El investigador gallego Luis Liz Marzán: "Crearemos tumores en el laboratorio con nanotecnología para diseñar nuevas terapias"

Fabricar tumores en el laboratorio para entender mejor cómo evolucionan los cánceres y encontrar terapias personalizadas para derribarlos. Ese es el "gran reto" que tiene por delante el científico gallego Luis Liz Marzán (Lugo, 1965), hasta 2012 catedrático de Química Física en la Universidad de Vigo y que trabaja a nivel nano desde el País Vasco. El investigador del CIC bioGUNE (Centro de Investigación Cooperativa en Biociencias) es uno de los científicos más citados a nivel mundial en el campo de la nanotecnología. Con ella, y dentro de un proyecto largo pero de "comienzo prometedor", ya ha conseguido encontrar procesos causantes del cáncer "que no se habían descrito antes". "La nanomedicina la tenemos ya aquí", afirmó Liz en la apertura de la VIII Semana de la Ciencia "Margarita Salas", organizada por LA NUEVA ESPAÑA, periódico del mismo grupo editorial que FARO DE VIGO (Editorial Prensa Ibérica).

El investigador de Ikerbasque (el programa de excelencia científica del Gobierno del País Vasco), que fue presentado por Gonzalo Orejas, vicepresidente de Química del Nalón, de cuyo comité asesor forma parte Liz, dio una clase magistral sobre nanotecnología y sus aplicaciones. Algunas de ellas llegan a casa, como los televisores Quantum, los test de embarazo o los famosos test de antígenos del covid.

Ensayo clínico sobre el cáncer de próstata

Continuando con la pandemia, Luis Manuel Liz afirmó, ante un nutrido público –muchos de ellos químicos, como la expresidenta del CSIC Rosa Menéndez–, que hasta las vacunas de RNA mensajero son nanotecnología. Hay más aplicaciones revolucionarias en marcha, que suenan a ciencia ficción, pero que ya se están probando con éxito en los laboratorios. "Una empresa tiene en fase de ensayo clínico piloto un tratamiento para el cáncer de próstata que consiste en introducir nanopartículas de oro en el cuerpo y colocarlas de forma que se peguen al tumor. Mediante luz infrarroja que penetra a través de la piel, se debilitan las células cancerígenas", explicó. Aunque estos tratamientos tardarán en verse en los hospitales, apostilló, "demuestran que la tecnología es viable".

Lo sabe bien el propio Liz y su equipo, que tienen en marcha un proyecto en el que utilizan la impresión 3D para construir unas estructuras en las que puedan crecer células tumorales con el objetivo final de que los resultados obtenidos permitan avanzar hacia una medicina personalizada. "Nuestro trabajo más ambicioso es fabricar tumores en el laboratorio para hacer una especie de librería de fármacos anticancerígenos que podrían ayudar a encontrar la terapia más adecuada para cada paciente", detalló. El mayor reto no está tanto en crear tumores, sino en hacer que éstos "se comporten como lo harían dentro del cuerpo humano". De momento, los ensayos los están haciendo con mamas de cerdas. Y está por ver si el proyecto funcionaría en pacientes. Porque "el cuerpo humano es una máquina muy bien fabricada y si el cuerpo no es capaz de por sí solo de solucionar el fallo, a lo mejor detecta lo externo y lo expulsa". Habrá que esperar todavía unos cuantos años para comprobarlo.

Aunque sin llegar a este nivel, el prestigioso químico, con más de 500 publicaciones a su espalda, remarca que la nanomedicina "ya existe". ¿Por ejemplo? "En el encapsulamiento de fármacos se utilizan técnicas de nanotecnología", señaló Liz, que hizo durante su ponencia un apasionante repaso por la historia de esta ciencia. Contó como detalle curioso que la nanotecnología viene de muy atrás, "de hace muchos siglos, aunque fuese sin conocimiento de causa". Según dijo, el secreto de los intensos colores de algunas vidrieras de catedrales, que además no se bajan, está en que contienen nanopartículas. El primer artículo científico en este campo, no obstante, data de1857 y corresponde a Faraday, el británico al que le debemos que la luz llegue a nuestras casas.

Entrar en el campo de la agricultura, otro reto

Pero, ¿qué es en realidad la nanotecnología? Antes hay que saber qué significa nano. "Es la millonésima parte de un milímetro", definió Luis Liz. Es decir, una escala similar a la que resultaría de comparar el planeta Tierra con un balón de fútbol. Por dar una definición, "la nanotecnología es la que trabaja a tamaño nanométrico, con dispositivos hechos de forma artificial y que solo funcionan porque los materiales que los componen únicamente operan a esa escala". Si hablamos de nanomateriales que aspiran a entrar en el cuerpo humano cabe hacerse la pregunta de si pueden resultar tóxicos. Liz tiene clara la respuesta: "La toxicidad no está en la escala nanométrica". Lo que en cambio sí preocupa "mucho" a los investigadores que se dedican a este campo es la sostenibilidad. Y, por eso, están buscando nuevos materiales que tengan propiedades similares a los tradicionales, pero que sean menos contaminantes. Según Liz, otro reto es entrar en el campo de la agricultura. "Ahí, en la automatización, la nanotecnología tiene mucho que decir", manifestó.

Con unas elecciones autonómicas y nacionales a la vuelta de la esquina, Luis Manuel Liz pidió a los políticos "constancia". Constancia en la financiación y en la convocatoria de ayudas. "Aquello que se consiguió en los años 80-90, que era tener al menos una convocatoria anual, desapareció en la crisis del 2008 y no se ha recuperado del todo todavía hoy. Tenemos bastante inversión ahora con los fondos europeos, pero existe un desfase en las fechas de las convocatorias", lamentó. Y se corren "graves riesgos" si esta tendencia no se corrige: "Científicos de gran valía pueden dejar de hacer investigación". Queda dicho y el consejero de Ciencia del Principado, Borja Sánchez, tomó nota.