Entrevista | Elisa Pérez Ramírez Investigadora en el Centro de Investigación en Sanidad Animal (CISA-INIA) - CSIC

“No sabemos por qué la gripe aviar en vacas solo ha pasado en EE UU”

“Tenemos que centrar los esfuerzos en ayudar a África contra la viruela del mono. Los que no crean en la solidaridad, que lo hagan por egoísmo”, advierte la experta en virus zoonóticos

Elisa Pérez Ramírez, investigadora de enfermedades víricas zoonóticas.

Elisa Pérez Ramírez, investigadora de enfermedades víricas zoonóticas.

Rafa López

Rafa López

Vigo

Es, “definitivamente, el verano de las zoonosis”, dijo ayer en su perfil de X la viróloga veterinaria Elisa Pérez Ramírez, tras conocerse el 4º caso de enfermedad hemorrágica de Crimea-Congo en España este año, un paciente hospitalizado en Plasencia (Cáceres). Y es que nombres exóticos como Crimea-Congo, Nilo Occidental, Chikungunya y Oropouche, correspondientes a virus transmitidos por vectores –mosquitos y garrapatas–, se están volviendo desgraciadamente familiares para la opinión pública española. Investigadora en el Centro de Investigación en Sanidad Animal (CISA-INIA), CSIC, en Valdeolmos (Madrid), Pérez Ramírez es una de las mayores expertas nacionales en zoonosis, la transmisión de patógenos de animales a personas. Considera que la gripe aviar H5N1 constituye la mayor amenaza pandémica actualmente, y, aunque no se considera especialista en la transmisión humana de la viruela del mono, es obligado preguntarle por la MPOX.

–El brote de viruela símica de 2022, que afectó a Europa, parecía vinculado a adultos jóvenes, pero ahora hay una diversidad de tipos virales y afecta también a niños. Es una situación muy compleja.

–Sí, el epicentro es la República Democrática del Congo, donde está circulando el clado 1a, que siempre ha circulado alli, es endémico y que en general es más grave que el 2 y afecta más intensamente a los niños. Pero ahora tenemos, además, el nuevo clado 1B, que por un lado parece que afecta también a adultos, tanto a hombres como a mujeres, vinculados con relaciones sexuales y prostitución, y también está afectando a niños. En Burundi hay porcentaje altísimo de niños menores de cinco años afectados.

–Y sigue circulando el clado 2.

–Sí, que es el que acabó afectándonos a nosotros en Europa y Estados Unidos, en 2022. El escenario es bastante complejo y faltan un montón de datos epidemiológicos básicos para entender bien cómo se está transmitiendo el virus y poder valorar si este nuevo clado 1B es realmente más grave o más virulento que el 1A que ya conocíamos. Depende muchísimo del contexto.

–Y el contexto de África es terrible.

–En la República Democrática del Congo, en guerra, con todo el hacinamiento que hay y sin recursos médicos, los datos de incidencia pueden estar distorsionados. Pero lo que es evidente es que la situación es muy compleja y que es allí donde hay que actuar.

–Durante más de medio siglo, la viruela símica se limitó a una docena de países de la África subsahariana, pero no se actuó.

–Es que eso es la historia de la humanidad. No actuamos ni ponemos recursos económicos ni sanitarios suficientes hasta que no afecta a los países ricos o desarrollados. Históricamente ha pasado con el sida, con el Ébola, con el MPOX en 2022 y vuelve a pasar ahora. Como decía Ignacio López-Goñi, es el tiempo de la solidaridad, de apoyar a los países que realmente lo necesitan. Y los que no crean en la solidaridad, que lo hagan por egoísmo, pero la mejor forma de protegernos a todos y de evitar una mayor extensión geográfica es actuar en el origen. Calculaban que harían falta unos 10 millones de dosis y no tienen ni 200.000. Está claro dónde tenemos que centrar los esfuerzos, no en preocuparnos por un caso o dos que hayan llegado a Europa.

–En su libro “Salud global”, escrito antes de este nuevo brote, se dice que “no podemos descartar que la viruela del mono ocupe el hueco de la viruela”.

–Hipotéticamente podría ocurrir, pero creo que estamos muy lejos de esa situación. La evaluación de la OMS dice que fuera de África el riesgo general es bajo. Lo que tenemos que hacer es actuar allí con medidas contundentes.

–En cualquier caso, la erradicación de este virus sería mucho más complicada que la de la viruela, ya que tiene reservorios animales.

