«Hay una pandemia de gripe cada 20 o 30 años. Nos va tocando»

La pandemia de covid demostró que un virus puede poner patas arriba el planeta. El flamante nuevo presidente de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC), Francisco Javier Membrillo de Novales, domina la comunicación y no rehúye ninguna pregunta, ya sea sobre gripe aviar, la corriente antivacunas o el desafío de las bacterias multirresistentes.

El médico militar Javier Membrillo, presidente de la SEIMC, envuelto en la niebla costera del pasado viernes en Vigo

El médico militar Javier Membrillo, presidente de la SEIMC, envuelto en la niebla costera del pasado viernes en Vigo / Marta G. Brea

Rafa López

Rafa López

Vigo

Médico militar, con rango de teniente coronel, el sevillano Javier Membrillo es jefe de la unidad NRBQ e infecciosas del Hospital Central de la Defensa Gómez Ulla, en Madrid. Como nuevo presidente de la SEIMC, cargo para el que fue elegido hace pocos días, su primer desplazamiento ha sido a Vigo, para hablar sobre bioterrorismo en un curso sobre VIH y hepatitis virales.

-¿Cree que la pandemia de covid nos ha hecho más conscientes de la amenaza de los microbios o es justo al revés, que no queremos saber nada de medidas de protección?

-Hay cosas que sí hemos aprendido y que sí han cambiado a mejor. Por ejemplo, muchos hospitales que no tenían disponibilidad de los servicios de microbiología clínica a partir las 3 de la tarde ahora lo tienen. Desde la SEIMC estamos insistiendo en que no podemos dar un paso atrás. El covid no ha desaparecido, y al usar antivirales que solo son útiles cuando los usamos los primeros días, te obliga a diagnosticar catarros. Vemos cada vez más la importancia que tienen otros virus respiratorios que producen catarro, como el respiratorio sincitial, el virus de la bronquiolitis de los niños, que en personas ancianas e inmunodeprimidas puede dar infección grave. Todo esto añade una capa de complejidad al sistema.

-¿Y como sociedad, hemos aprendido?

-No. Vuelvo a ver a gente que tose y no se tapa, o se tapa con las manos y vuelve a sujetar la barra del autobús. En estos dos años como vicepresidente de la SEIMC, una de las labores que he tenido ha sido la vocalía de comunicación, y creo que no hicimos suficiente esfuerzo en dar información de calidad desde los expertos a la sociedad en un momento crítico. La gente ha entendido que te ponías una mascarilla porque había una pandemia y te obligaban y que una vez que se quita la obligación te quitas la mascarilla. Siempre pongo el mismo ejemplo: no llevo un paraguas cuando llueve porque una ley me obliga a llevarlo, lo llevo porque no me quiero mojar. Hay personas que deberían entender que si me voy a montar en el metro o en el autobús y estoy acatarrado, debería ponerme una mascarilla para no contagiar al del frente, que a lo mejor es una señora que va camino del hospital a ponerse un ciclo de quimioterapia; y esa señora que va a ponerse un ciclo de quimioterapia debería pensar que deberá ponerse la mascarilla porque quiere evitar el riesgo de cogerse un catarro que en su caso puede ser grave.

El médico militar Javier Membrillo, presidente de la SEIMC, el pasado viernes en Vigo antes de asistir a un curso

El médico militar Javier Membrillo, presidente de la SEIMC, el pasado viernes en Vigo antes de asistir a un curso / Marta G. Brea

-Cada vez más estudios apuntan a asociaciones a largo plazo de infecciones por virus y bacterias con cáncer y enfermedades neurodegenerativas como el párkinson y el alzhéimer.

-Hay mucho que no sabemos. Y efectivamente, esa asociación indirecta entre vacunarse frente al herpes zóster y disminuir el riesgo de alzhéimer la establece un estudio muy interesante que nos hace pensar que hay virus que pueden estar en el germen de esas enfermedades degenerativas de las que no sabemos la causa. Esto lo vemos también cuando las enfermedades cambian su distribución en una epidemia. Puede ser que haya otras enfermedades autoinmunes, inflamatorias, degenerativas, que desconocemos. Un ejemplo sería el de las miocarditis. Me voy a meter en un charco: la vacuna del covid.

-Adelante.

