Medio millar de «burras» en Mougás

Los reproducían los habitantes de la Serra da Groba hace 4.000 años en petroglifos y siguen congregando multitudes. Hay mucho de magia en un espectáculo tan primitivo como el de los curros.

Una lucha tan física y una ceremonia tan épica a la vez que no deja indiferente a nadie. Cientos de personas disfrutaron del último de la primavera en Mougás, en el municipio pontevedrés de Oia, que dejó marcadas y rapadas a más de 500 «burras». Fueron un total de 442 los caballo s y yeguas adultos y 107 los potros nacidos en los últimos doce meses los reunidos por los ganaderos en una jornada marcada por el sol y las altas temperaturas.

Como de costumbre, los propietarios de caballos en libertad de las comarcas del Val Miñor y Baixo Miño se echaron al monte al romper el día para reunir cada uno a los suyos y trasladarlos hacia el curro. Una tarea que se prolongó toda la mañana y que finalizó con una pausa para reponer fuerzas. Como en una auténtica romería, son numerosas las familias que disfrutan de sus picnics, o se surten de las tradicionales raciones de pulpo, churrasco o empanada en las tabernas ambulantes que continúan fieles a la cita.

Lo más duro de la jornada llegó a la tarde. Armados con lazos y dotados de una técnica que se aprende desde la infancia, los ganaderos fueron doblegando a los equinos para pasarlos por la tijera y marcarlos a fuego, además de desparasitarlos y colocar el microchip obligatorio a los más jóvenes.

La Serra da Groba cierra su campaña y ahora comienza la de O Galiñeiro. El próximo domingo es el turno del curro de Morgadáns, el siguiente el de San Cibrán y el 12 de julio está previsto del de O Galiñeiro, todos ellos en el municipio de Gondomar.