–Eso es. La viruela no tenía reservorio animal, es una diferencia importante. El clado 1A, que es el que ha circulado endémicamente en el Congo, se inicia por una transmisión zoonótica desde la fauna silvestre infectada hacia los humanos, y luego adquiere fácilmente la capacidad de transmitirse entre las personas. O sea, no hace falta siempre un animal para que este clado 1A se transmita. A nivel también de reservorios animales queda mucha investigación por hacer, porque es confuso: todo el mundo piensa que los monos son un reservorio muy importante y en principio no lo son, lo que pasa es que la primera vez que se detectó el virus fue en unos monos que se habían importado en Dinamarca, procedentes de Singapur. En realidad, los reservorios más importantes son diversas especies de roedores africanos, sobre todo tres especies de ardilla, y probablemente haya otros reservorios que aún no conocemos. La primera vez que se detectó el virus fuera de África fue en en EE UU en 2003, por una importación de roedores africanos que infectaron a perritos de las praderas, los cuales acabaron infectando a gente que los compró como mascotas.

-Pasando al virus de la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo, en Galicia estamos empezando a verlo con algo de preocupación, porque la garrapata que la transmite, Hyalomma marginatum, se ha detectado en 21 municipios gallegos.

–Sí, Galicia era un poco el reducto galo: no teníais todavía la Hyalomma, pero ya está llegando.

–¿Esto hay que atribuirlo al cambio climático, a que más zonas de Galicia tienen inviernos más suaves?

–Sí, parece que los inviernos suaves son fundamentales para que la garrapata no solo se introduzca puntualmente, sino que se establezca. Se han detectado casos en personas en León, en la zona del Bierzo, no muy lejos de Galicia. Poco a poco va avanzando y colonizando nuevas zonas [ayer se informó de la primera muerte en Portugal por fiebre hemorrágica Crimea-Congo, en un distrito, el de Bragança, fronteriza con Galicia y Castilla y León].

–Una política de Vox insinuó que esta enfermedad lo podían traer los inmigrantes. El microbiólogo Ignacio López-Goñi, coautor de “Salud global”, respondió que estos virus “no vienen en patera”.

–Ya sabemos que estos temas son un caldo de cultivo para la desinformación. Son argumentos bastante surrealistas y nada basados ni en la ciencia ni en nada que se le parezca. Tanto el virus de Crimea-Congo como el del Nilo Occidental son endémicos en España, ambos están presentes en nuestro país desde principios de los años 2000. Lo que pasa es que tendemos a pensar que estos virus con nombres exóticos vienen de países muy lejanos y que cómo va a estar eso en España. Pues está en España. Tienen nombres exóticos, pero tenemos aquí tanto el virus como los vectores desde hace más de 20 años. Tanto en el caso del Nilo Occidental, en aves, caballos, y personas –ya estamos viendo el verano que llevamos– y con el de Crimea-Congo, pues menos casos, pero también de forma importante, se van extendiendo hacia el norte del país. Esas declaraciones no tienen ningún sentido, no hay absolutamente ninguna relación entre la inmigración y estos virus.

-Se suele decir de los incendios forestales que “se apagan en invierno”. ¿Con el virus del Nilo Occidental puede pasar algo parecido?

-Sí, tal cual. Esto ya lo explicó muy bien Jordi Figueroa, que es un investigador de la Estación Biológica de Doñana, que coordina toda la vigilancia entomológica que se está haciendo en el entorno del parque, Sevilla y Huelva. Decía el control vectorial es clave en esta enfermedad, tenemos que tener totalmente controlado el mosquito vector, y para eso es imprescindible trabajar muchísimo en la prevención y en la creación de comités o de grupos interdisciplinares que incluyan tanto biólogos como veterinarios, médicos, entomólogos y todos los profesionales que se dedican al control vectorial. Y yo creo que también tendrían que incluirse ahí, por ejemplo, agricultores como los que se dedican al cultivo del arroz, ya que las zonas inundadas pueden ser muy problemáticas para que críen mucho los mosquitos. Y todas estas reuniones, cómo se va a luchar contra las larvas de mosquitos, hay que hacerlo mucho antes de que empiece la temporada de mosquitos. Este año se detectaron los primeros mosquitos positivos a principios de junio, casi un mes y pico antes que los años anteriores. En invierno tiene que estar todo esto clarísimo. El control vectorial que realmente funciona es el que se hace frente las larvas de mosquito. Cuando ya son adultos es todo muchísimo más complicado. Hay que actuar de forma prematura y preventiva.

