Domingo Villar, en la memoria lectora

Un año después de su muerte, las novelas del escritor vigués siguen siendo superventas -Editores, libreros y escritores destacan su calidad literaria y sus grandes tramas

Foto de archivo de Domingo Villar, en el puerto de Vigo.

Foto de archivo de Domingo Villar, en el puerto de Vigo. / Ricardo Grobas

Para los lectores de Domingo Villar, el inspector Leo Caldas permanecerá para siempre en el salón de su piso de Vigo, sentado en el sofá, donde se queda dormido tras resolver el caso de la desaparición de Mónica Andrade en la tercera y última entrega de la serie literaria que protagoniza el lacónico detective, “El último barco”. El 18 de mayo de 2022, un ictus apagaba la voz del escritor vigués. Tenía 50 años y con él se llevó muchas historias que ya jamás verán la luz. De hecho, estaba inmerso en una nueva novela cuando le sorprendió la muerte, aunque dejó un regalo póstumo: “Síbaris”, una comedia teatral que verá la luz el próximo otoño y que constata la versatilidad de Villar, cuya primera novela, “Ollos de auga” (“Ojos de agua”, en castellano), le convirtió ya en un superventas y cuya última obra que publicó en vida fue el libro de relatos “Algunos cuentos completos” (2021), ilustrado por Carlos Baonza.

Tanto Francisco Castro, director de Galaxia, como Ofelia Grande, directora de Siruela, las editoriales en gallego y castellano, respectivamente, de las obras de Villar, coinciden en destacar que el éxito de crítica y público del escritor vigués radica en su enorme calidad literaria. “Domingo Villar é un grande escritor. E falo en presente porque, de momento, non hai na novela negra nin en Galicia nin no conxunto do Estado ninguén que chegue ao seu nivel de traballo, tan bo, na trama da novela negra, onde hai moito estafador que a confunde con escribir moitas cousas ao redor dun cadáver”, afirma Castro.

Castro destaca el universo que creó en torno al personaje de inspector Leo Caldas, la idiosincrasia gallega y la ciudad de Vigo, con el que consiguió llegar a lectores de medio mundo. “Conseguiu desde a literatura galega que se riendieran a el e ao seu talento millóns de persoas de latitudes lingüísticas diferentes”, afirma el editor y escritor.

Su prematura muerte arrebató a las letras gallegas un escritor referencial, en plena madurez creativa. “Estaba nun momento estupendísimo para dar o mellor da súa creación. Tiña moi avanzada a nova historia de Leo Caldas e estaba feliz por como ía e ímonos a quedar coa dúbida de todo o que non puido escribir e, por tanto, de todo o que non poderemos gozar”, añade Castro, que lo califica de “artesano de la palabra”, un perfeccionista que tejía sus tramas “a fuego lento”.

Por todo ello, Anna Soler-Pont, directora de la agencia literaria Pontas, sostiene que Villar es un autor de lectura obligada. “El mejor homenaje que le podemos hacer entre todos es hablar de sus libros, recomendarlos, comprarlos y regalarlos sin parar”, afirma.

Villar fue uno de los primeros escritores que consiguió lanzar sus novelas de forma simultánea en gallego y en castellano. Su editora en castellano, Ofelia Grande, directora de Siruela, asegura que Villar continúa “completamente vivo en las librerías y lo seguirá estando”. “Su obra se sigue leyendo porque sus novelas son de una altísima calidad literaria y además tienen el añadido de ser historias policiacas con tramas interesantes, muy bien armadas. Es un autor que, aunque escribía novelas policiacas, trascendió este género. Sus libros gustan a lectores de todo tipo de literatura”, afirma.

Esto explica haya vendido entre 100.000 y 150.000 ejemplares de cada título en castellano, entre la edición normal y la de bolsillo, según Siruela, y en gallego siga ocupando el número uno en ventas, con miles de ejemplares vendidos cada año, según Galaxia.

