Entrevista | Patricia Fernández Autora de Fuera de juego
«El juego me llevó a pensar en quitarme la vida»
Fuera de juego es un relato muy personal en el que su autora, Patri Fernández, expone cómo ha llegado a superar la ludopatía, además de contar otros casos, el funcionamiento de la terapia y otras vivencias. Un gesto de valentía cuya intención es ayudar a otras personas que lo puedan necesitar
«No sé en que momento pasé de jugar por ocio a convertirse en una enfermedad que casi acaba con mi vida». Es una frase demoledora que resume el contenido del libro Fuera de juego, el primero de Patri Fernández (Vigo, 1986), una educadora infantil «optimista y resiliente» que cuenta su experiencia personal con la ludopatía, cómo llegó a la enfermedad y cómo pudo superarla. «Escribí el libro para darle un poco de voz a esto; ahora hay un montón de problemas, sobre todo entre los jóvenes, y es algo de lo que no se habla, les da vergüenza», reflexiona.
¿Qué le llevó a escribir un libro sobre su propia experiencia con la ludopatía?
Hace dos años que se destapó todo y que empecé el tratamiento, fui a terapia, solucioné el tema de las deudas que había acumulado también y ahora ya estoy rehabilitada. Escribí el libro porque cuando estuve en terapia buscaba experiencias de otra gente, saber cómo salieron de las deudas, cómo les había ido en terapia..., y no encontraba. Encontraba cosas generales de psicología, pero no casos personales. Así que me armé de valor y decidí contar lo que me había sucedido a mí para quien pueda servirle de ayuda.
Una especie de guía para otras personas que estén pasando por lo mismo...
Sí, que lo lean, que se vean reflejadas, cómo es el proceso y que se puede salir. También cómo se puede resolver el tema de las deudas. Yo cuando empecé a ir a terapia pensé que iba a encontrarme a cuatro señores mayores, que iba a ser una terapia como las de las pelis, y para nada. La realidad es que hay mucha gente joven. Además de los casinos, también incluye el mundo de las criptomonedas, las apuestas deportivas...
¿Cómo empezó a jugar?
Yo tuve una relación tóxica de maltrato y como él no tenía dinero tuve que buscar de dónde sacarlo. A través de internet me apareció un anuncio de juego. Empecé con un euro, dos... Vi que era fácil obtener dinero por ese medio y me fui enganchando. Cada vez apostaba más y tenía que pedir préstamos para apostar y así fui haciendo una bola muy grande. Estuve haciéndolo unos siete u ocho años.
Llega a decir que es algo que casi acaba con su vida.
Yo veía que no era normal esa manera de obtener dinero, pero, a la vez, la dopamina te hace querer más y más, nunca paras. Llegué a acumular muchos créditos y préstamos. Estaba ahogada y llegué a pensar que tenía que sacarme del medio porque no encontraba la manera de solucionarlo. Pensaba que cuando mi familia y mi actual pareja se enterasen me iban a dejar de lado. Me puse en lo peor y pensé en quitarme la vida.
¿Qué la llevó de esta situación tan extrema a la terapia?
El día que estaba pensando en quitarme la vida, buscando en internet encontré el contacto de un chico de Barcelona que había pasado por lo mismo y ponía su número de teléfono para cualquier situación de emergencia. Lo llamé y me ayudó a tranquilizarme. Me explicó su caso y me hizo ver que había salida. Me ayudó a quitarme de la cabeza ese pensamiento tan feo y me animó a empezar a buscar soluciones.
¿Es entonces cuando se entera su entorno?
Cuando regresé a casa se lo conté a mi pareja. Fue un gran apoyo porque me ayudó a buscar un abogado, a encontrar una terapia y se lo contamos a mi familia.
¿Su familia no sabía nada?
Así como hay gente que roba y en casa se enteran, o piden dinero a familiares, yo pedía siempre préstamos y créditos para que nadie se enterase. Fue peor.