-En 5 de cada 100.000 vacunados contra el covid, la vacuna puede producir un cuadro de miocarditis. Pero es mucho menos frecuente que la miocarditis que puede producir el coronavirus. En 2020 vimos muchas miocarditis, no por la vacuna, sino porque millones de personas pasaron de forma epidémica este virus y muchas tenían ese cuadro. Entonces vas estableciendo esas asociaciones. Eso ha pasado, por ejemplo, con un virus que tenemos catalogado como tropical, el chikunguña, que generalmente no da cuadros neurológicos. Pero hace dos años, en Paraguay, hubo una epidemia en la que pasó el virus una gran cantidad de población y se detectaron muchos casos de encefalitis por virus chikunguña. Pensamos que ese efecto era excepcional, pero cuando la enfermedad la tiene medio millón de personas, detectas esas asociaciones. Las enfermedades infecciosas no son patrimonio exclusivo del microbiólogo, sino que hay otras disciplinas, como la medicina preventiva y la salud pública, que son fundamentales para establecer esas asociaciones epidemiológicas.

-Acaba de mencionar a los especialistas de infecciosas y microbiología. Su sociedad está en plena batalla para lograr la especialidad. ¿En qué beneficiaría a los pacientes que se reconociera?

-Lo que tendría el paciente es equidad. En Galicia tenéis servicios o secciones de enfermedades infecciosas de mucha calidad. ¿Cómo se han formado esos especialistas? En otra especialidad, generalmente medicina interna, buscando que les dejen rotar el mayor tiempo posible en determinadas disciplinas de las enfermedades infecciosas. Después, buscando trabajo; con suerte, en un empleo en el que les permitan seguir adquiriendo experiencia, haciendo cursos por su cuenta, como el que tenemos aquí hoy [el viernes en Vigo]; o haciendo un máster, como el que ofrece nuestra sociedad a sus socios jóvenes de forma gratuita. Y después de todo esto, a lo mejor consiguen plaza en una de estas unidades y dentro de 10 años sale la oferta pública de empleo y se tiene que presentar a un examen de insuficiencia cardíaca y trombosis pulmonar, y no de lo que trabajan. Y si no sacan la plaza, la va a ocupar una persona que ha sacado mejor puntuación en esas preguntas. Y luego querremos tener alguien que sepa de infecciones de bacterias multirresistentes en pacientes oncológicos, o manejar casos complicados de personas con VIH. Somos el único país de Europa y Latinoamérica sin especialistas en enfermedades infecciosas. No habrá relevo generacional y no siempre vamos a encontrar a gente que decida seguir el camino tortuoso.

-Tienen el reto de las bacterias multirresistentes a los antibióticos, que acaba de citar. Se ha dicho que en 2050 podrían superar al cáncer en mortalidad. ¿Se está revirtiendo esa tendencia?

-Se ha revertido una tendencia que teníamos en la década pasada, de que no teníamos nuevos fármacos. Hay una iniciativa del gobierno estadounidense animando a la industria a tener 20 antibióticos nuevos para 2020 y se consiguió. Pero estamos en una situación peor que cuando Fleming descubrió la penicilina. Y el espectro de qué mecanismo de resistencia puede tener cada bacteria cada vez es más complejo. Van apareciendo nuevos antibióticos que tenemos que dirigir de forma selectiva al mecanismo de resistencia concreto en la bacteria concreta. Además, algunos de ellos, si los usamos indiscriminadamente, favorecemos que sigan seleccionándose estas resistencias. El problema, de momento, no tiene visos de mejorar. En el último estudio que hemos hecho en nuestra sociedad, con datos de 2023, por cada persona en España que falleció por un accidente de tráfico, 20 fallecieron por consecuencias de las multirresistencias antibióticas. Esto nos lleva a la era de la medicina personalizada, que queda muy bien decirlo, pero implica que cuando alguien llega al hospital con esa infección hay que diagnosticarlo lo antes posible. En nuestro congreso hemos tenido el testimonio de un paciente de sepsis que pudo haber fallecido porque llegó al hospital el viernes por la tarde y microbiología no abría hasta el lunes por la mañana.

-Tremendo.

-Cada hora que pasa sin que un paciente con una sepsis tenga el antibiótico correcto se incrementa su probabilidad de morir. Está demostrado científicamente. Y, ante la complejidad cada vez mayor de estos nuevos antibióticos, tiene que haber especialistas en infecciones complejas por bacterias multirresistentes para saber manejarlos.

-¿La inteligencia artificial está ya ayudando al desarrollo de nuevos antibióticos?

