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En busca de la fórmula para plantar cara a la extrema derecha en el tablero digital

Un congreso en Barcelona, con la presencia de la ministra de Juventud, busca respuestas al "cambio de época" que ha propiciado el crecimiento de los extremismos en Europa 

Sira Rego y Joan Subirat, en el congreso sobre las amenazas a la democracia en Europa, el miércoles.

Sira Rego y Joan Subirat, en el congreso sobre las amenazas a la democracia en Europa, el miércoles. / / MANU MITRU

Daniel G. Sastre

El exministro de Universidades Joan Subirats explicó el pasado miércoles una anécdota, una vivencia, que puede arrojar luz sobre la frustración de parte de la juventud actual y sobre el auge de las opciones de extrema derecha. "Yo soy el primer universitario de mi familia, mis dos hermanos mayores no pudieron estudiar por cuestiones económicas. Empecé a estudiar en 1969, y en 1974, cuando terminé, al día siguiente era profesor de universidad. Cobraba 15.000 pesetas, y el piso que alquilé en Gràcia costaba 5.000 pesetas, un tercio. La recompensa del esfuerzo entonces era relativamente fácil. ¿Dónde está eso ahora? Cada vez pesa más el factor familiar, de herencia y no el esfuerzo individual", dijo.

La reflexión fue una de las que se lanzaron en el marco del inicio del congreso Arenas (por las siglas en inglés de Análisis de y respuestas a las narrativas extremistas), organizado por la Universitat Autònoma de Barcelona y que, durante esta semana, ha abordado las amenazas actuales para la democracia en Europa. Compartió con Subirats la mesa inicial la actual ministra de Juventud e Infancia, Sira Rego. Ambos coincidieron bastante en el diagnóstico de la situación: en resumen, el ascensor social, que permitía cierta permeabilidad entre clases, se ha averiado, y eso ha mermado la esperanza de miles de jóvenes. Y la extrema derecha les ofrece respuestas, algo que el sistema no hace.

"Estamos ante un cambio de época", afirmó Rego. En su opinión, "la extrema derecha ha venido para quedarse, y ya no sirven las respuestas del pasado. "La capacidad de organizarse contra eso tiene que mutar, porque vamos hacia dinámicas históricas diferentes", añadió la ministra, que explicó que los jóvenes que buscan salidas a una situación difícil –en materia de vivienda, de empleo precario, del desafío del cambio climático– pueden hallarlas a veces en las "dinámicas autoritarias", que "dan respuestas a la situación a través de certezas que no existen".

El exministro de Universidades ahondó en la misma tesis cuando dijo que la extrema derecha ofrece caminos fáciles de entender como solución a la angustia vital. "Por ejemplo, reivindica los roles tradicionales, porque son algo que está estructurado", dijo. Para Subirats, "el tema de la desigualdad es la clave", y la falta de expectativas es la gran "promesa incumplida" de la democracia. Y entonces surgen grupos que hacen "una enmienda a la totalidad del sistema", que se hacen atractivos a los ojos de miles de jóvenes porque el sistema "dice cosas que luego no cumple", y muchas veces no puede garantizar una "dignidad personal". Como respuesta a ello, el profesor de la UAB Steven Forti, miembro del comité organizador del congreso, subrayó que la derecha "ha conseguido presentarse como rebelde", como antisistema.

Alvise el antisistema

En cambio, en opinión de Subirats, la izquierda "ha quedado atrapada en lo políticamente correcto", mientras que "ahora oyes a la alcaldesa de Ripoll [Sílvia Orriols, líder de Aliança Catalana] diciendo cosas que era inimaginable que se pudieran decir". Otro ejemplo de político ultraderechista que se presenta como antisistema es para él Alvise Pérez, cuyo partido de nuevo cuño, Se Acabó la Fiesta, logró más de 800.000 votos y tres eurodiputados en las últimas elecciones europeas. "Alvise tiene capacidad para romper los esquemas de lo aceptable. Y ese enfrentarse al sistema, para personas que no tienen expectativas y están empezando su trayectoria vital, no deja de ser algo atractivo", afirmó.

Durante la inauguración de Arenas quedó muy claro que el nuevo campo de batalla contra los extremismos es fundamentalmente digital. Plataformas como X –antes Twitter, cuyo dueño, Elon Musk, utilizar para hacer proselitismo de sus preferencia ultraliberales– preocupan a políticos de izquierdas como Subirats y Rego. Se citó el ejemplo de Brasil, que ha bloqueado X, pero, aunque la ministra no llegó a sugerir lo mismo para España, sí se mostró como "una firme defensora de la regulación del entorno digital". "Tenemos que ser capaces de dar a la juventud y a la infancia herramientas para que se sepan defender y ejercer sus derechos. Hay que poner límites. En España tenemos a la segunda juventud europea que muestra más interés político en el ámbito digital, después de la sueca. ¿Pero dónde está ahí la izquierda? Quien sí se está organizando ahí es la extrema derecha, y ahí operan fenomenal con bulos y 'fake news'", añadió.

En ese sentido, Rego recordó que su ministerio ha presentado ya un informe con 50 medidas para regular el espacio digital. "Han llegado a hacernos creer que es normal que haya muy pocos dueños que controlen toda esa información, y que es imposible regularlo. ¿Cómo va a ser imposible?", concluyó la ministra.

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