El bloque abolicionista del 8M en Vigo
El colectivo As Furias convoca una de las dos marchas feministas de Vigo | Reivindican la abolición de la prostitución, la pornografía, los vientres de alquiler y el género

Desde la izquierda, Carmen Campoy, Allison Iglesias, Nuria Alonso y Valeria Fernández, miembros de As Furias / Marta G. Brea
El colectivo feminista abolicionista As Furias convoca una de las dos manifestaciones que recorrerán Vigo el próximo 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer Trabajadora, y lo hará con el lema «Artellando a abolición do patriarcado» para reivindicar la abolición de la prostitución, la pornografía, los vientres de alquiler y el género, cuatro puntos que son «irrenunciables», según Valeria Fernández, una de las cofundadoras de este grupo asambleario, anticapitalista y apartidista. La otra marcha la convoca Resposta Feminista.
As Furias toman el nombre de las Furias, criaturas de la mitología griega, también conocidas como Erinias o Euménides, que aplicaban el castigo divino a los culpables de malas acciones, y en estos apenas tres años han hecho el suficiente ruido como para atraer la atención de los dueños de varios locales vigueses que ofrecen servicios eróticos, acusados de proxenetismo en una campaña de carteles que aparecieron el pasado verano en marquesinas, fachadas y bancos en varias calles de la ciudad. As Furias no reivindican esta acción, aunque han sido denunciadas ante los Juzgados de Vigo. «Solo compartimos los carteles en nuestras redes sociales, como otros grupos feministas», afirma Fernández.
Coacciones
A raíz de esto, As Furias aseguran que fueron «perseguidas, grabadas y fotografiadas» durante la manifestación del pasado 25N, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, supuestamente por los responsables de estos locales. «A veces se nos acusa de violentas y excluyentes, pero somos nosotras las que sufrimos agresiones en las movilizaciones. Por eso, pedimos el apoyo de las mujeres este 8M», afirma Fernández.
Sin embargo, la coacción no las va a obligar a cesar en su lucha hasta que la prostitución y cualquier otra forma de explotación sexual o mercantil del cuerpo de la mujer hayan sido abolidas. «La prostitución, la pornografía y los vientres de alquiler son expresiones del sistema patriarcal y capitalista que vulneran nuestros derechos y suponen una violencia extrema», recalca Allison Iglesias.
As Furias no buscan la prohibición de la prostitución, porque esto significa considerarla delito y penalizar a la mujer prostituida. Las abolicionistas aspiran a acabar con el proxenetismo, desincentivando la demanda actuando contra quien la solicita y ofreciendo al mismo tiempo alternativas laborales, sociales y vitales a las mujeres en prostitución.
«No se puede defender su regulación alegando que así sería una práctica libre e incluso empoderante. El consentimiento en prostitución está viciado porque no tiene nada que ver con la sexualidad y se crea una relación de subordinación. Con su regulación solo se estaría dando cobertura a otro tipo de delitos, como a la trata de personas», añade Carmen Campoy.
El colectivo ha presentado varias solicitudes al Concello de Vigo para que la plaza conocida popularmente como del Abanico se dedique a Carmen Lago, expresidenta de la asociación Faraxa y referente en la lucha contra el proxenetismo, fallecida el pasado año en Vigo. «No hemos obtenido respuesta en ninguna de las ocasiones», se lamenta Nuria Alonso, que entró en As Furias a través de su hija, Allison Iglesias.
La pornografía es otra herramienta del sistema patriarcal que, según esta corriente feminista, hay que abolir si se quiere acabar con la violencia ejercida contra las mujeres y construir una sociedad realmente igualitaria. En este sentido, aseguran que es un contenido que denigra a la mujer y recuerdan de la relación de causalidad que hay entre el porno y las violaciones en manada.
Otro frente de batalla de las abolicionistas es la gestación subrogada, que consideran explotación reproductiva y sexual de la mujer. «Estamos en contra del mercantilismo tanto del cuerpo de la mujer como de los bebés», expone Carmen Campoy.
As Furias creen que parte del feminismo «se ha institucionalizado» y pasa de puntillas por estos temas, mientras cierra filas en torno a otros que no le competen, como las reivindicaciones del colectivo trans. entienden que si el género es uno de los pilares del patriarcado y el feminismo ha luchado contra esto desde sus inicios, no tiene sentido ahora que lo refuerce ahora. «La abolición de género acabaría con la ideología de identidades y con los roles sexuales asociados a esto, y la gente se libraría de mutilarse. Detrás de todo esto hay un lobby muy importante», afirma su cofundadora.
Respecto a los ataques que el feminismo está sufriendo por parte de determinados colectivos, As Furias entienden que es una consecuencia del repunte de la ultraderecha y alertan de una «derechización» de los jóvenes.
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