¿Llegó a acumular deudas muy grandes?
Sí. Sueles pedir un crédito de 1.000 euros en un sitio, otro de 3.000 en otro... Vas pidiendo uno para pagar otro, enlazando uno con otro y, al final, entre los intereses y demás, es una bola...
Y empezó la terapia...
En un primer lugar le conté a mi novio que tenía deudas, pero no le dije que era ludópata. Fue él el que me dijo que eso era ludopatía. Yo no era consciente. Luego, yendo a terapia, al principio decía que jugaba para conseguir dinero, porque lo necesitaba. Me costó un poco entender que la ludopatía era una enfermedad y que provocaba ciertos estímulos en el cerebro y que por eso yo la tenía y otra gente podía jugar un día y no jugar más.
Reconocerlo, asimilarlo, ¿fue un punto de inflexión?
Ver en la terapia que había gente que hablaba igual que yo, que sentía lo mismo, me hizo darme cuenta de que era una enfermedad que todos teníamos en común, que no era solo cosa mía.
¿Dónde fue a terapia?
Fui a una asociación que está en Vigo, que se llama AGAJA (Asociación Gallega de Jugadores Anónimos).
¿Le costó dar el paso de exponerse en este libro?
Claro. Al principio no decía nada. Lo sabía mi pareja, mi madre y pocas personas más. Solo gente muy cercana porque cuando estás en terapia te controlan el dinero, tienes que dar cuenta de todos los gastos, así que a mis amigos más cercanos se lo contaba, pero a nadie más. Poco a poco, un día se lo cuentas a uno, a otro... Vi que la gente lo iba recibiendo bien y, al final, ya me abrí de todo.
También da pautas para afrontar las deudas y habla de la Ley de la Segunda Oportunidad (LSO), por ejemplo.
Lo que más me agobiaba el día que pensé quitarme del medio era el tema de las deudas. No le veía salida... Creo que, si la gente sabe las opciones que tiene, que no son fáciles ni mucho menos, puede darles un respiro, motivarles para hacer terapia, para salir de ahí. Es importante que sepan que hay opciones.
«Debería estar regulado como el tabaco o el alcohol»
¿Vivimos en una sociedad que incita al juego?
Se ha conseguido que los anuncios de casinos y de ese estilo solo se puedan poner a partir de la una de la mañana; pero a partir de esa hora todo son anuncios de juego, de casinos, de apuestas deportivas... Se ha conseguido algo, pero muy poco. En internet es muy fácil registrarse (te piden un DNI, pero puedes poner el de tu padre o el de tu madre), en los bares no te lo piden para jugar, en los sitios de apuestas deportivas casi tampoco... El acceso es muy fácil para los jóvenes, sobre todo online. Debería estar regulado como el tabaco o el alcohol, pero da tanto dinero que no interesa.
¿Cómo ha reaccionado su entorno tras conocer su caso?
La recepción ha sido muy positiva. Incluso, siendo mujer. Sila Otero, que es psicóloga, me hizo el prólogo del libro y se centró en el tema de la mujer en el juego, porque está como peor visto, es más tabú. Se asocia a que es un mundo más de hombres.
Suscríbete para seguir leyendo
- Hallan el cadáver del joven desaparecido en Silleda
- Despedida de una panadería de Vigo por sisar monedas de las ventas
- Malas noticias para los pensionistas: adiós a recibir la paga extra este 2025
- Insólita demanda en Vigo: una menor se suma a la denuncia de su madre para exigir conciliación
- Un robo con extrema violencia: asaltan a punta de pistola a una pareja y la rocían con gasolina en Meis
- Bruno Vila se despide de sus compañeros de los Mozos de Arousa: «Cerrando etapas»
- Preparados para tiritar: alerta por frío en Galicia
- Un fugitivo arrepentido se entrega a la policía local de Vigo: «Quiero entrar en prisión»