Entrevista

"La era del turismo espacial ha llegado, ahora es caro pero los precios bajarán"

"Para eludir la autodestrucción hay que detener la expansión de las armas nucleares y desarrollar tecnología para expandir la especie a otros planetas"

Alejandro Rivera

Alejandro Rivera

Elena Fernández-Pello

El ingeniero aeroespacial Alejandro Rivera, nacido en Gijón y nacionalizado estadounidense, recibió el pasado 24 de mayo la medalla con la que la NASA, la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio de los Estados Unidos, premia a sus empleados más brillantes. Con la concesión de la "Exceptional Engineering Achievement Medal" ("Medalla al logro excepcional en ingeniería") la NASA reconoce la contribución del ingeniero asturiano al desarrollo, despegue y puesta en órbita del telescopio espacial "James Webb", el mayor y más potente jamás puesto en órbita y que ha obtenido imágenes del universo de una extraordinaria nitidez. Alejandro Rivera, que reside en Estados Unidos desde los 21 años, es el primer español en recibir esta condecoración de la NASA, el máximo honor que otorga a sus ingenieros.

–¿Cómo se ha tomado la concesión de esta distinción? ¿Qué supone para usted?

–La "Medalla al Logro Excepcional en Ingeniería" de la NASA es un reconocimiento a contribuciones de ingeniería extraordinarias, que han marcado la diferencia en el éxito de una misión o un proyecto. Es el más alto que la NASA otorga en ingeniería, un premio que han ganado algunos de los mejores ingenieros en la historia de la NASA y, tal vez, uno de los premios más importantes que se pueden obtener en ingeniería aerospacial en todo el mundo. Para mí es todo un orgullo y supone la recompensa a nueve años de dedicación al telescopio "James Webb".

–¿Cuál es la trascendencia del despliegue del "James Webb"? ¿Y cuáles fueron los momentos más críticos?

–El telescopio espacial "James Webb" está considerado el satélite más complejo de la historia. Los despliegues necesarios para su expansión, hasta llegar a su configuración final, fueron tan complejos que muchísima gente dudaba de que fueran posibles. Mucha gente esperaba que hubiera problemas muy serios y que lo consiguiéramos es un verdadero hito de la ingeniería aeroespacial. De todos modos, tuvimos momentos críticos. El primer paso en el despliegue del parasol fue la separación de una cubierta que, tras retroceder, debía activar un interruptor, pero en el centro de seguimiento de la misión nunca recibimos la confirmación de que la cubierta se había desenrollado adecuadamente; nos temimos lo peor y mantuvimos un silencio sepulcral durante una hora, hasta que la telemetría indicó que las temperaturas estaban bajando, lo que constataba que la separación de la cubierta había sido adecuada.

–¿Cuáles son las últimas novedades sobre las observaciones realizadas por el telescopio?

–El "James Webb" sigue asombrándonos. Recientemente ha observado Encélado, la luna de Saturno, expulsando una enorme columna de vapor de agua, mucho más grande que cualquiera que se hubiera visto antes allí. Esta enorme nube, que escapa de debajo de la superficie helada de Encélado, podría contener los ingredientes químicos de la vida. Por otra parte, el "James Webb" sigue analizando la increíble cantidad de información recibida de las galaxias más jóvenes del universo. De momento, se cree que se han descubierto las cuatro galaxias más jóvenes jamás observadas, incluyendo una que se remonta a solo 320 millones de años después del Big Bang, cuando el universo tenía solo el dos por ciento de su edad actual. Nuestro sistema solar y la Tierra misma tienen, en comparación, solo 4.500 millones de años.

–¿Puede avanzar algo sobre el siguiente telescopio espacial en el que están trabajando ya, el "Roman"? ¿En qué punto está?

–El telescopio espacial "Roman" es el siguiente gran observatorio. Se empezó a trabajar en él a finales de la última década, está diseñado para desentrañar los secretos de la energía oscura y la materia oscura, para buscar exoplanetas y fotografiarlos y para explorar muchos temas en astrofísica. Estamos en la fase inicial de integración de los primeros componentes y haciendo algunas pruebas.

–¿Anima a los chavales a adentrarse en el estudio del espacio? ¿Es una carrera tan difícil como parece?

