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«Soy donante de todo, incluso de órganos, lo veo como una forma de ayudar»

Iván Rodríguez se hizo donante tras una charla en la facultad y ahora conciencia en colegios

Iván Rodríguez.

Iván Rodríguez. / Cedida

Belén Teiga

Santiago

No tenía familiares ni algún amigo cercano que hubiera necesitado un trasplante de médula ósea, pero, tras una charla en la facultad donde estudiaba, hace ya unos 15 años, Iván Rodríguez tomó conciencia y decidió dar el paso de hacerse donante. «No tengo detrás una historia impresionante, simplemente lo veo como una forma más de poder ayudar», relata el joven, que también forma parte de Asotrame, asociación a través de la que, ahora, conciencia a los más pequeños acerca de esta cuestión que puede salvar vidas.

«Soy donante de todo lo que puedo, incluso de órganos. Ya advertí que, si me pasa algo, quiero que mis órganos sirvan para otras personas», relata, a la vez que explica que empezó a donar sangre en cuanto cumplió la mayoría de edad. Para él, una de las de las grandes barreras en la donación de médula ósea es la falta de información que hay entre la ciudadanía y la falta de conciencia social: «Cuesta mucho empezar a este tipo de gestos y, en realidad, no cuesta nada hacerlo».

Rodríguez hace hincapié en que entrar en el Registro de Donantes de Médula Ósea, siempre que se cumplan los requisitos necesarios, «es muy sencillo» y, frente a los bulos, recuerda que, en el caso de que se acabe donando, el proceso «no es doloroso». La sensibilización, apunta, es uno de los temas pendientes en España, donde apenas un 1% de la población es donante de médula ósea, frente al 12% de Alemania, uno de los grandes referentes en esta cuestión.

Por ello, con Asotrame acude como voluntario a los centros educativao para explicar cómo es el proceso. «Igual ninguno se hace donante, pero, por lo menos, conseguimos que conozcan cómo es el proceso desde pequeños. Me gusta ir a explicarlo como persona que lo hice, transmitir que donar no es nada del otro mundo».

«Yo tengo un trabajo normal, una vida normal. Cuando me llamaron hice la donación y a los tres días ya había vuelto a mi rutina. Hay que pensar en eso, tú a los tres días va a estar haciendo tu vida normal, pero puedes estar cambiando la vida de otra gente», relata.

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