Discalculia, la «dislexia de los números» que tantas veces pasa inadvertida
Bautizada como «la dislexia de las matemáticas», se trata de una dificultad para producir y comprender números, cantidades, signos o realizar operaciones básicas o complejas

Ilustración con números en diferentes formatos. / FDV

«Siempre supe que había algo que no cuadraba con mi forma de manejar los números», confesó en una entrevista Larry Mullen Jr., batería y miembro fundador de U2, en la que revelaba que padece discalculia. Pero, ¿qué es realmente y cómo se identifica la llamada ‘dislexia de las matemáticas’?
«La discalculia se presenta como la dificultad para producir y comprender números, cantidades, signos o realizar operaciones básicas o complejas. Estas dificultades son observables cuando se compara al niño o a la niña con sus compañeros y compañeras que tienen la misma edad cronológica», apunta María Cuartero, pedagoga especializada en educación emocional.
«Cando o alumnado presenta dificultades para dominar o sentido numérico, memorizar as operacións aritméticas, pérdese na realización do cálculo aritmético e falla no razoamento matemático, poderiamos estar falando dun posible ‘trastorno específico da aprendizaxe’ con dificultade matemática, segundo o establecido no DSM-5», puntualiza Ainoa Míguez, pedagoga especializada en psicología educativa.
Cuartero añade que «la discalculia interfiere en el aprendizaje académico y en la vida diaria, presentando dificultades que pueden perjudicar el bienestar del niño o niña». Además, apunta que «esta dificultad es observable en la asignatura de matemáticas y es totalmente independiente de la inteligencia que posea».
De acuerdo con el DSM-5, la dicalculia «é un termo alternativo utilizado para referirse a un patrón de dificultades que se caracteriza por problemas de procesamento da información numérica, aprendizaxe de operacións aritméticas e cálculo correcto ou fluído», expone Ainoa Míguez. De este modo, «se se utiliza discalculia para especificar este patrón particular de dificultades matemáticas, tamén é importante especificar calquera dificultade adicional presente como dificultades do razoamento matemático ou do razoamento correcto das palabras».
Según María Cuartero, las «señales directas» que los padres o maestros deben observar para su detección serían: «Dificultad para relacionar un número con una cantidad, cambios de orden en los números a la hora de hacer operaciones, dificultad para agrupar cantidades, dificultad para seguir dictados numéricos, dificultad para el cálculo mental, dificultad para contar y para resolver problemas matemáticos ‘sencillos’ o dificultad para seguir series numéricas». Pero también podrían aparecer «baja tolerancia a la frustración, rechazo a las asignaturas de matemáticas, malestar emocional en ciertos momentos, inseguridad y baja autoestima o comparación constante con los compañeros».
Causas
Entre las causas más comunes, Ainoa Míguez destaca que «na actualidade, segue sendo difícil identificar unha causa única xeradora das dificultades específicas da aprendizaxe». «Entre os principais factores intrínsecos —internos ou da persoa— atópanse os biolóxicos e os cognitivos, así como os socio-afectivos e os motivacionais. E entre os factores extrínsecos —externos ou ambientais— destacan os familiares e os escolares», enumera: ·«Os factores biolóxicos inclúen causas xenéticas e/ou neurolóxicas. Investigouse que certas alteracións en áreas do cerebro relacionadas co procesamento numérico poden dificultar o manexo dos números e as operacións matemáticas. Cando falamos de factores socio-afectivos e motivacionais, falamos de ansiedade matemática ou a falta de confianza nas propias habilidades, que poden agravar as dificultades coa aprendizaxe numérica».
Desde el ámbito educativo, ante la sospecha de dificultades de aprendizaje relacionadas con las matemáticas, el profesorado podrá solicitar una evaluación psicopedagógica al Departamento de Orientación. «A finalidade desta será adecuar a resposta educativa ás necesidades e características do alumnado, partindo dunha ollada que fomente o éxito académico e potencie ó máximo as capacidades deste, non centrándose únicamente na dificultade», expone Ainoa Míguez. «Esta avaliación terá en conta características individuais do alumno ou alumna, pero tamén contemplará os factores do contexto escolar e sociofamiliar», dice Míguez.
Las técnicas más comunes son la observación y la entrevista. «Tamén poden utilizarse (non de forma illada), probas estandarizadas como TEDI-MATH (Test para el diagnóstico de las competencias básicas en matemáticas), que consta de 25 probas diferentes agrupadas en 6 grandes ámbitos de coñecemento numérico, destinada a alumnado de 2º de EI ata 3º de EP. Escalas de intelixencia xeral como o WISC-IV (Weschler, 2012), a Bateria Luria-DNI (Manga e Ramos, 1991) ou o Test guestáltico visomotor (Bender, 2009). Con todo, as observacións do profesorado serán clave», insiste. Durante el proceso será imprescindible la coordinación con las familias y con los servicios sanitarios desde el Departamento de Orientación.
Desempeño escolar
La discalculia afecta al desempeño escolar de manera significativa: «Dificultad para seguir el ritmo de la clase, para comprender las explicaciones matemáticas del profesor, comprender los conceptos matemáticos, resolver las tareas o realizar los controles», expone María Cuartero. «Si lleva tiempo arrastrándolo sin detección, podemos observar irascibilidad, baja autoestima, inseguridad, ansiedad o presión», añade.
