Guerra: «Los mileniales somos una generación marcada por la crisis»
La periodista cultural y deportiva plasma los problemas a los que tienen que enfrentarse las personas de su generación en su ópera prima «Las cosas que nos pasan»

Desde la izq., Guada Guerra y Estela Gómez, ayer, en el Club FARO. | Alba Villar
«El mundo ahora mismo no es un lugar de luz precisamente». Así sintetizó ayer la realidad que vivimos Guada Guerra (Vigo, 1991) durante la presentación en el Club FARO de su primera novela, «Las cosas que nos pasan» (Plaza & Janés), una obra coral en la que la periodista y escritora viguesa da voz a la generación milenial y pone el foco en los problemas a los que se enfrentan: la soledad, la precariedad laboral, los cánones estéticos, la crisis económica, la salud mental, la frustración sentimental y la incertidumbre por el futuro, a través de cinco amigas treintañeras que viven en Vigo.
En la conversación que mantuvo con la también escritora viguesa, Estela Gómez, a quien conoce desde la infancia, Guerra aseguró que la suya es una generación muy marcada por la situación de incertidumbre que vivimos. «Somos una generación muy marcada por el contexto de crisis. Crecimos en una época de bonanza económica, en plena burbuja. Cuando éramos niños era todo maravilloso, todo el mundo era clase media y la premisa era estudiar una carrera para tener un futuro prometedor. Pero la burbuja revienta y cuando salimos con nuestro título debajo del brazo lo único que nos dicen es que no hay trabajo y que te especialices. Y cuando haces un máster, tú y el de al lado, todo está muy mal y o emigras o entras de becario con un sueldo precario», afirma.
La pandemia supuso un nuevo revés para esta generación. «Cuando tenías tu carrera más o menos establecida, llega el covid y vuelve a poner la incertidumbre sobre la mesa», añadió.
De todos esos sueños, las expectativas puestas en un futuro prometedor y la realidad del día a día habla esta ópera prima, que sale hoy a la venta y que constituye, como su propia autora dijo, «una fotografía de una semana de la vida de cinco amigas», cada una de las cuales tiene su propia voz en la novela.
Guerra aseguró que hay mucho de ella en todas y cada una de estas amigas –Sofía, Irene, Julia, Belén y Claudia–, «las chicas» como se refirió a ellas en varias ocasiones. «No soy ninguna y a la vez soy todas –manifestó–. Hay mucho de mí y de mis amigas en estas páginas». Precisamente, uno de los miedos que tenía era que alguien pudiera sentirse identificado con algún personaje en concreto.
También está la impronta de Vigo, del ritmo vital de la ciudad, de sus puntos de encuentro y de los locales de moda que vieron crecer a esta generación. «Al principio pensé en no ubicar la historia en ninguna ciudad en concreto para que el lector pudiera hacerla suya, pero me di cuenta de que había elementos de la ciudad que han marcado mi generación y que tenían que estar ahí, y que el ritmo de vida de la ciudad también marcaba el de las protagonistas», comentó.
Pero aunque «Las cosas que nos pasan» gira en torno a estas cinco treintañeras, muchos de los problemas e inquietudes que tienen las han vivido generaciones anteriores, por lo que cualquiera puede identificarse con muchas de las situaciones que se describen en el libro. «He descubierto que son situaciones que no todas desaparecen al superar la treintena, lo cual me inquieta», afirmó.
La novela también sirve para descubrir a una generación a la que muchas veces se le presupone una vida fácil por haber tenido acceso a oportunidades que sus padres no tuvieron, como el acceso a estudios universitarios, y comprobar que, en realidad, se enfrentan a no pocos retos. «Mi abuela [uno de sus lectores cero] me llamó para decirme: ‘Me gustó mucho, pero cómo lo siento porque yo tenía menos cosas, viajaba menos, sabía menos, pero era más feliz’», recordó la periodista y escritora.
«Me dejé guiar por los personajes»
Cuando Sofía, Irene, Julia, Belén y Claudia se reúnen en el cumpleaños de la primera, el evento que siempre ha marcado el final de sus veranos, una serie de circunstancias obliga a las protagonistas de «Las cosas que nos pasan» a enfrentar las decisiones que han tomado hasta ahora y a encarar la incertidumbre de su futuro. «A partir de esa fiesta, ellas van solas y yo me dejé guiar por ellas», afirmó Guada Guerra.
Esta historia de mileniales es también un homenaje a la amistad, aunque no fuera el objetivo inicial. «En el momento en que me pongo a escribir sobre cinco treintañeras y sobre algo que entiendo que es generacional, me pareció importante reflejar la forma en que vivimos la amistad como parte de la familia», dijo.Sobre el proceso literario, aseguró que lo ha disfrutado mucho, aunque también tuvo que restarle horas a amigos y familia. «Siempre quise escribir una novela, pero era algo sin fecha. Ahora sé que quiero volver a escribir», reconoció.
A pesar de ser una fanática de la música, muy presente también en la novela, Guerra reconoció que es incapaz de trabajar escuchando canciones. Los fines de semana, hacía escapadas para escribir. «Descubrí que en casa era incapaz de escribir», afirmó.
- Un arquitecto pagará 295.000 euros a un cliente por no avisarle de que la finca que compró en Toralla no es edificable
- La mujer de O Barco que saltó del balcón para huir de su pareja preguntó esa mañana cómo separarse pero no denunció violencia
- El ganadero que perdió 22 vacas fulminadas por un rayo: «Habrá que seguir; es lo que sé hacer y llevo así toda la vida»
- Se hace pasar por su nuera y escapa en una carretilla al estar trabajando cuando no debía en un aserradero de Nigrán
- El mayor parque acuático de Galicia desvela la fecha de apertura
- «Con radioterapia y extirpación de ganglios, en uno de cada tres pacientes hay linfedema»
- La Ley de Extranjería no es para todos: Nirsa y Darys lo saben bien
- Cesados el presidente y la consejera delegada de Ribera