¿Cómo la asesina de ancianas accedió al domicilio de la mujer de A Coruña cuya muerte le atribuyen? La estrategia criminal de Remedios Sánchez
Remedios Sánchez cumple una pena de 144 años y llevaba casi 20 en la cárcel. En 2025, obtuvo las licencias para pasar unos días fuera de Teixeiro tutelada por la Pastoral Penitenciaria
Disfrutó la primera en A Estrada, con su hijo

Remedios Sánchez, cuando fue detenida por los Mossos d’Esquadra de la Travessera de les Corts acusada de asesinar a varias ancianas en Barcelona, el 4 de julio de 2006. / Joan Cortadellas (EPC)
G. Malvido / E. Carballo
En 2008, Remedios Sánchez fue condenada a 144 años y 7 meses de prisión por el asesinato de tres ancianas, por cinco delitos de asesinato en grado de tentativa, siete delitos de robo con violencia y uno de hurto. Unos hechos que cometió en Cataluña, entre el 10 de junio y el 3 de julio de 2006.
El Juzgado de Instrucción número 6 de A Coruña investiga si Remedios volvió a actuar el pasado 3 de octubre, durante un permiso penitenciario, ya que tiene pruebas de que una mujer de 91 años, vecina del número 95 de la avenida de Monelos, falleció de forma violenta presuntamente a manos de la interna.
Máximo de 25 años
Aunque la abultada condena haría pensar que esta mujer se pasaría el resto de sus días privada de libertad, el sistema español establece que el cumplimiento efectivo de su pena sea de un máximo de 25 años. Los internos, además, tienen la posibilidad de abandonar puntualmente la prisión durante periodos cortos de tiempo si cumplen una serie de estrictos requisitos en aras de facilitar su reinserción en la sociedad.
En el caso de Remedios Sánchez, que tiene ahora casi 70 años, esas exigencias se cumplieron y eso fue lo que llevó tanto a la Junta de Tratamiento como al juez de Vigilancia Penitenciaria a dar su visto bueno a que esta mujer pasase unos días en la calle, así como a la Fiscalía a no oponerse a que se le empezasen a conceder estos permisos a principios de 2025.
Las decisiones en este sentido se adoptan teniendo en cuenta criterios técnicos y legales siempre con el foco puesto en la reinserción social y aplicando procedimientos de control y de supervisión para evitar que los internos reincidan y sean condenados de nuevo.
En este caso, Remedios Sánchez había pasado ya privada de libertad casi veinte años, lo que supone tres cuartos de su condena, y mostraba un buen comportamiento en prisión, donde estaba integrada en el día a día de la cárcel, realizando tareas y participando en actividades, algunas de ellas, incluso, desde este mes de enero, organizadas fuera del centro y que duraban solo unas horas.
Cumplía los requisitos
Conforme a la legalidad vigente, la interna cumplía los requisitos exigidos para participar no solo en estas actividades tuteladas, sino también días enteros fuera de prisión. Fue por ello por lo que se le concedieron varios permisos para que, poco a poco y de forma progresiva, pudiese ir pasando más tiempo en la calle.
La primera licencia —de las dos que tuvo— para una salida programada la consiguió en enero. Algunas veces los internos hacen actividades, como interpretar una obra de teatro en un instituto, dar una charla o ir a limpiar una playa y la primera vez que se le permitió dormir fuera de prisión fue pasado ya el primer trimestre de este año. Entonces, se fue a A Estrada a pasar el permiso concedido de tres días con su hijo.
Tanto en esta salida como en las posteriores —hubo otras dos más, antes de la del 3 de octubre— se le impusieron medidas que cumplió, como que tenía que presentarse diariamente ante las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, regresar a Teixeiro antes de que expirase la licencia concedida o que, al estar bajo la tutela de la Pastoral Penitenciaria —una entidad religiosa— tenía que pasar la noche en el domicilio del que dispone esta organización para este fin y no en otro lugar.
De su última salida, de casi una semana en la calle, Sánchez volvió al centro penitenciario para ingresar en el Módulo de Mujeres, como había hecho en las ocasiones anteriores y, unos días después, acudieron agentes de la Policía Nacional a leerle sus derechos, a retirarle algunos de sus efectos personales y a comunicarle que estaba siendo investigada por un delito de homicidio y otro de robo, perpetrado contra esta nonagenaria vecina de Monelos.
