El insólito rebaño de "Marujiña": cuatrillizos después de repetir trillizos

El alumbramiento de cuatro corderos vivos es un hecho inusual

La oveja "Marujiña" con sus cuatro crías.

La oveja "Marujiña" con sus cuatro crías. / EFE / XOÁN REY

EFE / Ana Martínez

"Marujiña" es el nombre de una oveja gallega que el pasado sábado parió cuatro crías vivas, un inusual parto múltiple entre las de su especie que ha causado enorme expectación en la zona de Guisande, un entorno campestre de Brión, en A Coruña.

El cuarteto blanco ha llenado de alegría el hogar que forman Adelina, Andrés y sus tres hijos, Alejandro, Lucía y el pequeño Daniel.

"Es muy buena. En la ubre de una oveja solamente hay dos glándulas mamarias pero ella se organiza para alimentar a toda esta prole", ha contado a EFE Adelina, mientras en el terreno que rodea la casa, y que está protegido por un cierre, la familia ovina pasea plácidamente pese a la lluvia.

"En la ubre de una oveja solamente hay dos glándulas mamarias pero ella se organiza para alimentar a toda esta prole"

"Marujiña" lleva con ellos dos años. Llegó estando preñada y aquel parto había dejado tres corderos. Después hubo otro parto más, similar, con otros tres. Y ahora, este de dos hembras y dos machos, todavía sin nombres asignados.

La gestación duró cinco meses, es la media, y el alumbramiento fue "muy bien".

En el interior de la vivienda, relata entusiasmada la adolescente Lucía, estaban "todos atentos" en la víspera del Día del Padre a la conocida película "Regreso al futuro", dirigida por Robert Zemeckis, cuando en un momento dado Adelina interrumpió el visionado para ir a visitar a "Marujiña".

Fue el suyo un presentimiento en toda regla. Lo que nunca se imaginó es la sorpresa con la que se iba a encontrar, aquella estampa.

Les dijeron, los más viejos del lugar, que seguramente alguno de los nacidos "no se iba a lograr" y que sería cuestión de horas. Pero no ha ocurrido esa fatalidad.

Adelina muestra a la oveja con sus "cuatrillizos".

Adelina muestra a la oveja con sus "cuatrillizos". / EFE / XOÁN REY

"Marujiña" atiende al instante al escuchar ese apelativo cariñoso. Cuando a una oveja se le da un nombre, acude "presta" a cada llamada.

De temperamento apacible es tímida al principio, solamente si ve a alguien al que no está habituado. Sus hijos van tras ella, sin despistarse.

Suena el timbre del chalé. Es Antía, una niña de casi 5 años que se ha enterado del acontecimiento y quiere verlo con sus propios ojos. Su mirada lo dice todo, al comprobar que lo que le han contado es lo que está presenciando.

"¡Pero qué cositas tan bonitas!", exclama.

Cae la tarde. "Marujiña" se alimenta temprano y repite al final del día. Pasto hay en grandes cantidades.

Junto a "Marujiña" y sus retoños hay gallinas (alguna de las cuales quiere robarle protagonismo), conejos, peces y un perro tan grande como bondadoso. Todos se entienden entre sí.

Hace algo más de una década, el 27 de diciembre de 2012, en Valga, "Mora", una oveja de 5 años, los mismos que tiene "Marujiña", fue madre de cuatro crías a la vez. Hasta ese momento, al igual que la de Brión, había tenido tres más de una vez pero sin superar jamás esa cifra.

Su caso había sido muy curioso porque las crías de esta oveja, que era negra, salieron blancas.

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