–Yo no hablaría de ello en términos de fácil o difícil, sino de si es algo por lo que se siente pasión o no. Aprender acerca del espacio, de la astronomía y nuestro planeta, es algo realmente fascinante y un tema que absolutamente todos los jóvenes deberían de explorar. A la gente joven que esté interesada en las ciencias le recomendaría que no se lo piense dos veces y que consideren una carrera relacionada con el espacio. Para los niños una forma muy buena de empezar a conocerlo es comprar un telescopio y observar la Luna. Estamos muy acostumbrados a verla, pero conviene observarla en detalle para maravillarnos de su espectacular geografía. Sus cráteres y montañas son fáciles de ver con un telescopio de bajo coste con el que los niños pueden comprobar como cambia la Luna según las fases, que días son mejores para ver sus distintos accidentes geográficos, y luego dibujar lo que ven en un cuaderno. El observar un eclipse lunar por el telescopio es una experiencia inolvidable, que puede despertar el interés de los más pequeños por el espacio y la astronomía.

–La Agencia Espacial Europea ha seleccionado a dos astronautas españoles. ¿Cómo valora esa noticia?

–Me parece muy buena, entre otras cosas, porque es una gran inspiración para que la gente joven se interese por el espacio.

–¿Y usted cómo ha conseguido llegar tan lejos en la NASA?

–En la vida es muy importante tener pasión por las cosas, sobre todo por lo que se hace. Cuando uno trabaja en algo por lo que siente pasión, el trabajo es menos trabajo y más diversión. Lo ideal es encontrar una ocupación con la que levantarse por la mañana diciéndose: "Hoy voy a dar lo mejor de mí mismo". Una vida vivida con pasión y propósito suele ser una vida fructífera, prospera y gratificante.

–¿La inteligencia artificial propulsará la carrera espacial?

–A medida que ampliamos los límites de la exploración espacial, está claro que desempeñará un papel cada vez más importante. Con su capacidad para procesar grandes cantidades de datos y automatizar tareas complejas, podemos esperar muchos avances interesantes en los próximos años. De todas formas, hay que tener muy en cuenta los peligros del progreso tecnológico sin control, para que no ocurra como lo que Stanley Kubrick describe en su obra maestra, "2001: una odisea del espacio", que cuando la tripulación comienza a sospechar que HAL, el computador principal de a bordo, pueda estar funcionando mal, éste se revela, lo que conduce a un fascinante enfrentamiento entre el hombre y la máquina.

–¿Se encontrará vida extraterrestre? ¿Cuándo?

–El universo es tan vasto que es inevitable que exista vida inteligente. Nuestra propia galaxia, la Vía Láctea, es inmensa, con un diámetro de aproximadamente 100.000 años luz y miles de millones de estrellas. Personalmente pienso que tarde o temprano la encontraremos. En toda civilización llega un punto en el que el desarrollo tecnológico es tan grande que la autodestrucción es factible, así que una posibilidad es que haya habido vida inteligente dentro de nuestra galaxia y que tal vez haya sufrido este fin. Desgraciadamente, nuestra especie llegó a este punto en la Segunda Guerra Mundial, con el desarrollo de las armas nucleares. Es importantísimo detener la expansión de armas nucleares en la Tierra y desarrollar métodos y tecnologías que nos permitan expandir nuestra especie a otros planetas.

–¿El espacio está cada vez más cerca?

–La era del turismo espacial ya ha llegado. De momento es aún muy caro pero los precios bajaran mucho durante los próximos diez años. Pronto podremos ir a un puerto espacial y tomar un vuelo a un hotel espacial en órbita alrededor de la tierra donde podremos contemplar la increíble belleza de nuestro planeta Tierra, que es sin lugar a duda un verdadero oasis dentro del universo, y que hemos de intentar cuidar y proteger todo lo que podamos.

–¿Su mayor inspiración e influencia profesional ?

–Sin lugar a dudas, mi padre, José Manuel Rivera, uno de los mejores peritos industriales que ha habido en Asturias. Empezó muy joven, en una modesta empresa, y a pulso la transformó en la mejor laminadora de perfiles especiales de toda Europa. He tenido la fortuna de tener los mejores padres y el mejor hermano del mundo. Les estaré eternamente agradecido por sus sacrificios.

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