-La esencia de su libro "Salud global", con Ignacio López-Goñi y Gorka Orive, es el concepto “one health”, una sola salud (ambiental, animal y humana). Tal vez resulte difícil de entender para la opinión pública y también para los gobiernos, que no articulan una respuesta multidisciplinar que involucre también a veterinarios en estos problemas.

-Sí. Yo tiendo a ser siempre optimista y creo que desde la pandemia sí que ha habido un cierto avance en esta concepción un poco más holística o más integradora de la salud. Buena parte de la sociedad ha descubierto la palabra “zoonosis”, entienden lo que significa, empiezan a darse cuenta de que muchos de los patógenos que están causando más problemas tienen origen animal. No hay más que echar un vistazo a lo que está pasando este verano: gripe aviar, MPOX, Nilo Occidental, Crimea-Congo... Pero trabajar con la estrategia “one health” implica necesariamente establecer puentes de comunicación y de trabajo. Trabajar en silos, o cada uno en su sector, siempre es mucho más fácil y más cómodo. Sin embargo, lo que realmente provoca cambios transformadores en la prevención y el control de estas enfermedades es trabajar de forma conjunta. Creo que merece la pena hacer el esfuerzo. Con el libro y la divulgación tratamos de hacer entender que el ser humano es un elemento más de un entramado complejo de relaciones con el medio ambiente y los animales, y que la salud de los animales y del medio ambiente nos afectan directamente.

–Ha dibujado una escalera de la gripe aviar H5N1 que describe los escalones que ha subido hasta ahora. ¿Qué escalón es el que más le ha preocupado que subiese este virus?

–El brote de la granja de visones de Galicia me pareció superpreocupante, porque fue la primera vez que se producía una transmisión entre mamíferos de un virus de gripe aviar de alta patogenicidad. Nunca antes había ocurrido. Las autoridades veterinarias actuaron muy rápido y se contuvo el brote sin saltos a los trabajadores. Se han producido más de 70 brotes en granjas peleteras de Finlandia, y eso también me preocupa.

Escalera de riesgo de la gripe aviar H5N1, realizada por Elisa Pérez Ramírez.

Escalera de riesgo de la gripe aviar H5N1, realizada por Elisa Pérez Ramírez. / Elisa Pérez Ramírez

–¿Y el salto más sorprendente?

–El salto a las vacas lecheras en Estados Unidos, algo que nadie se esperaba. Las vacas mostraban una bajada de producción de leche muy marcada, que es lo que alertó a los ganaderos. Los animales tenían inapetencia, fiebre, y no se tenía ni idea de qué podía ser. Tardaron cuatro meses en identificar que era gripe aviar H5N1. Es algo totalmente inaudito y que nos sitúa ante un escenario de mucha incertidumbre. Además, el hecho de que sea una especie ganadera, que criamos para producir alimento, acaba involucrando al área de seguridad alimentaria, que tiene mucho impacto.

–¿Podría pasar en Europa y en España?

–Lo mismo que ha pasado en Estados Unidos podría, hipotéticamente, pasar en Europa o en cualquier otro punto. Un grupo investigador de Alemania, que tiene muchísima experiencia con enfermedades de rumiantes, ha hecho un experimento muy interesante inoculando vacas por vía intramamaria. Este virus, el H5N1, tiene una afinidad muy grande por la glándula mamaria y se replica muchísimo en las ubres de las vacas, por eso hay tanto virus en la leche. Parece que la transmisión mediante sistemas de ordeño está teniendo mucha importancia. Los investigadores alemanes inocularon por vía intramamaria vacas lactantes con dos virus: uno, el virus de Estados Unidos, que es de un genotipo concreto, el 3.13, que es el H5N1, que se está aislando en las vacas. Y también inocularon otro virus H5N1 de los detectados en Europa, en concreto en un ave silvestre de Alemania. Y han visto que ambos virus pueden producir esas mastitis y mucha replicación de virus en leche. Esto nos indica que no es algo del virus concreto que está circulando en EE UU, sino que otros virus también podrían provocar este cuadro clínico. Sin embargo, no se ha detectado en ningún otro país que fuera de Estados Unidos.

–¿Se están vigilando activamente las vacas europeas para determinar si alguna tiene este virus de gripe aviar H5N1?