-Sí, pero, desde la fase de investigación básica hasta que los antibióticos llegan al mercado suele tardar unos 10 años, y la mayor parte se caen por el camino. La inteligencia artificial está ayudando, pero estamos en una situación cada vez más compleja.

-Una experta en gripe aviar, la viróloga veterinaria Elisa Pérez-Ramírez, ha dicho que la combinación de una epidemia como la gripe aviar y una coyuntura política anticiencia en EEUU nos sitúa en un escenario muy peligroso. Parece el escenario de una tormenta perfecta.

-La gripe aviar parece ser la mayor candidata a ser la próxima pandemia. Tenemos que dejar de preguntarnos si va a haber pandemia: la va a haber. En los últimos 50 años cada vez hay más epidemias, brotes y pandemias, y hay una pandemia de gripe cada 20 o 30 años. Nos va tocando. Estamos en un momento en el que la desinformación sobre vacunas ha calado bastante en la sociedad y se ha politizado. Y es algo que no entiendo. No entiendo qué relación tiene ser de derechas o de izquierdas con tener una opinión científica o darle credibilidad científica a la opinión que te da un experto sobre una vacuna. Vivimos en una era en la que el tuit de cualquiera parece valer lo mismo. Yo he intentando publicar un hilo de divulgación todas las semanas, pero se te va media mañana. El sistema favorece al que está en su casa dándole vueltas a las cosas. Nos tiene que preocupar que, ante la siguiente pandemia, si volviésemos a tener lo que fue un hito en la historia de la humanidad, tener una vacuna disponible para vacunar a toda la humanidad 11 meses después de detectarse un virus desconocido, probablemente la tasa de rechazo de la población sería hoy mayor.

El médico militar Javier Membrillo, presidente de la SEIMC, el pasado viernes en Vigo

El médico militar Javier Membrillo, presidente de la SEIMC, el pasado viernes en Vigo / Marta G. Brea

-¿También tendríamos ese rechazo a las vacunas en España?

-Comparándonos con Estados Unidos estamos mejor, la situación parece estar menos politizada respecto a este asunto. Aunque sigue vacunándose de gripe mucha menos gente de la que nos gustaría todos los años, la aceptación de las vacunas es bastante buena comparada con nuestro entorno.

-Un ejemplo es el sarampión, aunque la cobertura vacunal tiene que ser casi perfecta (superior al 95%) para detener la transmisión.

Efectivamente. Hay un concepto importante que es el de inmunidad de rebaño. Hay una serie de vacunas que no podemos utilizar en todas las personas y la única forma de protegerlas, aunque hay otros métodos de inmunización pasiva que no siempre tenemos, es que toda la población esté vacunada para que el virus no circule. Y no lo estamos consiguiendo. Sarampión, tosferina… Insisto, estamos bien, pero nos queda, y en los últimos años parece que algunas personas han trasladado su respuesta a las vacunas frente al covid-19 a otras vacunas que han tenido una aceptación prácticamente universal durante 50 años. Yo creo que no hemos visto las consecuencias. Se puede morir un niño de tosferina y el sarampión y hay muertes por sarampión, no es una tontería. La gente no ha visto las imágenes en los libros de historia de los niños metidos en pulmones de acero, incapacitados de por vida por la poliomielitis.

-¿El acuerdo mundial de pandemias nace cojo por la retirada de Estados Unidos de la OMS? Estados Unidos y Argentina no solo han dejado el organismo, anuncian una alianza diferente, basada en las políticas trumpistas, y llaman a los demás países a unirse a ella.

-Hay una serie de amenazas sanitarias que solo se pueden combatir si trabajamos de forma global. Y hay un error muy común respecto a algunas enfermedades, que es pensar que lo importante es que no lleguen. Eso no lo puedes conseguir con más de 1.400 millones de viajes internacionales al año. España está en un nexo entre Europa, África y América, y en dos vuelos se te planta aquí una persona de cualquier sitio. Si tú quieres que las cosas no ocurran, tienes que controlarlas en origen. Un buen ejemplo es lo que ha pasado con la MPox, o viruela M, la anteriormente llamada viruela del mono. Cuando aparece una nueva variante en África, el clado 1B, lleva desde finales de 2023 circulando con muchos contagios, algunos ligados al sexo y otros no, en hombres y mujeres, homosexuales y heterosexuales, muchos niños transmitidos por contacto, muertos y con millones de vacunas almacenadas en los países occidentales, y nadie hace nada. La OMS hace la declaración de emergencia de salud pública de importancia internacional en agosto del año pasado. Esa emergencia lo que dice no es que haya una pandemia, ni que nos encerremos en casa y nos pongamos una mascarilla. Lo que dice es que los medios de la República Democrática del Congo no son suficientes y hace falta el apoyo de otros países, dándole vacunas. Durante esos días, lo que más respondí en entrevistas era cómo poníamos controles en los aeropuertos para que no se nos colasen el país. Pues mire, si se ha contagiado por sexo, como no miren debajo de los pantalones a todo el mundo en el aeropuerto... Es imposible. Hay que controlar el virus en el origen, y para eso tenemos que estar todos juntos.

