ARQUEOLOGÍA FUNERARIA

Menstruación a los 16 años y estirones desde los 10: así fue la pubertad en la España Medieval

Una investigación liderada por la Universidad Autónoma de Madrid logra conocer mejor las adolescencias pasadas a través de restos óseos

Los investigadores utilizaron arqueología funeraria para estudiar la pubertad en adolescentes medievales del norte de España.

Los investigadores utilizaron arqueología funeraria para estudiar la pubertad en adolescentes medievales del norte de España. / ARCHIVO

Madrid

La pubertad y la adolescencia suponen una transición fundamental para cualquier persona. Es la etapa en la que sucede la transformación física, psicológica y social de la persona menor a la adulta. Sin embargo, hasta hace poco más de una década, no se sabía mucho sobre esta experiencia en épocas pasadas. Ahora, gracias a una investigación liderada por la Universidad Autónoma de Madrid a partir de restos óseos, se ha podido conocer algunos detalles de esta etapa en la España Medieval.

Sobre esta época en concreto, las etapas de la vida se entendía por la doctrina religiosa. Los investigadores explican que la Iglesia cristiana las definió basándose en las edades 'apropiadas' para recibir los sacramentos. Por ejemplo, se consideraba que la infancia terminaba a los siete años, cuando los niños y las niñas se convertían en miembros de la Iglesia. A partir de ahí, comenzaban la adolescencia como un período de preparación para los roles adultos, una etapa duraba hasta los 12 años para ellas y los 14 para ellos: era el momento en el que el Derecho Canónico permitía el matrimonio.

Sin embargo, apuntan los investigadores, no está claro en qué medida estas clasificaciones reflejaban las etapas reales de la vida. Ahora, utilizando datos de arqueología funeraria, han podido explorar las implicaciones sociales de la adolescencia dentro de la comunidad.

En el trabajo, que ha sido publicado en la revista American Journal of Human Biology, explican cómo observaron que el inicio del estirón puberal se producía entre los 10 y los 12 años, "similar a las tendencias observadas en adolescentes españoles modernos" y en poblaciones de otras épocas, "incluidos esqueletos de la Edad de Bronce del centro de España, hispanomusulmanetes medievales del sur" o "muestras británicas medievales", entre otros. Con todo, tardaban más que ahora en llegar a "etapas posteriores".

Además, la edad de la primera menstruación se situó a los 16 años, años más tarde que en el presente. "Los patrones de desarrollo observados sugieren retrasos en comparación con los adolescentes actuales, pero fueron similares a los de otras poblaciones pasadas", añaden.

El papel de la desaceleración del crecimiento

En cuanto a la distribución de los cementerios, exponen que la mayoría de las personas que fallecieron en la prepubertad o en las primeras etapas de la pubertad fueron enterradas en la sección infantil, mientras que las que fallecieron en la pubertad tardía o pospuberal no.

"La desaceleración del crecimiento parece haber sido el punto en el que los individuos dejaron de ser considerados niños en esta población", exponen entre las conclusiones.

En ellas, explican que esta etapa "marca un punto de inflexión crucial en el desarrollo puberal, ya que, aunque no alcanzan la madurez completa, los adolescentes presentan características físicas similares a las de los adultos y son capaces de realizar tareas y desempeñar roles típicamente reservados para la edad adulta".

Para los investigadores, explorar los roles sociales moldeados por el ciclo vital biológico facilita que se entienda más a los propios adolescentes, pero también de las comunidades a las que pertenecían. "Podría ser la única manera de aproximarse verdaderamente a la adolescencia en poblaciones pasadas", concluyen.

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