"¿Cuándo se come aquí?", el golpe en la mesa de Siniestro Total
Nada hacía imaginar en 1982 que la carrera de Siniestro Total iba a superar los 40 años. Fue entonces cuando se publicó «¿Cuándo se come aquí?», el primer álbum de los vigueses, una andanada de punk-rock que demostró que iban en serio (bueno, relativamente). Un libro muestra la intrahistoria de aquel disco.

Miguel Costas, Alberto Torrado y Julián Hernández, en la redacción de FARO en agosto de 1983. / Magar

Ya habían dado aldabonazos como «Matar jipis en las Cíes» o «Ayatollah!», temas incluidos meses antes en su EP «Ayudando a los enfermos», pero «¿Cuándo se come aquí?», el primer trabajo de larga duración de Siniestro Total, publicado en noviembre de 1982, fue un golpe sobre la mesa de una banda que demostraba que iba en serio, o todo lo serio que puede ir un grupo liderado por dos cachondos mentales del calibre de Julián Hernández y Miguel Costas. Un libro de Efe Eme cuenta ahora la intrahistoria de aquel álbum con los testimonios de sus protagonistas y de quienes compartieron con ellos aquella aventura iniciática.
La periodista Sara Morales (Zaragoza, 1983), codirectora de la revista musical «Efe Eme», ha escrito «¿Cuándo se come aquí? El gran golpe de Siniestro Total» como una historia oral: son los personajes los que hablan tras una breve introducción de la autora. Solo entrecomillados, debidamente editados del lenguaje oral. Imposible ir más al grano y respetar mejor la retranca de los músicos de Siniestro, que tienen para dar y tomar.
Con la ausencia triste e inevitable de Germán Coppini, fallecido hace ahora 11 años, y del que se recuperan algunas declaraciones, van desfilando por las 173 páginas del libro los supervivientes de aquella primera formación, Julián Hernández, Alberto Torrado y Miguel Costas; y personajes de su entorno de entonces: el periodista Jesús Ordovás, Servando Carballar (creador del sello DRO), el diseñador gráfico Óscar Mariné, el productor Paco Trinidad, el periodista Diego A. Manrique, Javier Soto (Siniestro Total y Os Resentidos), Antón Reixa (Os Resentidos); Teo Cardalda y Pablo Novoa de Golpes Bajos…
Pero el protagonista absoluto es Julián Hernández, con quien Sara Morales pasó «dos días muy divertidos, intensos e inolvidables» en su casa de Cambre. «La entrega de Julián fue, desde el primer momento, muy sincera y absoluta –apunta a FARO la periodista–. Cuenta con una memoria exquisita y un discurso más exquisito todavía. Muchas de las cosas que hablamos ya se sabían a nivel popular, otras ciertamente inéditas aparecen en estas páginas y hay otras que se quedarán entre él y yo», explica.
A la autora le ha llamado la atención la forma en que se hacían las cosas en aquel entonces, la dureza del «hazlo tú mismo» no como pose punk, sino como único camino posible para aquellos muchachos desvirgados, musicalmente hablando, en el escenario del Satchmo, un garito de jazz de Vigo: «Lo que costaba dar un solo paso, la precariedad en los instrumentos, la falta de información, el desorden en la forma de hacer música porque ninguno pensaba que aquello podía llegar tan lejos y acabar siendo referencial. Estaban haciendo historia sin darse cuenta, y eso me resulta mágico», señala Sara Morales, que valora aquel modus operandi como «más auténtico que muchas de las rutinas, protocolos y productos en la música de ahora».
Los seguidores de Siniestro Total conocen bien la historia de aquellos primeros pasos de Julián Hernández en Madrid, pasándole una maqueta a Jesús Ordovás. El legendario periodista musical fue poniendo los temas en Radio 3 poco a poco, temiendo incluso perder su empleo por aquellas letras repletas de humor delirante, acidez gamberra y transgresión. Primero probó con "Ponte en mi lugar", y luego cayeron los demás. Solo ese tema de los 15 del álbum original superaba los 3 minutos, los demás ("Fuera las manos chinas del Vietnam socialista", "Los esqueletos no tienen pilila", "Nocilla, ¡qué merendilla!", "Hoy voy a asesinarte", "Las tetas de mi novia") apenas superaban los dos minutos o incluso un minuto ("El cobrador loco"). Por eso los comparaban con los Ramones, aunque Siniestro carecía de la melodía pop que caracterizaba a los neoyorquinos. En muchos casos, Julián y Miguel reconocen que las letras sonarían hoy totalmente fuera de lugar, como la de "Las tetas de mi novia".
No falta el relato preciso de cómo se fraguó aquel primer álbum, uno de los primeros éxitos (muy inesperado en este caso) del sello DRO, y un repaso a sus canciones, una por una, pero más que los detalles técnicos o estrictamente musicales, el seguidor de Siniestro Total y el nostálgico de la cultura de los años 80 disfrutará de las innumerables anécdotas que contiene el libro y de la descripción de aquella época, tan dura y gris como auténtica.
¿Dónde está «La Movida»?
«La gente todavía no sabía muy bien dónde estaba Vigo, lo único que sabía es que ahí se movía farlopa y, cada vez que íbamos a tocar a algún lado, la gente nos preguntaba si llevábamos algo encima –cuenta en el libro Miguel Costas, entre risas–. Todo el mundo venía a Vigo en tren y llegaban preguntando dónde estaba «La Movida» [refiriéndose al ambiente cultural, musical]; pero claro, nosotros no sabíamos qué decirles porque en realidad no era tal, no era como en Madrid, y les decíamos: “Está ahí, a la derecha” [risas]».
Respecto a Vigo, refiere Julián Hernández que fue a partir del disco «cuando el FARO DE VIGO empezó a prestarnos atención». Tal vez se refiere al EP «Ayudando a los enfermos», publicado en junio de 1982, porque el decano sí les dedicó un buen espacio antes de la publicación del primer álbum. Pilar Comesaña, que con el tiempo se convirtió en una de las grandes cronistas de La Movida, firmó una página entera en el suplemento dominical de FARO el 5 de septiembre de aquel año, con una entrevista con el grupo. «Es el peor disco que se ha grabado nunca, estamos orgullosímos de eso. Es un disco bastante terrorista», comentaron entonces Julián Hernández y Miguel Costas.
Hernández descarta un concierto de despedida en Vigo como los del WiZink de Madrid en 2022. «La ciudad y nosotros tenemos buena relación y nos sentimos queridos, pero hacemos los conciertos que queremos», zanja el líder de Siniestro en el libro.
Pero, a falta de directos que echarse a la boca, ¿habrá nueva música de Siniestro Total? ¿Cuándo se graba aquí? Ante todo, mucha calma: Sara Morales asegura que Julián, «inquieto, creativo y vitalista como nadie, no para de currar y siempre tiene algo entre manos», y enumera: «Además del documental El balance de los daños, de Mikel Clemente, que verá la luz próximamente, también va a salir un disco, a través de Munster Records, llamado Que no cunda el orden, con las primeras maquetas de la banda de enero de 1982. Otra joyita», avanza.
Mientras tanto se puede degustar esta suculenta lectura sobre el disco que «dio voz a un género –el punk– que en España todavía estaba en pañales», como dice Sara Morales, «con esa manera tan delirante y tan suya de tirar del humor y de la ironía para poner sobre la mesa desde los asuntos más anodinos o bizarros, a los más trascendentales». «Animaron a muchas bandas de otras provincias a probar suerte y a lanzarse» y «también fueron los causantes de que Vigo se tuviera en cuenta, por fin, en el mapa sonoro general», concluye la autora.
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