–Por lo que yo he podido encontrar, se ha hecho vigilancia en Canadá, sobre todo de muestras de leche en los supermercados. Con la pasteurización se inactiva el virus, pero todavía se puede detectar por PCR. Y no ha habido ninguna muestra positiva en Canadá. En Europa, que yo haya encontrado, se ha hecho vigilancia serológica, tomando muestras de sueros de vacas, en Alemania y en Italia, entre abril y junio: 1.000 sueros en Alemania y 3.200 en Italia. Todos han sido negativos, es decir, esas vacas no tienen anticuerpos, no han estado nunca expuestas al virus. Tampoco se ha detectado ninguna sintomatología clínica, y es difícil que esto pase inadvertido, porque los ganaderos notan enseguida bajadas tan fuertes de la producción de leche, en torno a un 20 por ciento. Todo parece indicar que, por ahora, ningún otro país está sufriendo nada similar, pero podría llegar a ocurrir.

Una pregunta importante, cuya respuesta todavía no sabemos, es por qué ha pasado solo en Estados Unidos. No se sabe si es por el tipo de explotaciones que tienen, con un contacto muy intenso con aves silvestres o con otro tipo de fauna. Está por determinar. Pero el riesgo de que ocurra aquí existe, objetivamente.

–¿Y cuál es el escalón que más hay que temer? ¿La transmisión en cerdos, que son “cocteleras de virus” que pueden combinar virus de influenza animales y humanos? ¿La transmisión entre gatos domésticos?

–Los gatos son tan susceptibles al virus de la gripe aviar que todos los que se infectan terminan muriendo, desarrollan sintomatología neurológica muy intensa. Los datos de los brotes de Polonia y Corea del Sur, que se produjeron en verano de 2023, indican que fueron muy virulentos en los gatos. Pocos sobreviven. En Italia se han encontrado gatos con anticuerpos, es decir, que han estado expuestos al virus pero han sobrevivido, pero es poco frecuente. No me preocupa tanto como que las personas se puedan infectar por consumir leche cruda de vacas, por ejemplo; o estas infecciones que estamos viendo en los trabajadores, que tienen un contacto muy estrecho con las vacas durante el ordeño, o por otras actividades.

Los cerdos nos preocupan bastante, por esa característica de la coctelera vírica, pero en los visones también ocurre, ya que son susceptibles tanto a la gripe humana como a la gripe aviar. Están ocurriendo cosas tan inesperadas que a saber qué especie tenemos que añadir. Sobre todo si es ganadera, porque si es silvestre, el contacto con humanos va a ser menor. Una especie ganadera, sobre todo los cerdos, es lo que más me preocuparía.

–Ha dicho [en una entrevista en “ElDiario.es”] que “estamos a 5 mutaciones de que la gripe aviar se contagie entre humanos” ¿Esas 5 mutaciones son las más difíciles de que se produzcan?

–Sí. Lo de las 5 mutaciones es cierto, se ha visto en varios experimentos, pero son mutaciones muy complejas que tienen que producirse a la vez. Implicarían modificaciones de las tres proteínas principales del virus, sobre todo la hemaglutinina, que está en la superficie y es como la llave que tiene que adaptarse al receptor humano, que es la cerradura. Son mutaciones en varios nucleótidos que implicarían poder adaptarse al receptor humano. También tendría que haber modificaciones en otras proteínas, como la ARN polimerasa o la nucleoproteína, que favorecerían evadir la respuesta inmune humana y facilitar la transmisión aérea entre personas. Es complicado que se dé esa combinación exacta de mutaciones. Puede que nunca ocurra. En los últimos años ha circulado más virus de gripe aviar que nunca y le está costando adaptarse a los humanos, afortunadamente, pero al haber tantos hospedadores infectados, y algunos de ellos con contactos tan estrechos con los humanos, como las vacas y los gatos, le damos más oportunidades al virus para que vaya ensayando esas mutaciones.

Ficha personal

Doctora en veterinaria especializada en virología, Elisa Pérez Ramírez trabaja en el Centro de Investigación en Sanidad Animal (CISA-INIA), CSIC, en Valdeolmos, Madrid. Junto a los también científicos Gorka Orive e Ignacio López-Goñi, es autora del libro “Salud global”, que defiende la estrategia “one health” (una sola salud, humana, animal y ambiental) para prevenir estas enfermedades. Además de investigar, divulga en redes sociales. Es @Bureli en la red social X (antes Twitter).

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