Por su parte, Xurxo Patiño, de la librería Librouro de Vigo, asegura que continúa ganando lectores. “Fue uno de los mejores escritores de novela negra de España, que, desgraciadamente, no fue demasiado prolífico, que dibujó unos personajes, el inspector Caldas y su ayudante, que nos han dejado una huella imperecedera”, afirma.

Domingo Villar, con Dolores Redondo (iz.) y la representante de ambos, Anna Soler-Pont, en febrero de 2020.

Domingo Villar, con Dolores Redondo (iz.) y la representante de ambos, Anna Soler-Pont, en febrero de 2020. / Foto cedida

Según el librero, sus novelas fueron superventas en su momento y su demanda no ha hecho más que crecer. “Siempre fue uno de los escritores en gallego más vendidos y desde su muerte, más si cabe”, dice.

Leer las aventuras de Leo Caldas es también perderse por las calles de Vigo, conocer su ría y la idiosincrasia de sus gentes, y esto añade valor a su obra, según el escritor vigués Pedro Feijoo, para quien Villar fue un referente para él como lector y como escritor. “Creo que aún no somos conscientes de la deuda tan grande que tenemos por todo lo que nos puso sobre la mesa, empezando por que fue el último autor que puso la ciudad en el mapa. Muchos cruceristas visitan la ciudad siguiendo los pasos de Leo Caldas. No recuerdo ningún otro escritor gallego que le haya dado tanto protagonismo a sus ciudades”, manifiesta.

El autor de “Un fuego azul” reconoce que le debe “media carrera” a Villar. “Me confirmó que se podían contar historias superventas ambientadas en Vigo y que había un público dispuesto a leerlas”, asegura.

Feijoo es uno de los afortunados que ha podido leer “Síbaris”, la obra póstuma de Villar, que escribió en esos diez años que transcurrieron entre “La playa de los ahogados” y “El último barco”. El escritor y colaborador de FARO solo puede desvelar que se trata de una obra tan divertida como lúcida, y que revalida la maestría de su pluma y su empeño por alcanzar la perfección. “Tenía tanto talento que le caía de los bolsillos”, sostiene.

El último Congreso de Novela y Cine Negro de Salamanca homenajeó al escritor con la edición de “Domingo Villar. El artesano de la palabra”, que no está a la venta, que reúne textos de escritores como Francisco Castro, Carlos Zanón y el también fallecido Alexis Ravelo, entre otros, y de la mujer de Villar, Beatriz Lozano, ilustrado por Carlos Baonza y editado por Siruela. Villar obtuvo el premio Pata Negra de este congreso en 2019 por "El último barco".

Carlos Blanco protagonizará “Síbaris”

Con “Síbaris” echará el telón el legado literario de Domingo Villar, a quien un ictus se llevó en plena madurez literaria. La obra no ha salido aún a la luz –lo hará previsiblemente el 20 de septiembre, simultáneamente en gallego (Galaxia) y en castellano (Siruela), como era costumbre del escritor vigués–, pero sus futuros lectores ya pueden ponerle rostro y voz a su protagonista: los del actor Carlos Blanco. “Es una obra que dejó terminada antes de morir y que le hacía muchísima ilusión”, afirma su representante, Anne Soler-Pont.

“Síbaris” no es género negro. Tampoco una novela. Es una comedia. De teatro. Mantiene intactas, eso sí, las señas de identidad de su autor: la retranca y ese estilo reposado con el que tejía sus historias. Así lo aseguran quienes han tenido el privilegio de leer esta obra póstuma, que es una reflexión aguda, cómica y, a veces, también despiadada pero siempre lúcida sobre la literatura y todo lo que la rodea. Por ella desfilan las filias y las fobias de muchos escritores, y que tienen que ver con los miedos, inseguridades y paranoias de quienes se dedican a escribir. Quién sabe si los de Villar también.

En esta obra, Carlos Blanco encarna a un escritor que acaba de recibir el Premio Nobel pero que está inmerso desde hace años en un bloqueo creativo. La pieza se encuentra en estos momentos en pleno proceso de producción para ser estrenada en gallego en Vigo el próximo otoño. Tras una gira de varias semanas por Galicia, se representará en Madrid, en castellano.

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