El espectáculo de la “luna de nieve” deslumbra sobre el cielo de Vigo

El cielo despejado permite contemplar en Galicia el satélite en todo su esplendor

Rafa López

Rafa López

El cielo despejado que trae el anticiclón invernal ha permitido admirar en Galicia el espectáculo de la llamada “luna de nieve”. El punto culminante fue el domingo, 5 de febrero, a las 19.28 horas, según el Instituto Geográfico Nacional (IGN). En ese momento se vio en su máximo esplendor esta luna llena de febrero, aunque esta noche también se pudo contemplar perfectamente.

“A partir de la luna llena empieza a menguar, pero en un día apenas hay diferencia, señala a FARO José Ángel Docobo, director del Observatorio Astronómico Ramón María Aller de la Universidad de Santiago de Compostela (USC), que añade que no existe una denominación específica de Galicia para esta luna llena de febrero, llamada tradicionalmente “luna de nieve” o incluso “luna de hambre”. “Este tipo de apellidos que se les pone a las lunas tiene un origen variado, salvo la luna azul, que son dos lunas en un mes –matiza–. Lo de la ‘luna rosa’ y ‘luna de nieve’, no tiene ninguna relación con la astronomía”, añade el experto.

La denominación “luna de nieve” procede de la tradición. Según el divulgador científico gallego Álex Riveiro, autor del blog de astronomía Astrobitácora, es el nombre que recibe en el hemisferio norte la luna llena de febrero. Viene de las tribus amerindias, que la llamaban así por ser esta la época del año en la que se suelen producir las mayores nevadas. Los nativos americanos también la denominaban “luna del hambre”, porque febrero era uno de los meses más difíciles para cazar y en los que escaseaban los alimentos.

Sin embargo, esta vez no se trata de una “superluna”, fenómeno que ocurre cuando nuestro satélite se encuentra en su fase de plenitud y coincide que se halla en el punto más cercano de su órbita a la Tierra, el perigeo. Este acercamiento produce la percepción desde la superficie terrestre de que la luna luce ligeramente más grande de lo normal. Cuando la luna llena, completamente iluminada por el Sol, coincide con su posición en el perigeo, tiene un aspecto hasta un 14 por ciento más grande y un 30% más brillante que cuando lo hace en el apogeo, esto es, el punto más alejado de la Tierra en su órbita.

Con todo, ocurre con la luna llena que cuando la vemos salir la apreciamos con un tamaño muy grande. Según José Ángel Docobo, este curioso efecto es únicamente una impresión óptica atribuible al cerebro y al ojo humano: parece que la Luna se va haciendo más pequeña conforme se eleva en el firmamento, pero no es porque se vaya alejando de nosotros. “Tendemos a ver más grande la luna al principio porque tenemos la comparativa con otros objetos, como el horizonte o un monte. Si se mide con instrumentos, se ve que la luna tiene el mismo tamaño para el observador”, explica el científico.

Respecto al llamado “cometa verde”, el C/2022 E3 (ZTF), que tarda 50.000 años en completar su recorrido orbital, el astrónomo gallego señala que todavía se puede divisar, aunque el día 1 de febrero fue el de máximo acercamiento a la Tierra. Aconseja contemplarlo “después de que salga la luna, para que no moleste tanto, hacia la constelación de la Jirafa, y lejos de las ciudades, para evitar la contaminación lumínica”. Sin embargo, este cometa “no ha tenido tanto brillo como se esperaba, ha decepcionado un poco”, admite Docobo.

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