Muerte violenta
Aunque el fallecimiento de esta mujer se trató inicialmente como una muerte natural, porque era una persona mayor que apareció sin vida en el baño de su vivienda —y la cerradura no estaba forzada, lo que dispararía ya las sospechas de que se había cometido un hecho delictivo—, finalmente, las pruebas apuntaban a que algo más había sucedido y se abrió una investigación.
El cuerpo de la víctima fue sometido a una autopsia que confirmó que la muerte había sido violenta. En 2006, Sánchez había asfixiado —o, al menos, intentado— a las ancianas y podría haber utilizado el mismo método en esta ocasión, intentando ganarse su confianza con excusas, como que necesitaba agua, o una tirita para una quemadura que se había hecho en el brazo. A pesar de que la instrucción del caso está bajo secreto de sumario, han trascendido algunos detalles como que los agentes consiguieron identificarla gracias a unas imágenes que sitúan a Remedios Sánchez en el lugar de los hechos. Los vecinos explicaron que la Policía Nacional les mostró una fotografía actual de Sánchez, con el pelo corto y cobrizo, en contraste con la apariencia que tenía en el juicio que se celebró en Barcelona, en junio de 2008.
Continúa en Teixeiro
Al estar ya cumpliendo condena en el Módulo de Mujeres de Teixeiro, la interna no pasó a los calabozos, sino que continúa en el centro penitenciario. Fuentes judiciales han precisado que la magistrada de Instrucción número 6 todavía no la ha llamado a declarar y que lo hará en el momento que lo considere oportuno, según vaya avanzando la investigación. La mujer está investigada no solo por homicidio, sino también robo, que podría haber sido el móvil del crimen.
Baja la reincidencia
Según un estudio sobre la reincidencia de las personas que han cumplido condena, realizado en España entre los años 2009 y 2019, la tasa de reincidencia en mujeres es de 13,56%, una cifra que baja al 10% en el tramo de 51 a 70 años, que es en el que se encuentra Remedios.
En el cómputo general, quienes vuelven a delinquir y a ingresar en prisión tras ser liberados son, mayoritariamente, hombres, por eso el total asciende a casi el 20%. En la presentación de los datos, el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, defendía que ocho de cada diez personas que han cumplido condena en España logran reinsertarse en la sociedad y no regresar a las instituciones penitenciarias.
Su estrategia criminal: engañar a ancianas y asaltarlas en casa
La Policía Nacional investiga si Remedios Sánchez, condenada en 2008 por matar a tres mujeres mayores en Cataluña, asaltar a otras cinco y hurtar dinero en la vivienda de una novena, fue la responsable de la muerte de una nonagenaria en la avenida de Monelos a principios de mes. La mujer, que cumple condena en la cárcel de Teixeiro pero que habría podido cometer el crimen durante un permiso, siguió la misma táctica durante la mayoría de sus nueve delitos: engañar a una anciana para que esta le permitiese acceder a su domicilio con diversas excusas, desde que traía un paquete a que necesitaba una tirita. Y, cuando estaban a solas, asaltarla con brutalidad, aprovechándose de su superioridad física, para apoderarse de dinero y joyas.La mujer, que fue condenada a 144 años y siete meses de cárcel y a la que ahora se investiga por homicidio y robo en Monelos, cometió los ocho delitos violentos en un periodo corto, entre el 10 de junio y el 3 de julio de 2006, cuando vivía en Barcelona. En su primer asalto ya asesinó a su víctima. Según la sentencia de la Audiencia Provincial de Barcelona que la condenó, la mujer asesinada, de 83 años, le permitió a Sánchez entrar en su domicilio porque la había conocido en casa de una amiga. Una vez dentro de la casa, la asesina, más joven y fuerte, la atacó con un cuchillo. La anciana trató de defenderse pero Sánchez, valiéndose de su superioridad física, la acabó asfixiando. Luego se llevó dinero y joyas de la casa. Replicaría la misma estrategia en el resto de asaltos, robo incluido, aunque no siempre con éxito.
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