El médico militar Javier Membrillo, presidente de la SEIMC, el pasado viernes en Vigo antes de asistir a un curso

El médico militar Javier Membrillo, presidente de la SEIMC, el pasado viernes en Vigo antes de asistir a un curso / Marta G. Brea

-Pero sin Estados Unidos…

-Evidentemente, todo acuerdo en el que Estados Unidos, que es una de las naciones con más poder económico y con más industria sanitaria del mundo, va a ser deficitario. Tenemos que despolitizar esta situación. La política cada vez más radicalizada en cada vez más países y parece cada vez más difícil conseguir acuerdos respecto a nada, y es una pena. Eso no es la “política con mayúsculas” que se decía hace años en nuestro país.

-El bioterrorismo nos puede sonar a muchos a película de terror, pero de ficción en todo caso. ¿Hasta qué punto es una amenaza real? Ahora que hay que aumentar el presupuesto de defensa, ¿también deberíamos prestar atención a esto?

-A lo último no le puedo responder, porque no puedo hablar como militar ni en nombre del Ministerio de Defensa. El bioterrorismo es algo muy poco probable, pero que puede ocurrir. Y no tenemos que irnos a la historia. Hemos visto uso de agentes en NRBQ [aquellos que representan una amenaza en los ámbitos nuclear, radiológico, biológico y químico], de armas de destrucción masiva en los últimos años, desde las cartas con Bacillus Anthracis de Al Qaeda, el asesinato en un lugar público del familiar del dictador de Corea del Norte con armas químicas de guerra, el envenenamiento de opositores rusos presuntamente por el gobierno ruso con isotopos radiactivos… es una realidad. Tener un evento con una liberación masiva –estoy pensando en los ataques con gas sarín en el metro de Tokio en 1995, que organizó una secta-- con un agente biológico no es imposible. La inteligencia artificial y las nuevas herramientas de edición genética favorecerían que esto pudiese ocurrir. Es muy poco probable. Pero lo importante no podemos es responder al día después. Tenemos que tener equipos de protección individual, mascarillas, antivirales, vacunas, etc. Si mañana hubiese un ataque bioterrorista con viruela en Vigo, la estrategia es la vacunación en anillo, vacunar a toda la población de alrededor. Habría población que se negaría a hacerlo, pero las vacunas las tenemos que tener antes. Aunque esto no ocurra, hay que estar preparados, porque algunos de estos fármacos o vacunas no los utilizaremos nunca, pero si no los almacenamos, luego no hay forma de conseguirlos.

-Claro.

-Además, si estamos protegidos, tarde o temprano nos vamos a beneficiar. Si tenemos los anticuerpos monoclonales desarrollados para el tratamiento del Bacillus anthracis, de vez en cuando hay un caso en Castilla de alguien que se contagia de carbunco por estar en un campo contaminado. Si tenemos antivirales y vacunas para un posible ataque bioterrorista con viruela, cuando llega la entonces llamada viruela del mono, respondemos más rápido. En Estados Unidos y Canadá el programa de vacunación se desplegó de forma rápida y ambiciosa y se pusieron medio millón de vacunas en los primeros meses de la pandemia. En España fuimos un poco más despacio, porque las vacunas de última generación, con los datos que se han hecho públicos posteriormente, todavía no estaban suficientemente disponibles. Es un seguro de vida. Todos estamos pagando, ¿no? Pagamos con nuestra casa un seguro de algo que casi seguro no va a pasar, que un día arda. Las cosas muy poco probables, como que se vaya la luz en toda España durante 24 horas o que haya una pandemia y nos encierren en casa tres meses, pasan. Y algunas no tienen solución si no nos preparamos antes.

Suscríbete para seguir leyendo

Tracking Pixel Contents