Iván abandona el hospital tras recibir diez sesiones de electroshock

El joven arzuano sometido a terapia electroconvulsiva abandona el Hospital Provincial de Conxo no sin antes haber recibido el décimo electroshock en la mañana de este miércoles

Momento en el que Iván sale del hospital y se reencuentra con su familia tras recibir diez sesiones de electroshock.

Momento en el que Iván sale del hospital y se reencuentra con su familia tras recibir diez sesiones de electroshock. / JESÚS PRIETO / ANTONIO HERNÁNDEZ

Marcos Manteiga Outeiro

Iván, el joven arzuano sometido a terapia electroconvulsiva (TEC), terminaba este miércoles su convalecencia en el Hospital Provincial de Conxo, donde lleva semanas ingresado en la unidad de psiquiatría después de haber sido trasladado desde el CHUS, donde entró el 9 de febrero tras sufrir un brote psicótico, el primero según su padre. Eso sí, abandonaba las instalaciones en las que tanto ha padecido no sin haber recibido el décimo electroshock horas antes.

De esta forma, pasadas las 18 horas Iván dejaba atrás las instalaciones con la lógica satisfacción tanto de su padre, Juan Carlos, como del resto de la familia y el grupo de apoyo que tanto defendió su derecho a ser trasladado y recibir otro tipo de tratamiento, incluyendo también a la Asociación de Pacientes e Usuarios do CHUS, que llegó a convocar una movilización pública.

Durante este tiempo, el debate sobre una terapia que, si bien se aplica de forma regular por el sistema sanitario, tiene serios detractores, ocupó páginas enteras y suscitó opiniones encontradas. E igualmente volvían a ponerse sobre la mesa otros factores relativos al consentimiento del propio enfermo o el recurso de los facultativos para, previa autorización judicial, obligar a una persona a someterse a la terapia que vean conveniente.

Ahora se abre un periodo en el que Iván, de 30 años, seguirá recibiendo atención médica, pero ya en su municipio. Y también habrá que esperar a la resolución de las sucesivas denuncias interpuestas contra el impedimento de visitarlo presencialmente por parte de su progenitor o recabar su consentimiento para acceder al historial médico de cara a pedir una segunda opinión facultativa.