«El humor es una herramienta para curar heridas, no para aplastar y atacar»

«Me gustaba la filosofía de vida que tenía Gila, el tomarse las tragedias con humor»

Óscar Lasarte, protagonista de ‘¿Es el enemigo? La película de Gila’.

Óscar Lasarte, protagonista de ‘¿Es el enemigo? La película de Gila’.

begoña jorques

Nació en Dénia (Alicante) hace 28 años. Formado en Valencia,Madrid y Barcelona, para Óscar Lasarte el humor es su forma de vida y se ve reflejado en su manera de afrontar cada reto. Acaba de ser nominado a Mejor Actor Revelación en los próximos Premios Goya por su papel en «¿Es el enemigo? La película de Gila», su primer largometraje como protagonista. El actor recuerda que descubrió al cómico, del que admira su forma de entender la vida, a golpe de especiales de Nochevieja en familia 

¿Qué supone esta nominación a los Goya?

Es lo más importante que me ha pasado en la vida profesional. Es un sueño cumplido y un reconocimiento al esfuerzo de muchos años haciendo bolos e intentar subsistir con la actuación.

¿Se lo esperaba?

Se comentaba, pero la película se estrenó un poco tarde y llegaba con muy poco tiempo para hacer campaña para los académicos. Tenía fe. Viendo el anuncio de las nominaciones estaba nervioso, pensando «bueno, ya está, has hecho todo lo posible» y estaba contentísimo. Para mí es un sueño haber hecho la película y de protagonista; mi primera película, no podía pedir más. Cuando dijeron mi nombre di un salto que casi llego al techo (ríe).

¿Se ve con posibilidades?

Sí, pero al final son unos trabajos excepcionales los que han hecho con La estrella azul y Segundo premio [ambas cintas tienen a dos actores nominados cada una en mejor actor revelación]. Suenan muy fuerte y han dado un golpe sobre la mesa. Y es mucho más difícil estar entre los nominados que entre los ganadores. Estar entre los candidatos es el premio supremo. Pero vamos, que si toca genial. Yo tengo fe en que hay alguna posibilidad.

¿Cómo se metió en el personaje de Gila porque es muy joven?

Yo veía sobre todo los recopilatorios de Nochevieja porque los ponían mucho mis abuelos y mis padres. Ya con 14 años quedamos a merendar en casa de mi tío y viendo uno de estos especiales entendí uno de sus chistes y dije «esto es graciosísimo». Me puse a ver muchos monólogos y lo llegué a imitar en mi espectáculo de magia [también es mago]. Aunque mi madre y mi abuela me dijeron que no me salía muy bien (ríe). Me gustaba la filosofía que tenía él de vida, de tomarse las tragedias con humor y con este prisma tan único. A mí eso me lo inculcó mucho mi abuelo, Pepe Cascarra. Lo tengo muy presente siempre. Mi abuelo también era un poco Gila.

¿Qué ha sentido al interpretar a uno de los humoristas más queridos y respetados de España?

Me daba vértigo porque era algo muy complicado. El síndrome del impostor siempre está detrás de la oreja. Intentaba centrarme en que Alexis [Morante, director de la película] había confiado en mí y las directoras de casting también. Si ellos veían algo es porque lo había. Y, sobre todo, no pararme a ser consciente de la magnitud de lo que estaba haciendo. Al final, tenía un poco la actitud de «vamos a darlo todo». No quería arrepentirme de no haber dado el 300 %. Todo lo que estaba en mi mano lo hacía. También contábamos con la ventaja de que la película muestra una etapa de Gila que no era conocida. Eso nos daba cierto margen de maniobra. Partíamos de esa base un poco más libre, de tener un lienzo un poco más indefinido.

Durante el rodaje estuvo muy pendiente la hija de Gila.

Sí, ya vino a la lectura de guion y acabamos llorando los dos, le gustó mucho. Cuando volvimos al hotel me dijo «buenas noches, papá». Fue emocionante.

Después de interpretar a Gila, ¿lo ve con otros ojos?

Sí, totalmente. Yo no conocía su historia más personal y conocerla da otra dimensión a su figura.

¿El humor de Gila sería posible hoy en día?

Depende, habría cosas que reformular porque el mundo ha cambiado. Una cosa que yo admiro de Gila es que hace humor sacando el absurdo de situaciones y de conceptos, no de personas. Es complicado hacer humor ahora mismo. Cuando no te hace gracia algo es porque tienes una herida por curar. El humor es una herramienta para trascender y para curar heridas, no para aplastar y atacar.

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