Madrid planta cara a la LGTBIfobia: «Ni un paso atrás»

Madres orgullosas, familias y miles de aliados toman las calles de la capital para defender conquistas que son «derechos humanos»

Participantes en el Orgullo de Madrid 2025 con pancartas reivindicativas.  | / BORJA SÁNCHEZ-TRILLO

Participantes en el Orgullo de Madrid 2025 con pancartas reivindicativas. | / BORJA SÁNCHEZ-TRILLO

María G. San Narciso

Madrid

Madrid se convirtió ayer en la capital europea del Orgullo. Miles de personas vieron o transitaron en la jornada la gran marcha estatal en la que se celebraron los derechos, se gritó que «ni un paso atrás» y se dejó claro que son un muro para esa ola reaccionaria que se extiende como una sombra por buena parte de Europa. Fetejaron, pero también mostraron toda la rabia por el repunte de episodios LGTBIfobia en la capital y en el resto del país.

Asistentes a la marcha, ayer, en Madrid.  | / ALEJANDRO MARTÍNEZ

Asistentes a la marcha, ayer, en Madrid. | / ALEJANDRO MARTÍNEZ

Bajo el lema «20 años avanzando en derechos: Ni un paso atrás», que conmemoraba el aniversario de la aprobación del matrimonio igualitario en España, miles de participantes salieron a la calle para defender los derechos LGTBIQ+. Muchas personas pertenecían al colectivo, mientras que otras estaban allí para apoyar y para reivindicar una lucha que es de todos y todas.

Amparo (53) era el ejemplo. «Estoy aquí en nombre de mi hija, que es una mujer trans. Quiero hacer ver que no solamente la gente del colectivo tiene que visualizarse, sino que también las familias y el entorno deben abrir ese camino y mostrar el orgullo», asegura. Es lo que venía a decir con una frase escrita en la bandera trans que llevaba a sus espaldas: «No soy del colectivo, soy peor. Soy la mamá de una de ellas». Otra madre, Gloria Aparicio (60) acompañaba a Josep Rica (35). «Lo que no aceptaba al principio... -comienza él- ahora se siente orgullosa». ¿Hay una historia detrás? «Una muy bonita», responde ella. En un día como el de ayer, Josep aseguraba que es importante que esté tanto la familia como los amigos, «que son la familia que nos da la vida y sin ellos no hay soporte».

Durante el recorrido, la cabecera gritó en varias ocasiones contra las terapias de conversión. También vocearon que no dan un paso atrás en sus derechos. Y es que varios portavoces mantenían todavía en la mente cómo 100.000 personas desafiaron hace apenas unos días al Gobierno de Viktor Orban, en Hungría, tras tratar de prohibir una marcha que terminó por ser la mayor del Orgullo en Budapest.

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