Cuando nacieron como banda de rock en 2014, Furious Monkey House supusieron un campanazo: un grupo con seis integrantes con guitarreos grunge, canciones en inglés y mucha, mucha fuerza. Con el disco en el reproductor de cedés, llamaba la atención el sonido de aquel grupo con su primer álbum, “Run”; pero había algo que magnificaba su trabajo al nivel de hazaña: eran cinco jóvenes pontevedreses de once años de edad, apoyados por un profesor, que decidieron subirse a los escenarios y grabar en los estudios Abbey Road.
Ahora, casi una década después, la banda prosigue pero ellos han llegado e incluso superado la mayoría de edad. Toca cambio existencial en sus vidas (están estudiando en la universidad o incluso trabajando) pero también en su sonido que se ha abierto a los toques electrónicos sin abandonar el rock.
El nuevo disco leva por título “Oneiric” y con él han decidido colgar la careta de mono que los había venido acompañando y que daba simbología e historia al grupo.
Gonzalo –su profesor– ejerce como portavoz y explica que “Oneiric” tiene que ver con “todo el proceso que nos llevó a elaborar el disco. El inicio de la composición fue en los comienzos de la pandemia. Nos hizo evolucionar muchísimo porque estábamos encerrados, a distancia, y con los ordenadores como nuestra herramienta. Tuvimos que aprender a secuenciar, probar sintetizadores y nuevas texturas. Los escenarios musicales que creamos fueron paisajes totalmente nuevos que dieron pie a esa visión onírica con lo que hicimos algo que no estábamos acostumbrados”.
Gonzalo recalca que las letras, al 95 por ciento, son obra de Mariña y que “para nosotros ha habido un antes y después en este proyecto y la canción “In the void” habla incluso de la muerte. En ‘Oniric’, en la portada, hemos hecho un entierro del mono que es un volver a nacer.Es un ascenso a los cielos. ‘In the void’ es un poco eso. En el videoclip que rodó Mariña, se refleja la despedida de un ser que les acompañó como mono-profesor a dar un paso a ellas mismas y a su modo”.
Gonzalo está convencido de que “este es el disco que más nos representa como banda. Por él, se ve cómo pasa el tiempo. Han sido tres años para su preparación. Se ven en canciones como “Bullet” o “Fall again” que fueron las dos primeras que compusimos. Además, queríamos ofrecer una visión crítica del mundo. Queríamos trasladar la sensación de incapacidad, de estar perdidas que tienen muchas de las personas que nos rodean y con edad parecida a los jóvenes de la banda. Queríamos luchar contra nuestros miedos con guitarras enérgicas y el grito desesperado de no volver a caer”.
A lo largo de los diferentes temas del disco, se van presentando melodías dulces con otras más oscuras. “Seguimos haciendo canciones pop-rock pero no estamos metiendo en un terreno más oscuro. Queríamos retratar a la muerte en la portada. De ahí que el color blanco mármol para el vinilo le vaya tanbien”, señala Gonzalo.
La primera cita para verlos en directo será el 14 de abril en la sala Karma de Pontevedra, “en casa”, como ellos mismos señalan y con los billetes a nueve euros. Después, realizarán una gira de salas por España con parada en A Coruña (Mardi Grass), San Sebastián, Mayorga, Valladolid, Madrid o Vitoria, entre otras.
“Estamos preparando un directo con mucha fuerza. Ya no solo son guitarras sino todos los nuevos sonidos”, señalan para recordar que tienen muchas ganas de saltar al escenario. “El disco anterior no lo pudimos presentar. Casi lo palmamos directamente. Fue un golpe, tanto trabajo para casi no ver la gira que nos gustaría tener después de tanto esfuerzo... Ahora nos queremos mogollón, estamos muy a gusto en equipo y aunque cada uno está en un lugar distinto estudiando queremos que la banda siga conviviendo con nuestras vidas”, concluye Gonzalo.