirma que ahora mismo está empezando a disfrutar de una nueva etapa, la ceramista viguesa hace referencia a lo duros que fueron para ella los primeros momentos, señalando que «moita xente me comentaba que seguro que estaba esplendorosa a nivel de creatividade, pero foi horrible porque tiña o cerebro plano, era incapaz de xerar cousas novas, foi un cambio moi forte a nivel creativo e mental e, aínda por enriba, algunhas das miñas mellores oportunidades profesionais apareceron daquela».
Abi Castillo hace alusión así a la posibilidad de exponer su obra en una galería de Los Ángeles, una oportunidad que surgió justo al final de su embarazo y que la artista recuerda como una situación verdaderamente angustiosa, puesto que comenta que «foi horroroso, moi duro e moi frustrante, porque aquela oportunidade estaba sucedendo nun momento no que eu non daba para máis. Díxenme que ía sacalo adiante como que me chamo Abi e, aínda que finalmente foi moi exitoso e resultou moi ben, para min foi durísimo».
En cuanto a la soledad, la ilustradora confiesa que sí está presente, «porque é un proceso moi complexo e moita xente non o entende», y al mismo tiempo siente que «estar no taller é o único sitio que me recorda que sigo sendo o que son: traballadora, artista, artesá. Sinto que son a de sempre e que nada cambiou, que sigo sendo Abi», concluye la artista viguesa.
Suscríbete para seguir leyendo
- Marisco de Canadá, Portugal y Marruecos devuelve el producto gallego de la lonja al mar: «Hay gente que lo vende como si fuese de aquí»
- Condenan a un supermercado a indemnizar a 76 trabajadores gallegos por practicar «esquirolaje organizativo» durante una huelga
- Fortaleza de Chocolate en Portugal: la tentación más dulce de Valença regresa por Navidad
- Toralla prohíbe los pisos turísticos antes de la apertura de la isla a Vigo
- Oceanográficos tiran «cientos de kilos» de pescado al mar por el veto al quiñón
- Augas alerta al Concello ante el «riesgo de desabastecimiento de más de 400.000 personas» en Vigo
- El Concello de Vilagarcía cierra de manera cautelar un pub de la zona TIR
- La alta demanda para retirar el amianto de construcciones eleva meses la espera