Giralt Torrente: «Mi abuelo pecó de egoísta, tuve que reconciliarme con él»
El autor presentó ayer en Club FARO ‘Ilusionistas’, una novela con tintes biográficos en la que realiza una «autopsia familiar» «con honestidad radical» de sus ascendentes maternos

Rubén Rey (izquierda) y Marcos Giralt Torrente. | Pablo H. Gamarra
«Mi abuelo pecó de egoísta al vivir como un dandi durante dos décadas en Madrid tratando de sacar adelante su carrera literaria mientras su familia sobrevivía a duras penas en Galicia». Así lo expresó ayer Marcos Giralt Torrente en Club FARO al presentar su última novela, ‘Ilusionistas’, donde realiza una «autopsia familiar» de los Torrente Malvido, clan integrado por seis miembros: su madre, sus tres tíos y sus abuelos maternos: Josefina Malvido y Gonzalo Torrente Ballester. «Para escribir esta novela tuve que reconciliarme con la figura de mi abuelo», confesó.
Presentado y entrevistado por el periodista Rubén Rey, el escritor habló sobre su interés literario por abordar los vínculos familiares como «lugar idóneo de exploración de los conflictos del mundo» y relato que dio el salto a tratar sobre su propia familia y no una ficcionada con ‘Tiempo de vida’, centrada en su relación con su padre, el pintor Juan Giralt, y surgida tras el fallecimiento de éste. Ese libro, «el má espontáneo e irreflexivo que he escrito, me dio la llave para tratar una realidad íntima y cercana», comentó.
Explicó que la narración de relatos familiares exige una honestidad radical, dejar de lado sentimentalismos que te llevarían a hacer panegíricos resaltando solo los aspectos buenos y un «desnudamiento, no solo de los demás sino también de ti mismo».
Después de explicar que los cuatro personajes principales de la novela son su madre y los tres hermanos de ésta, « que vivieron vidas alternativas a los cauces tradicionales», declaró estar enfadado por el amplio espacio que dedican las críticas literarias de su libro a Gonzalo Torrente Ballester: Es injusto que saquen a pasear el fantasma de mi abuelo», afirmó. «Para mí es una desgracia que fuera un escritor conocido, hecho que es irrelevante para la novela porque hablo de él como figura de padre y de abuelo», explicó. «Si fuera un tabernero de Normandía nadie establecería comparativas».
Esa fue una de las razones que le llevó a no poner nombres reales a los personajes, a cada uno de los cuales dedica un capítulo donde le analiza.
¿Qué nos hace ser cómo somos? ¿Es el pasado algo más que la justificación del presente? ¿Hay un principio, una sola causa que englobe a las demás? Esas son algunas de las preguntas latentes en el libro. «Tengo respuesta para una de ellas: no hay una sola causa, sino multitud de factores diversos. La gente suele culpar de lo que es a lo que le singulariza, como por ejemplo tener un padre borracho o ser el menor de cuatro hermanos que te molían».
Utilizó para el libro las cartas que su abuelo enviaba a su primer esposa a Ferrol mientras él estaba en Madrid. En lugar de transcribirlas decidió versionarlas «por pereza», «para no mandarlas a los once herederos de su propiedad intelectual» y anuncio su intención de donarlas a las biblioteca nacional.
Definió su relación con su abuelo como estrecha y recordó los veranos que pasaba con él en la casa de A Ramallosa. «Fui el nieto con el que tuvo más contacto, impuesto por mi madre, que estaba muy empadrada». Lo definió como una persona bastante accesible, cercana y socarrona, sobre todo cuando la serie de su obra ‘Los gozos y las sombras’ triunfó en los años 80». Habló del posicionamiento político de Torrente Ballester -anarquista de joven, galleguista de izquierdas después, falangista cuando estalla la guerra y antifranquista más tarde, lo que le obligó a irse de España y trabajar en la Universidad de Albany-. «Tal vez si pecó de algo fue de cobarde y de no significarse, pero al menos no delató a nadie como hizo otro célebre escritor gallego», sentenció.
Uno de los narradores de más sólido prestigio
Autor de una decena de novelas y colecciones de relatos que le han procurado un sólido prestigio como narrador, Marcos Giralt Torrente debutó en 1995 con los cuentos de ‘Entiéndame’, tras los que vinieron, entre otros libros, las novelas ‘París’ (Premio Herralde de Novela 1999): «Casi poesía, una ópera prima de rara belleza» (Rita Sala, Il Messaggero) y ‘Los seres felices’ (2002): «Una novela redonda» (J. Ernesto Ayala-Dip, Babelia). En 2010 publicó la novela autobiográfica ‘Tiempo de vida’ (Premio Nacional de Narrativa y Premio Strega Europeo): «Soberbio» (Javier Cercas), «Un texto sanador» (Rosa Montero), «Uno de los testimonios autobiográficos más hermosos sobre la relación paternofilial» (Fernando Aramburu), «Un libro perfecto e irrepetible» (Rodrigo Fresán). Siguieron los libros de cuentos ‘El final del amor’ (2011) y ‘Mudar de piel’ (2018). Tabién es autor de la miscelánea de ensayos, crónicas y textos autobiográficos ‘Algún día seré recuerdo’ (2023). Traducido a diversas lenguas, ha sido escritor residente en instituciones europeas como la Santa Maddalena Foundation, el Berlin Artists-in-Residence Programme, la Fondation Jan Michalski, la Academia de España en Roma o la Universidad de Aberdeen.
- Desaparece la heredera de la histórica discoteca Daniel: «Por aquí hasta vino el rey»
- Ni Tui ni Baiona: este es el pueblo más bonito de la provincia de Pontevedra según la revista Viajar
- La portavoz del PSOE de Mos, Victoria Alonso, renuncia a su acta de concejala
- El histórico pesquero «Capricorn» desvela su precio
- Ni Rodas ni Samil: un portugués en Galicia descubre la playa con el agua más «caliente y cristalina» cerca de Vigo
- La playa de arena negra más bonita de España está en Galicia: custodiada por un barco naufragado y en una aldea con solo dos habitantes
- Contactos entre las Fuerzas Armadas e ingenieros españoles especialistas en análisis de amenaza electrónica rusa
- Habla la embarazada que se fugó de Asturias para que no le quiten el bebé: 'Mañana me provocan el parto, volveré para el juicio
Premios Fundación Banco Sabadell: dos décadas impulsando talento y ciencia desde la emoción
