Castro de Paz: “El cine de Hollywood empieza a hablar de justicia cuando se destroza la luz de la preguerra”

El catedrático presentó el libro “Clásicos del cine jurídico”, junto a la abogada Consuelo Castro y los juristas Pablo Fernández y Guillermo Velasco

Guilermo Velasco, José Luis Castro, Consuelo Castro y Pablo Fernández. |    // RICARDO GROBAS

Guilermo Velasco, José Luis Castro, Consuelo Castro y Pablo Fernández. | // RICARDO GROBAS / Ana Rodríguez

“El cine de Hollywood empieza a hablar de justicia en el momento en que se destroza la luz de la preguerra”, afirmó ayer en Club FARO José Luis Castro de Paz, catedrático de Historia del Cine de la Universidad de Santiago de Compostela, coautor del libro coral “Clásicos del cine jurídico” (editorial Aranzadi), una obra coodirigida por los juristas Pablo Fernández Carballo - Calero y Guillermo José Velasco Fabra, también presentes en el acto, que cuenta con la colaboración de especialistas en cine y en diferentes ramas del derecho para analizar aspectos jurídicos de nueve grandes películas consideradas clásicas del género. Entre estos últimos expertos se encuentra la abogada general del Estado Consuelo Castro Rey, quien intervino como ponente en la charla coloquio comentando la película “Matar a un ruiseñor”.

El acto contó con la presencia de un público heterogéneo, entre los que se encontraban cinéfilos, juristas, catedráticos y el director xeral de Xustiza de la Xunta, José Tronchoni, pues el ente autonómico patrocinó la obra junto al despacho especializado en derecho de la propiedad industrial e intelectual Hoyng Rock Monegier.

En su intervención, Castro de Paz, coautor junto a Héctor Paz del texto cinematográfico introductorio del libro, destacó que las nueve películas seleccionadas por los codirectores de la obra son de Hollywood y que ocho de ellas se hicieron entre 1946 y 1960, en períodos postbélicos y con la carga de llevar la herida de la Segunda Guerra Mundial. Antes de esos años, desde 1910, “hay grandes peliculas que tenían la ciencia jurídica como base porque el cine habla de la vida”, pero tras el Holocausto “la justicia se hace opaca”. Ejemplos de ello son “Perdición” (de 1946) , “una de las primeras del cine negro”, que relata la historia de un hombre atrapado en las redes de una mujer fatal, “El proceso Paradine” (1947), en la que Alfred Hitchcock “mezcla la angustia, el deseo y las dudas sobre la justicia” al contar la historia de un abogado inglés enloquecido por su defendida y mostrar en una imagen el rostro del protagonista fundido con el edificio del tribunal central de Gales con las secuelas del ataque nazi, y “Testigo de cargo”, donde Billy Wilder ironiza sobre la justicia mostrando en una secuencia cómo se limpia una escultura que la representa.

A partir de los 60 viene la generación de cineastas que, influidos por la televisión toman conciencia de la rapidez y el magnetismo del nuevo medio audiovisual. De esa época son obras como “Doce hombres sin piedad” y otras de menor empaque cinematográfico como “El juicio de Nuremberg”.

Consuelo Castro analizó diversos aspectos jurídicos de la película “Matar a un ruiseñor”. La cinta de 1962 sitúa la trtama en una población imaginaria de Alabama en los años 30, en la gran recesión posterior al crack de 1929, y narra el proceso judicial a un hombre de raza negra acusado falsamente de violar a una joven blanca y condenado por ello. La abogada fue localizando en la trama las diferentes fases del proceso penal, así como conceptos juicios como la garantía del control público, el derecho a la defensa, la asistencia letrada , la relación entre ley y justicia o los principios de equidad y legalidad . “Pese a los años transcurridos, Aticcus Finch (el protagonista) sigue siendo el modelo de abogado defensor que debe tener en mente cualquiera que se quiera dedicar al derecho”.

El celuloide como herramienta para formar a futuros juristas

La pasión por el cine de los juristas Pablo Fernández Carballo-Calero y Guillermo Velasco Blanco, el primero catedrático de Derecho Mercantil de la Universidad de Vigo y el segundo de la CUNEF, les llevó a codirigir el libro “Clásicos del cine jurídico”, “una obra única en el panorama nacional”, tal y como aseguró ayer en Club FARO el primero de ellos.

Ambos cinéfilos seleccionaron nueve grandes clásicos del cine judicial, entendiendo este género como cintas en que en cualquier parte de su trama haya elementos jurídicos o aquellas en que la trama principal es el propio proceso judicial. De este modo escogieron títulos tan indiscutibles como “El proceso Paradine”, “Testigo de cargo”, “Anatomía de un asesinato”, “La ley del silencio”, “Doce hombres sin piedad”, “Matar a un ruiseñor”, “¿Vencedores o vencidos?”, “Perdición”, “Testigo de cargo” y “Veredicto final”.

“El cine es una herramienta muy útil para llegar al alumnado de Derecho y comentar también la diferencia entre la realidad y la ficción”, aseguró Fernández Carballo-Calero, quien ha promovido en la facultad donde imparte clases ciclos sobre cine y Derecho Mercantil. Como también es cierto que “para entender algunas películas nos viene bien tener ciertos conocimientos jurídicos”.

Con la intención de que cualquier lector pueda comprender el texto, las películas que en esta obra comentan expertos juristas a nivel nacional van acompañadas de fichas técnicas e imágenes de escenas que facilitan la comprensión. Además de Consuelo Castro, la obra cuenta con la colaboración de María Emilia Casas, quien fue presidenta del Tribunal Constitucional, y está prologado por Eduardo Torres Dulce, comentarista del programa de José Luis Garci “Días de cine”.

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