Iván se encuentra "bien" tras pasar su primera noche en casa: su familia busca otro tratamiento médico sin electroshocks

El joven arzuano ayer salió del Hospital Provincial de Conxo donde recibió diez sesiones de terapia electroconvulsiva

Iván, con su padre y familia, en el Hospital de Conxo tras recibir el alta médica.

Iván, con su padre y familia, en el Hospital de Conxo tras recibir el alta médica. / ANTONIO HERNÁNDEZ/JESÚS PRIETO

Marcos Manteiga Outeiro

Iván, el joven arzuano sometido a terapia electroconvulsiva (TEC), ha pasado su primera noche en casa y, según explica su padre a EL CORREO GALLEGO - diario del mismo grupo editorial que FARO-, se encuentra "bien". La batalla de la familia pasa ahora por "mover papeles y valoraciones clínicas" para que continúe un tratamiento sin necesidad de aplicarle más electroshocks.

Este fue, precisamente, uno de los caballos de batalla de la familia del joven de 30 años: acceder a su historial médico para solicitar una segunda valoración facultativa, algo que hasta la fecha no pudieron hacer, porque necesitaban el consentimiento por escrito del paciente, y el padre no pudo obtenerla tras serle negadas las visitas presenciales.

Durante este tiempo, de cualquier forma, ya han buscado otros centros sanitarios donde puedan atender a Iván. Cuestión aparte es la vertiente legal de toda la polémica, y los progenitores aseguran estar "a la espera de resoluciones del juez". No hay que olvidar, además, que son varias las denuncias interpuestas por los allegados contra la prohibición para que el padre realizase visitas in situ a su hijo mientras estuvo ingresado en la unidad de psiquiatría del Hospital Provincial de Conxo.

Iván llegaba al Clínico compostelano a principios de febrero tras sufrir un brote psicótico, "por primera vez", según los suyos. Fue derivado a Conxo, donde además los facultativos detectaron una posible tendencia suicida, siempre según su parecer profesional, por lo que se buscó el tratamiento por terapia electronvulsiva para actuar.

Finalmente, fue sometido a diez sesiones de electroshock, una práctica que tanto Iván como su familia y grupos de apoyo repudian, pidiendo que se continuase con otro tratamiento menos invasivo y que, además, fuentes médicas consultadas afirman que no cura estas patologías. Este miércoles 19 de abril dejaba atrás su periplo hospitalario después de dos meses.