El aspecto físico no está detrás del bullying, sino que las redes de amigos y enemigos en clase determinan cuánto acoso existe en el aula y quién es la víctima. Esta es una de las principales conclusiones del estudio sobre el problema en los centros escolares y el papel de las redes de la clase en la aparición y persistencia de este problema, realizado por Antonio Cabrales, de la Universidad Carlos III, en el marco de TeensLab, un consorcio de universidades que aborda el comportamiento de los adolescentes.

Asimismo, el estudio revela que los acosados suelen hacerse amigos de otros acosados y existe un “fuerte componente de género”, ya que las chicas que sufren bullying están en el centro de la red y los chicos suelen estar aislados. El estudio concluye además que “dos estudiantes serán amigos con mayor o menor probabilidad en función de las amistades y enemistades en común”.