De este modo, la pedagoga subraya que es importante entender que «cuanto antes» se detecte, mucho mejor. «Si observamos que nuestra hija o hijo presenta dificultades como las mencionadas anteriormente, debemos acudir a un profesional para que nos pueda guiar en el proceso», subraya.
«Nos últimos anos, a investigación sobre a discalculia foi avanzado significativamente, ofrecendo novas perspectivas para o seu tratamento. Estas subliñan a necesidade de enfoques interdisciplinarios que integren coñecementos neurocientíficos, tecnolóxicos e pedagóxicos para abordar eficazmente a discalculia», apunta Ainoa Míguez.
En cuanto a las adaptaciones que se pueden llevar a cabo en el aula, María Cuartero destaca que «lo más importante es mostrar empatía, que observen que no son ellos el problema y ajustarnos a sus necesidades. A partir de ahí es importante hacer una intervención global y multidisciplinar, en la que se trabaje con un profesional especializado para que le brinde herramientas, apoyo por parte de la familia y adaptación curricular por parte del centro educativo». Así, propone medidas como «brindar tiempo adicional para acabar las tareas o los exámenes, adaptar la materia a sus intereses para generar más interés y que no le resulte tan monótono ni aburrido, utilizar recursos visuales (esquemas, gráficos, imágenes...) para que puedan entender mejor algunos conceptos, permitir utilizar herramientas que le sean válidas para el aprendizaje, generar dinámicas diferentes, utilizando los diferentes sentidos (visual, táctil, auditivo…), utilizar recursos manipulativos: ábaco, legos, construcciones... y utilizar recursos tecnológicos».
El uso de las tecnologías como estrategia de intervención
La tecnología y el uso de aplicaciones digitales en la enseñanza de personas con discalculia «pueden ser de gran ayuda, siempre que se utilicen como una estrategia más y no como el eje central de la intervención», advierte María Cuartero. En cuanto a los beneficios, Ainoa Míguez señala los siguientes:
- Personalización del aprendizaje. «Os programas poden axustar a dificultade dos exercicios según o progreso do usuario, permitindo un ritmo adecuado ás súas necesidades».
- Gamificación y motivación. «Ó integrar elementos de xogo (puntos, niveis, recompensas), as aplicacións fan que o aprendizaxe sexa máis atractivo e reduzan a o nerviosismo ante as matemáticas».
- Refuerzo multisensorial. «A combinación de estímulos visuais, auditivos e táctiles axuda a mellorar a asimilación de conceptos matemáticos e a reforzar a memoria».
«A intervención co alumnado que presenta este tipo de dificultades farase no contexto de aula, xunto cos compañeiros e compañeiras», añade Ainoa Míguez. «Con todo, as medidas de atención dependerán do curso no que se detecte a necesidade, así como do nivel de dificultade que presente o alumno. Unha estratexia que é clave para levar a cabo con todo o alumnado, sen centrarse únicamente no alumnado con dificultades, é a diferenciación curricular: o proceso de modificar ou adaptar o currículo dacordo cos diferentes niveis competenciais do alumnado nunha clase», expone: «Os profesionais da educación deben modelar e acompañar, garantindo que todos potencien as súas capacidades, deseñando situacións de aprendizaxe accesibles e desafiantes. Neste proceso, o erro non se ‘condenará’, senón que será parte da aprendizaxe», destaca.
También es una labor que «implica un traballo en equipo», que implique a la familia, tutores, profesorado de apoyo (PT-AL), resto del profesorado y, de ser el caso, otros profesionales externos al centro que participen en el proceso educativo, en el que se tendrá en cuenta, además, la importancia de «identificar as fortalezas e empregalas en favor do alumnado, utilizar modelos colaborativos, tarefas integradas, traballo por proxectos, aprendizaxe-servizo, fomentar a aprendizaxe con actividades da vida real e prerestar unha atención permanente ao desenvolvemento emocional do alumnado».
Diferentes grados de severidad
La discalculia puede presentarse en diferentes grados de severidad, dependiendo de la persona y los factores neurológicos, ambientales y educativos.
En cuanto a la clasificación de las dificultades en matemáticas, del mismo modo que ocurre con las dificultades de lectura y de escritura, existen varias, aunque, en la mayoría, «non se produce suficiente consenso», dice Ainoa Míguez.
«A pesar diso, as clasificacións poden contribuír a clarificar diagnoses diferenciais ou a analizar, pormenorizadamente, a características dos diferentes subgrupos establecidos», expone. A este respecto, se pueden diferenciar, en términos generales, «a discalculia evolutiva ou de desenvolvemento, cunha base neuropsicolóxica que afecta á adquisición das habilidades numéricas». Esto significa que está presente desde la infancia y afecta a la adquisión de habilidades numéricas sin que exista unha lesión cerebral específica. Por otra parte, está la «acalculia, un trastorno adquirido cunha base neurolóxica, debida a lesións cerebrais».
En el grupo de las discalculias, se pueden diferenciar tres subtipos: «verbal, cando xera dificultades no manexo da linguaxe en relación cos problemas matemáticos; viso-espacial, cando xera problemas espaciais no manexo dos números ou á hora de realizar operacións; e anaritmetia, que, como a súa denominación indica, provoca dificultades para realizar operacións aritméticas sen que existan dificultades da linguaxe ou viso-espaciais», expone Ainoa Míguez.
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