Los peligros del erotismo sin pudor

Series como “Élite” y “Sky rojo” refuerzan entre los más jóvenes estereotipos poco positivos sobre sexualidad, advierten expertos en sexología y sociología

Marisa de Dios

Patrick (Manu Ríos) y Ander (Arón Piper), dos de los alumnos de “Élite”, se encuentran en una de las animadas fiestas a las que son asiduos los chicos de la exitosa serie de Netflix y no pueden refrenar su pasión. Las escenas del calentón son de lo más explícitas, igual que suelen serlo las de la adrenalínica “Sky rojo”, a la que se acusó de hacer de la prostitución un espectáculo. En “Euphoria”, Jules (Hunter Schafer) tiene un encuentro íntimo en un sórdido motel con un desconocido que acaba descubriendo que es el padre de su compañero de clase.

Son solo algunos ejemplos de títulos del streaming que explotan sin pudor el tirón del sexo, ya que las plataformas están más dispuestas a acoger las propuestas más desinhibidas. Algo que tiene sus peligros: según los expertos, este tipo de series refuerzan unos estereotipos poco positivos y realistas, sobre todo para los jóvenes.

“Hay series que acaban primando la muestra cada vez más explícita de lo erótico sobre la propia trama, que aparece como algo secundario”, explica el sexólogo Iván Rotella, de la Asociación Estatal de Profesionales de la Sexología. Esto no tendría mayor importancia “de no ser porque siempre acabamos viendo cuerpos muy parecidos y estereotipados, así como tipos de relaciones muy similares. No parece haber excesivo tiempo para la diversidad tanto de cuerpos, como de encuentros eróticos o de tipos de vinculación emocional”, reflexiona el profesional, para quien el potencial educativo a nivel sexual de este tipo de series es de lo más atrayente.

“Está claro que algunas no lo pretenden, pero un poco de esfuerzo en este sentido, sin alterar excesivamente las tramas, sería muy positivo. Una diversidad de cuerpos y de encuentros permitiría que cualquier joven se pudiese encontrar y tener su reflejo en esas series. La generación de expectativas inalcanzables es siempre perjudicial”, apunta Rotella.

Coincide con él la socióloga Raquel Fernández Gómez, para quien “desestigmatizar el sexo es absolutamente necesario, pero no se está haciendo como toca”. “Lo que es prioritario es llenar las pantallas de relaciones consentidas y consensuadas, placeres compartidos, cuerpos diversos, identidades cambiantes y realidades que se acerquen a la cotidianidad propia de nuestro día a día”, añade.

Series como “Élite” o “Sky rojo”, en cambio, lo que venden es hedonismo y glamur (la primera) y acción desenfrenada (la segunda). “Hay un componente sexy en nuestro casting, sería absurdo no reconocerlo, y está buscado. Pero creo que es un tipo de serie que pide eso. ¿Que puede abrirse a otras cosas? Seguramente. ¿Que lo haremos? Pues no lo sé”, confesaba Carlos Montero, el creador de “Élite”, en la presentación de su sexta temporada.

Fernández incide en los efectos negativos de esas escenas poco realistas, sobre todo para los jóvenes: “Pueden estimular la aparición de problemas de dismorfia corporal, descontento o falta de autoestima”, enumera la socióloga, que considera que el recurso de fomentar escenas eróticas tan explícitas en las series va en paralelo a la mayor sexualización de la sociedad. “La sociedad está cada vez más erotizada, pero eso no va acompañado de una sociedad cada vez más sexualmente educada y por eso surgen dificultades”, apostilla Rotella.

De todas maneras, según el sexólogo, estas series “siempre serán un ejemplo mucho mejor que la habitual pornografía gratuita en internet que, ante la evidente falta de una buena educación sexual en el aula, a todas las edades, se acaba convirtiendo en un problema bastante serio”. “Cada vez baja más la edad de inicio de su consumo y cada vez tenemos más chicas y chicos que ven un montón de coitos de todo tipo antes siquiera de su primer beso. Todo eso nos puede llevar a un inicio de las relaciones mucho más violento que el deseado por ambas personas, pero que entienden que es como tienen que ser los encuentros eróticos”, destaca.

El ejemplo de “Sex education”

En contraposición pone como ejemplo una serie como “Sex education”. “Aunque tiene aspectos a mejorar, muestra claramente la diversidad que existe en la sociedad. Y no habla solo de diversidad de orientación o identidad, sino también de vinculaciones, y puede servir como excusa para que cualquier familia pueda hablar del tema del sexo y darle la importancia real que tiene, ni más ni menos”, sentencia.