Lope de Toledo: «Vivimos en casas muy estandarizadas y rígidas»

«Tenemos que ir pensando en soluciones flexibles que se adapten al cambio de nuestras necesidades», expresó el arquitecto y autor del libro ‘Arquitectura de andar por casa’

Gustavo A. Garrido y Luis Lope 
de Toledo, ayer, en el Club FARO. 
|  Adrián Irago

Gustavo A. Garrido y Luis Lope de Toledo, ayer, en el Club FARO. | Adrián Irago

«Vivimos en casas muy estandarizadas, que son elementos de enriquecimiento de muchas personas, y no están personalizadas para los gustos y necesidades individuales de los que viven en ellas». Así lo manifestó ayer en Club FARO el arquitecto y comunicador Luis Lope de Toledo, autor del libro ‘Arquitectura de andar por casa’ (editorial Temas de hoy), que va por su cuarta edición. «Durante la pandemia descubrimos que nuestras casas no funcionaban, que muchas estaban pensadas para estar poco tiempo en ellas y que eran muy rígidas, sin piezas o estancias que puedan permitir diferentes usos según las necesidades de cada momento», añadió.

Presentado por Gustavo A. Garrido, secretario de la Fundación Carlos Casares, con quien mantuvo una charla antes de dar paso a las preguntas del público, el ponente abordó diversos temas de los quince capítulos de su libro, que se ocupan de diferentes elementos de las viviendas, desde las cubiertas , fachadas, patios o escaleras hasta los baños, salones o cocinas, sin olvidarse de un último apartado: las personas, «que somos el centro de la arquitectura y si no funcionamos bien dentro de ese espacio, la vivienda no va a funcionar».

Por eso indicó que la primera pregunta que hay que hacerse al construirse, comprar o remodelar una casa es ¿cómo te gustaría vivir? y aludió a su padre, también arquitecto, que daba a sus clientes un cuestionario sobre sus hábitos y gustos antes de empezar un proyecto. «Se trata de saber, por ejemplo, si al despertarte te gusta que te dé el sol en la cara o si quieres abstraerte de la ciudad y prefieres una casa búnker con un patio interior, hay que ver cómo te mueves por la vivienda y la importancia que das a cada pieza», expuso. De ahí que en su libro ponga ejemplos de propuestas «radicalizadas» que responden a gustos y necesidades individuales.

En un repaso sobre los elementos externos de una vivienda, se refirió a las cubiertas y puso ejemplos de algunas que se emplean, además de como envolvente del edificio, como espacio para pasear, tomar el sol o hasta esquiar (una fábrica en Copenhague). «En la ciudad vivimos en el entorno de la calle, ¿qué sucedería si lo elevamos a otra cota», dijo, al tiempo que rechazó replicar propuestas que funcionan en otros lugares sin tener en cuenta otras variables. «La arquitectura, al igual que testigo de su tiempo y de lo que nos ocurre como sociedad, también es del lugar donde se encuentra».

Ya centrados en el interior de las viviendas, abogó por tener en cuenta los años en que se va a vivir en ellas y la evolución en las necesidades que vamos a tener con el paso del tiempo. «Hay que pensar en soluciones flexibles que permitan que las piezas se adapten a diferentes usos y necesidades que vayamos teniendo si vamos a tener mas de un hijo, por ejemplo, cuando los niños crezcan a cuando envejezcas», expresó. En ese punto recomendó el uso de tabiques móviles, paneles termoacústicos que pueden ampliar o acortar estancias.

Al hablar de la evolución histórica de diferentes dependencias, advirtió que «la cocina, como la entendemos hoy, la inventó en 1927 la austríaca Margarete Schütte-Lihotzky, apartada de los dormitorios por los olores y los ruidos, aislada y optimizada en módulos para tener todo a mano». «Hoy cocinan el hombre y la mujer, es un acto social que quieres compartir con amigos y hay extractores potentes, por eso la cocina puede estar abierta al salón». Y sobre el baño, que comenzó siendo una pieza de lujo, «perdió peso en cuanto se democratizó, convirtiéndose en inhóspito, cuando puede ser un sitio en que te apetezca estar más tiempo, no gasolineras domésticas».

Un divulgador con éxito en redes sociales

Arquitecto y divulgador, Luis Lope de Toledo trata hace años de acercar su disciplina a todos los públicos a través de sus redes sociales, donde su nombre es @lopedetoledo y cuenta con un gran volumen de seguidores. Comenzó llamando la atención de los usuarios d e Twitter con sus hilos de #juevesdearquitectura, un concepto que luego adaptó y exportó a otras plataformas como Youtube, Instagram y Tik Tok.

Reivindica el reaprender a mirar y a disfrutar de los edificios que están presentes en la vida de todos y huye en todo momento de que los contenidos que crea y comparte caigan en el círculo vicioso de ‘arquitectos hablando de arquitectura a otros arquitectos’. «No podemos transmitir la idea de que es algo complejo para el resto de los mortales, porque todos vivimos rodeados por ella. Comprender nuestras viviendas, lugares de trabajo y, a otra escala, nuestras ciudades es el primer paso para poder mejorarlas entre todos», afirma.

Con la premisa de que la arquitectura es un arte y se puede entretener a la gente mientras aprende cosas que no conocen, ha colaborado también para medios de comunicación tradicionales, ha escrito y locutado un pódcast para Fundación Telefónica e impartido cursos y conferencias.

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