Irte a dormir con las lentillas puestas y, al día siguiente, ver mucho mejor. Así funciona la ortoqueratología, también conocida como Orto-k, que consiste en utilizar lentillas de corrección nocturnas que remodelan suavemente la curvatura de la córnea. De esta manera, cambian suavemente su forma y la hacen más plana, permitiendo al ojo enfocar los rayos de luz sobre la retina.
“Esta pequeña modificación hace que el ojo tenga de manera temporal las mismas características que un ojo emétrope (sin graduación), lo que consigue que la persona tenga una visión nítida por la mañana, sin necesidad de usar gafas o lentillas”, explica la óptica-optometrista gallega, responsable de lentes de contacto en General Óptica, Outeda Domínguez.
Aunque la Orto-k no elimina ni hace desaparecer el problema de salud visual para el que se utilizan de forma permanente, es un tratamiento “indoloro, seguro y no invasivo”. Hay que tener en cuenta que es un método progresivo y reversible, ya que, tras un tiempo, el ojo vuelve a recuperar su forma y la persona su graduación habitual.
Las lentillas Orto-k, también conocidas como lentes de contacto ortoqueratológicas o lentes de contacto nocturnas, fueron inventadas en la década de 1960. “El concepto de la ortoqueratología, que es el proceso de remodelar temporalmente la córnea mediante el uso de lentes de contacto especiales durante la noche, fue desarrollado en ese período”, indica Domínguez. Y, aunque las lentillas Orto-k han existido desde entonces, “ha habido avances y mejoras en el diseño y la tecnología a lo largo de los años”: “Hoy en día, las lentillas Orto-k son más avanzadas y se utilizan para corregir una variedad de problemas de visión, incluyendo la miopía, el astigmatismo y la hipermetropía”. Y aquí hace una puntualización: “A menos dioptrías, más efectivo y rápido puede ser el tratamiento”.
La que cada persona necesitará unas lentes Orto-k personalizadas, en función de las características de su córnea. Una topografía corneal, que consiste en trazar un mapa tridimensional de la córnea que actuará a modo de molde, junto con la valoración de la superficie ocular, la calidad e integridad de la película lagrimal y el número de dioptrías, determinará si el paciente es apto para la ortoqueratología. En caso afirmativo, las lentillas serán fabricadas según los datos obtenidos en la topografía corneal. El resultado serán unas lentillas personalizadas, con la forma necesaria para que ejerzan una suave presión en una zona determinada del ojo durante la noche. Estas “lentillas pijama” son unas lentes de contacto gas permeables, pensadas para que el ojo esté convenientemente oxigenado y que resulten confortables para las personas que las lleva.
“Pueden resultar muy convenientes para personas que llevan un ritmo de vida muy activo, en el que las gafas les resultan molestas, quienes no toleran otro tipo de tratamientos, deportistas que realizan deportes de contacto, o cualquier otra actividad física en la que el uso de gafas o lentillas no resulte conveniente y en niños en los que se desea corregir el error refractivo sin necesidad de que lleven gafas o lentillas o en los que se busque frenar el avance la miopía de una manera eficaz”, destaca.
Una ventaja importante es que “las lentillas Orto-k son, en términos generales, seguras para su uso siempre y cuando se sigan las instrucciones de su óptico experto de confianza y se sigan todas las pautas de mantenimiento e higiene adecuadas”, advierte Outeda Domínguez. “No todas las personas son candidatos ideales para este tipo de lentillas, ya que no son aconsejables para personas con ciertas enfermedades oculares como queratitis, conjuntivitis crónica, úlceras corneales, ojo seco severo, glaucoma avanzado u otras condiciones oculares graves”, advierte. “Además, las personas con irregularidades corneales, como queratocono, adelgazamiento corneal, cicatrices corneales o cualquier otra afección que afecte la forma o la salud de la córnea tampoco son candidatas para las lentillas Orto-k, así como las personas que tengan incapacidad para seguir instrucciones, ya que el uso adecuado de estas lentillas requiere un cuidado y mantenimiento adecuados, así como un seguimiento regular con el profesional de la salud ocular. Si una persona no puede cumplir con las instrucciones de uso o mantener una buena higiene ocular, no se recomienda que las use”. “Éstas son solo algunas de las contraindicaciones comunes pero cada caso individual debe ser evaluado por un profesional de la salud ocular para determinar si este tipo de lentillas son adecuadas”, indica la experta.
Lentes especiales y gotas para la miopía
El control de la miopía se puede realizar mediante tratamiento farmacológico o tratamiento óptico (o la combinación de ambos). En cuanto al tratamiento óptico, además de las lentillas Orto-k, existen otros métodos como las gafas. “Uno de los que recientemente ha empezado a utilizarse para controlar o frenar el avance la miopía son las gafas con lentes especiales para el control de miopía”, sostiene la óptica-optometrista Outeda Domínguez. “Estas lentes desenfocan en la retina la imagen de la periferia; de esta manera se frena el crecimiento del ojo y, por consiguiente, la miopía”. Otro método son las “lentillas especiales de control de miopía”. “Se basan en el mismo principio que el de las lentes especiales para gafas, es decir, desenfocar la imagen periférica para frenar en lo posible el crecimiento del ojo”, explica. En cuanto al método farmacológico, habla de la “atropina, una gota para los ojos que se usa para dilatar las pupilas y que ha demostrado ser eficaz para controlar la miopía”. Una pregunta muy común es qué resulta más eficaz. “Todos los métodos son eficaces y la evidencia científica los avala en base a todos los estudios realizados con cualquiera de los métodos que existen para el control de miopía. Nosotros nunca lo enfocamos desde el punto de vista de tanto por ciento de eficacia si no que se aconseja el método que mejor se adapte al paciente informando previamente de todos los métodos que existen”, afirma Domínguez.