Migración
La perrita que llegó a Ibiza en patera y podría ser sacrificada: "Era la única que viajaba con papeles"
En el centro de protección animal de Sa Coma están en vilo a la espera de la decisión ministerial

Sa Coma intenta salvar del sacrificio al cachorro de tres meses que llegó de Argelia en una patera / Sergio G. Cañizares
Guillermo Sáez
En un despacho de la calle Almagro de Madrid, alguien tiene en su mano la vida o la muerte de Ikram. Allí se encuentra la dirección general de Sanidad de la Producción Agroalimentaria y Bienestar Animal del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, el organismo encargado de decidir sobre el futuro de esta cachorra que el jueves llegó a Ibiza en patera desde Argelia.
Viajó en los brazos del menor que, a la larga lista de incógnitas sobre su futuro y el de su familia, también sumó el de su pequeño animal. En la cartilla de vacunación de la perra se advierten los renglones infantiles del escribiente del nombre. También se ve un borrón, quizá porque decidió cambiárselo en el último momento.
"Ikram era la única que viajaba con papeles"», resume una empleada del centro de protección animal de Sa Coma, donde la cachorra, que cumplirá tres meses el próximo jueves, fue trasladada el viernes desde una clínica veterinaria de Sant Jordi, su primera parada de tierra firme en España después de cruzar parte del Mar Mediterráneo.
Pertenece a la raza cane corso, más conocida como mastín italiano, y está en perfecto estado de salud, más allá de un pequeño problema en un párpado. Y por si había alguna duda de su buen estado, en cuanto accede a su jaula de cuarentena lo primero que hace es ponerse de cuclillas y aliviarse con total tranquilidad. "La hace perfecta", corrobora otra trabajadora del centro.

Ikram, en su nuevo hogar / Sergio G. Cañizares
"Hay que salvarla como sea"
Un examen veterinario también ha confirmado que Ikram está sana y que la única vacuna que no ha recibido es la de la rabia, pero simplemente porque se administra a los tres meses de edad y ese momento aún no ha llegado.
En su cartilla figuran las inyecciones que ya ha recibido con sus correspondientes sellos sanitarios, así que no debería haber problema para que encuentre un hogar de adopción en Ibiza... siempre que lo autoricen desde la madrileña calle Almagro.
"Como si tiene que tirarse un año aquí, pero hay que salvarla como sea", reclama otra trabajadora del centro. Mensaje compartido por Manuel Jiménez, concejal de Protección Animal del Ayuntamiento de Ibiza.
"Nos negamos al sacrificio, no hay que ser tan extremistas. Tenemos que darle una nueva vida a Ikram", reclama el joven político, consciente de que las leyes no juegan a favor en este caso, ya que las opciones que dejan son la devolución a su país de origen o el sacrificio.

Cartilla de vacunación del animal / Sergio G. Cañizares
Precedente en Cádiz
Mientras cruzan los dedos para que el Ministerio gire su pulgar hacia arriba, los miembros de la perrera municipal recuerdan que hay un precedente que respalda su pretensión de que Ikram sortee un destino fatal.
Se trata de Res, abreviatura de Rescatado, otro cachorro de apenas tres meses que en 2021 también llegó a España en patera. En su caso lo hizo a Cádiz, procedente de Marruecos, y sobrevivió porque uno de los inspectores de policía involucrado en el dispositivo de rescate decidió adoptarlo.
En Sa Coma esperan que esta historia le sirva a Ikram para hacerse adulta en la isla después de una cuarentena que, según estiman en el centro de recuperación, debería ser de unos tres meses.
El periplo español de la perrita argelina arrancó a las 1.30 horas del pasado jueves, cuando Salvamento Marítimo encontró su patera a 10 millas al este de Formentera. En la embarcación también viajaban el menor edad que lo llevaba en sus brazos y un total de 19 personas de origen magrebí que fueron trasladadas hasta el puerto de Ibiza en plena madrugada.
Lo habitual es que los migrantes viajen sin documentación, ya que los papeles pueden facilitar la devolución a sus países de origen, pero en el caso de Ikram ha ocurrido todo lo contrario, ya que la cartilla de vacunación en regla era el único salvoconducto que podía procurarle la supervivencia.

Sellos en la cartilla de vacunación / Sergio G. Cañizares
De momento, esos papeles le han servido a Ikram para encontrar un hogar provisional que comparte con otros 60 perros que viven en Sa Coma a la espera de adopción.
Seguro que, cuando llegue ese momento, no le faltarán pretendientes gracias a su buena salud y a la épica aventura que ha superado a su todavía tierna edad. Sin embargo, todo está a expensas de que alguien se apiade en un despacho de Madrid y elija la caridad en lugar del riguroso cumplimiento de la ley.
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