La copita “saludable” de vino, un mito

Un metaanálisis concluye que beber hasta 25 gramos de alcohol al día no se asocia con cambios en la mortalidad | El estudio descarta que el consumo moderado pueda ser recomendable

Copas de cerveza en un establecimiento de hostelería. |   // CARLOS PARDELLAS

Copas de cerveza en un establecimiento de hostelería. | // CARLOS PARDELLAS / Rafa López

Rafa López

Rafa López

Un metaanálisis –algo así como un estudio de estudios– publicado ayer en "JAMA Network Open" afirma que beber dosis bajas de alcohol, hasta 25 gramos al día (dos cañas y media de cerveza, aproximadamente), no se asocia con cambios en la mortalidad. La investigación concluye que el consumo bajo de etanol no se vincula a una protección contra la muerte por todas las causas. En definitiva, confirma lo que sostienen la inmensa mayoría de expertos y la Organización Mundial de la Salud: ninguna dosis de bebida alcohólica, por reducida que sea, resulta saludable.

Este amplio análisis de científicos británicos y de Canadá, que agrega los datos de 107 estudios previos y 4,8 millones de personas, contradice trabajos previos que afirmaban que las personas que beben alcohol en dosis bajas viven más tiempo y tienen menos probabilidad de morir por enfermedad cardiovascular que las abstemias. Sobre esos estudios ya se había apuntado que podrían ser otros factores –como la dieta mediterránea o menores niveles de estrés– y no la “copita” de vino en las comidas –habitual en España, Francia o Italia– lo que hiciese que esa población fuese más longeva.

Este metaanálisis, encabezado por el doctor Jinhui Zhao, del Instituto Canadiense para la Investigación del Uso de Sustancias, no encontró este efecto protector en estudios publicados entre 1980 y 2022 en varios países, entre ellos España. Por el contrario, sí halló un aumento significativo del riesgo de mortalidad a partir de 25 gramos al día para mujeres y de 45 gramos para hombres.

bebidas W

bebidas W / Hugo Barreiro

“No hay dudas de que beber en exceso es claramente perjudicial para la salud, pero sigue habiendo controversia sobre los efectos del consumo moderado, aunque cada vez van apareciendo estudios con metodologías más rigurosas que no observan ningún beneficio del consumo de pequeñas cantidades”, apunta a Science Media Center (SMC) Rosario Ortolá, investigadora del departamento de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad Autónoma de Madrid.

Otra experta que ha estudiado este metaanálisis, María Dolores Chirlaque, jefa de Epidemiología de la Consejería de Salud de Murcia, considera este trabajo un “análisis riguroso” cuyos resultados “vienen a confirmar la evidencia previa de un efecto nocivo del consumo elevado de alcohol, al tiempo que no sugiere un efecto protector ni de riesgo en consumos moderados”.

En declaraciones a SMC, la experta señala que, según este estudio, “el consumo bajo o moderado de alcohol no se asocia con mayor ni menor riesgo de mortalidad global, de forma que no se muestra beneficioso, pero tampoco de riesgo”. Subraya que “el hecho de no observar mayor o menor riesgo no significa que no exista, sino que no se ha podido probar en el presente estudio”.

Los resultados, concluye, deben “desalentar el abuso de bebidas alcohólicas”. “En relación al consumo bajo o moderado, se mantienen las controversias, aunque otros autores y estudios avalan que cualquier consumo podría ser de riesgo para la salud”, recuerda.

En España, el Ministerio de Sanidad establece los límites de consumo de bajo riesgo en 10 gramos de alcohol (una copa de vino) por día para mujeres y 20 gramos (dos copas de vino o una lata y media de cerveza) para hombres. Con todo, se trata de riesgo bajo, que no “riesgo cero”, y en cualquier caso no se puede calificar de “saludable”. “Basándonos en la evidencia científica, ningún profesional o institución debería recomendar el consumo de alcohol para mejorar la salud. Ni tan siquiera en cantidades ínfimas”, recalcaba en un artículo divulgativo, publicado en noviembre pasado en “The Conversation”, Francisco Caamaño, profesor titular de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Santiago de Compostela. En este artículo, realizado con el asesoramiento de la Sociedad Española de Epidemiología, el epidemiólogo gallego recordó que diariamente mueren por alcohol en España 11 mujeres y 31 hombres.

Si bien la copita “saludable” de vino o cerveza –no ya digamos licores de alta graduación– es un mito desterrado, persisten controversias respecto al consumo cero. En una reciente entrevista, el hepatólogo Ramón Bataller, considerado uno de los mayores especialistas mundiales en el impacto del consumo de alcohol sobre las patologías del hígado, señalaba que “no existen datos prospectivos (en estudios) que indiquen que un consumo ocasional y moderado vaya a aumentar la mortalidad, y el decir ‘cero’ a una persona sin ningún problema de salud es exagerado”.

Bataller cuestionó un gran estudio sobre el alcohol publicado en 2018 por la prestigiosa revista “The Lancet”, al atribuirle “problemas metodológicos”: “Cogía un popurrí de muchas fuentes públicas y llegaba a la conclusión de que hasta una copa de alcohol aumenta la mortalidad sobre todo por cáncer y patología cardiovascular y, a partir de ese estudio se empezó a decir que el consumo debe ser cero”.

Por ello, Bataller matizó que “en personas que no tengan, por ejemplo, otras enfermedades como diabetes u obesidad, beber de manera moderada y ocasional parece que no va a ser muy perjudicial”.

Eso sí, a renglón seguido, el jefe de Hepatología del Hospital Clínic de Barcelona advirtió que “todo lo que sea consumir diariamente más de un par de bebidas o meterse atracones es peligroso”.

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