Un experto alerta de que en España ya se vende cocaína adulterada con fentanilo

El fentanilo es un fuerte analgésico 50 veces más fuerte que la heroína |“El síndrome de abstinencia es mucho más potente e incita a la persona a volver a consumir”, advierten desde Socidrogalcohol | Hay tiras de detección para descubrirlo

Cocaína decomisada por la Policía Nacional. |   // EDUARDO P.

Cocaína decomisada por la Policía Nacional. | // EDUARDO P. / mar mato

Mar Mato

Mar Mato

El fentanilo es un opioide, un fuerte analgésico hasta 50 veces más fuerte que la heroína y 100 veces más que la morfina. Aunque se usa como medicamento para calmar el dolor, en la última década ha explotado una epidemia de su consumo ilegal en Estados Unidos logrando un ejército de adictos. El pasado año con otros opioides sintéticos provocó tres de cada cuatro muertes por sobredosis en el país de las barras y estrellas. En España, forma parte de la lista de opioides que prescriben los médicos pero no había constancia de su salto al circuito ilegal. Sin embargo, la Sociedad Científica Española de Estudios sobre el Alcohol (Socidrogalcohol), el Alcoholismo y las otras toxicomanías advierte que ya está aquí, aunque disfrazado.

“Estamos detectando en España en el consumo de drogas ilegales algunas partidas de cocaína que empiezan a cortarlas con fentanilo. No está al nivel de Estados Unidos pero el problema se ha trasladado”, advierte el doctor Paco Pascual, presidente de Socidrogalcohol.

“Los que trabajamos en drogas siempre lo decimos. Estas sustancias y los cambios en su consumo –apunta Pascual– siempre van por delante de nosotros. Cuando aparece un problema en Estados Unidos te pones en alerta y piensas: ‘Dentro de cinco años lo tenemos aquí’”.

Pascual recuerda que los consumidores de cocaína toman esta “como un estimulante. Cuando dejan de consumirla pueden notar un poco de ansiedad, depresión o malestar pero no tienen un síndrome de abstinencia tan físico como el que producen los opioides. Pero si la cocaína lleva fentanilo, el síndrome de abstinencia es mucho más potente e incita a la persona a volver a consumir”.

“Esa persona, prosigue, no es demasiado consciente de lo que le está pasando. Nota que cuando no consume se encuentra mal físicamente, y tiene que volver a consumir.Esta ha sido la pandemia ilegal de Estados Unidos unida a las malas prescripciones médicas de este y otros opioides en la salud privada allí”, completa.

No obstante, el fenómeno se está intentando exportar al resto del mundo. En la primavera del pasado año, el periódico argentino “Clarín” publicaba que expertos de la DEA (la Administración de Centrol de Drogas de Estados Unidos) advertían en el país austral sobre la adulteración de cocaína.

En febrero de 2022, en Buenos Aires, provocó 24 muertes y 84 ingresos hospitalarios por intoxicación la combinación de cocaína con carfentanilo, derivado este del fentanilo. La elección del último como pareja de la cocaína obedece al deseo de los narcos de rebajar costes para sacar más tajada en la venta final.

En Estados Unidos, diferentes administraciones están en alerta ante esta letal combinación de cocaína y fentanilo. En la web del gobierno de Nueva York han colgado una información con instrucciones para usar tiras reactivas de fentanilo para detectar si hay presencia de él en las drogas que tomen los habitantes.

En dicha página, señalan: “el fentanilo se encuentra con frecuencia en la heroína. También está presente en cocaína, crack, metanfetamina, ketamina y pastillas de fuentes no médicas. No se puede detectar mediante la vista, el gusto, el olfato o el tacto”.

Por ello, recomiendan el uso de tiras reactivas con el fin de evitar sobredosis –explican paso a paso cómo utilizarlas– y aconsejan, entre otras cosas, disponer de naloxona, un medicamento que puede revertir los efectos de una sobredosis de opioides.

El temor a una sobredosis por fentanilo en droga adulterada es tal en Estados Unidos que en bares, clubes y restaurantes de la ciudad de Nueva York han empezado a ofrecer en sus barras tiras de detección de fentanilo, según informaba “The New York Times” el pasado mes de septiembre. Distintas ONG también las facilitan e incluso una revista las regaló en una de sus fiestas.

De momento, en España, se pueden conseguir las tiras de detección rápida de fentanilo adquiriéndolas por internet. En Amazon, venden paquetes de 25 unidades por casi 23 dólares.

El doctor Paco Pascual, presidente de Socidrogalcohol, responde que “tenemos una diferencia importante con respecto a la situación de EEUU porque aquí el uso de opioides por prescripción médico lo tenemos más o menos controlado ya que el uso normalmente se hace a través de la sanidad pública, quedando un registro”.

No obstante, hace un llamamiento a la gente para que tenga cuidado: “Hay personas que tienen dolor y que toman tramadol con paracetamol. ¿Qué dolor vamos a tratar? El de una muela, el de un golpe, el de una fibromialgia, una neuropatía... Hay que ver el tipo de dolor y la utilidad de estos fármacos. Debemos considerar que la posibilidad de provocar una adicción la tenemos. La persona al final se acostumbra. Cuando alguien toma un opioide tiene dos efectos, una analgesia y un adormecimiento, no disfruta de las cosas de la vida. Ocurre con el tramadol pero también con la oxicodona y el fentanilo”.

El consumo de opioides en medicinas se duplicó desde 2010

Los fármacos opioides –morfina, codeína, oxicodona, fentanilo, tramadol o preparados de opio, entre otros– se han convertido en la principal línea terapéutica para afrontar el dolor crónico de intensidad moderada a severa. En España, entre los años 2010 y 2021, su consumo se ha duplicado: ha pasado de 10 dosis diarias definidas por cada mil habitantes y día a casi 21 dosis, según los datos de la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios.

Solo entre los años 2019 y 2020, “la dispensación de recetas por facultativos aumentó en un 9,6%” en España, señala Iria Sánchez en su trabajo de fin de grado de Enfermería de la Universidade de Santiago de Compostela (USC). Sánchez destaca en su trabajo que “un porcentaje significativo del consumo de opioides se realiza sin receta médica” y que “el fentanilo en parches es la prestación que más ha incrementado su utilización”.

Tras analizar numerosos estudios, Iria Sánchez concluyó que “las comorbilidades más comunes de la adicción son el dolor, los trastornos psiquiátricos y las infecciones” y que sobre todo se enganchan a estos fármacos mujeres de más de 35 años, de clase social desfavorecida y con estudios primarios. Ante esta situación, ¿acabará España como Estados Unidos con ejércitos adictos al fentanilo y otros opioides vagando como zombis por las calles?

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