«Europa no sobrevivirá sin unión federal en fiscalidad y defensa»

«El de hoy es un mundo dominado por el populismo, el proteccionismo, la guerra... Europa no estaba acostumbrada a esto y nos toca enfrentarnos a la nueva realidad»

Borrell, con el 
Premio Europeo 
Carlos V. 
|  Toni Gudiel

Borrell, con el Premio Europeo Carlos V. | Toni Gudiel

MARISOL LÓPEZ DEL ESTAL

Cuacos de Yuste

Sereno, pragmático y contundente. El exjefe de la diplomacia europea y presidente del Cidob (La Pobla de Segur, 24 de abril de 1947) recogió el pasado viernes en el Monasterio de Yuste (Cáceres) de manos del Rey el premio Carlos V por su trayectoria al frente de instituciones europeas y, sobre todo, por su vocación de europeísta convencido. Una Europa nacida para la paz, cuya supervivencia se ve amenazada por el nuevo orden internacional.

La concesión del Premio Europeo Carlos V es un buen colofón para su trayectoria al frente del Parlamento Europeo y como jefe de la diplomacia de la UE. ¿Tiene un significado especial añadido?

Pocas cosas podrían haber tenido mayor trascedencia para mí. Carlos V es una figura históricamente muy relevante; siempre me he sentido fascinado por la historia de este hombre que fue emperador y ermitaño. Por el sitio donde se hace entrega, el monasterio de Yuste, extraordinariamente hermoso y cargado de significado.

¿Cree capaz a la Unión Europea de recuperar un papel de protagonismo a nivel internacional?

El mundo de hoy no es aquel en el que estábamos acostumbrados a vivir: un mundo caracterizado por la paz, la democracia, las relaciones comerciales... El de hoy es un mundo dominado más bien por lo contrario: por el populismo, el proteccionismo, la guerra... Europa no estaba acostumbrada a esto y nos toca enfrentarnos a la nueva realidad. Hasta ahora nosotros hacíamos al mundo y ahora es el mundo el que nos hace a nosotros.

El año pasado se premió a Mario Draghi, poco antes de que presentara su informe sobre el futuro económico de Europa, con conclusiones duras. ¿Estamos a tiempo de revertir el proceso?

El mundo se ha desoccidentalizado. Somos una potencia económica, pero no lo somos desde el punto de vista tecnológico, ni militar, ni siquiera demográfico. El mundo, hoy, está hecho por la rivalidad tecnológica chino-americana, por la invasión rusa en Ucrania y por el factor disruptivo que representa el presidente Trump. Debemos afrontar esos retos y ser conscientes, a la vez, de nuestro potencial, que es muy grande, porque somos la mejor combinación que en el mundo de libertad política, prosperidad económica y cohesión social. Pero, al mismo tiempo, tenemos grandes debilidades. La defensa es una de ellas. Hoy en día, desgraciadamente, no hay paz sin capacidades defensivas. Y las hemos hecho construir porque no las tenemos.

¿Cómo explica que millones de personas voten a personajes como Milei o Trump?

Porque la globalización ha dejado muchos perdedores. Existe un resentimiento de aquellos que se han quedado sin empleo o que han visto empeorar sus condiciones de trabajo debido a la competencia internacional. La inmigración asusta porque se percibe como un fenómeno desordenado. Y esos miedos se explotan ofreciendo falsas soluciones a problemas que existen de verdad. En Europa el problema no es tan grande porque hemos compensado a los perdedores, de alguna manera, a través de la redistribución fiscal y del Estado del bienestar. En EE UU, a los perdedores nadie les ha compensado.

Pero también arraigan los populismos en los países europeos.

En Europa existen ahora tres miedos: a la guerra, a la desindustrialización, a la pérdida de capacidad competitiva de la que nos ha alertado Draghi, y el miedo a la vuelta a la extrema derecha. Los tres miedos están presentes hoy en toda Europa. Y la vuelta a la extrema derecha responde, una vez más, a la agitación de los temores identitarios por parte de gente que no tiene escrúpulos en presentar las cosas como no son. Desgraciadamente, hoy existen sistemas para distribuir la desinformación. La democracia es un sistema que funciona en base a la información. Con mala información, la democracia es de mala calidad.

¿Teme una regresión en derechos, en libertades, en el espíritu mismo de la democracia?

En EE UU ya lo hay, claramente.

¿Qué opinión le merece la elección del nuevo papa, León XIV?

Es buena noticia. El mundo necesita que la Iglesia católica, que sigue siendo una gran fuerza espiritual, esté activa en la defensa de los más débiles. Y los Estados Unidos de Trump, a quien más está atacando, es a los más débiles. Lo que peor que ha hecho Trump es suprimir la ayuda al desarrollo. Porque eso es una condena a muerte a centenares de miles de personas. Que alguien levante la voz, como hizo el anterior papa (Francisco) con fuerza suficiente para a hacerse oír, resulta muy necesario.

La guerra de Ucrania, el martirio interminable en Gaza, ¿dónde buscar optimismo para el futuro?

El pesimismo y el optimismo no dejan de ser estados de ánimo. Lo importante es el activismo. Lo importante es actuar, hacer, enfrentarse a los problemas, buscarle soluciones. Lo que no podemos es inhibir la acción. En el caso de Gaza, por ejemplo, no basta con condenar lo que ocurre, habría que sancionar a quien hace. No comprendo todavía como Europa es incapaz de tomar una medida contra Israel. Tengo que decir que ahí el Gobierno español ha estado muy acertado.

¿Qué puede ocurrir en Ucrania?

Los europeos hemos estado unidos hasta ahora frente a la guerra en Ucrania, hemos ayudado a los ucranianos, seguramente tanto o más que los Estados Unidos. Pero veremos si, en el caso de que Trump decida abandonar a Ucrania, los europeos seremos capaces de mantener la ayuda en un nivel suficiente.

¿Cómo se imagina la Europa del futuro?

Yo soy un europeísta convencido, pero no soy un eurobeato de los que mencionan Europa y hacen cuatro genuflexiones. Porque sé que lo que hemos hecho, aun siendo extraordinariamente importante, no es suficiente. Si no avanzamos en la unión federal, si no compartimos capacidades defensivas, sino compartimos capacidades fiscales, como hacen los estados federales, Europa no sobrevivirá en el mundo actual.

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