Uno de cada cinco gallegos de entre 11 y 18 años dice sentirse triste siempre o casi siempre

Aunque es una tasa elevada, del 21%, supone una mejora respecto al año anterior cuando experimentaba este sentimiento casi el treinta por ciento de los jóvenes, según el Observatorio de Unicef

Entrada de escolares a un colegio el pasado curso.

Entrada de escolares a un colegio el pasado curso. / MARTA FERNÁNDEZ

Mar Mato

Mar Mato

La pandemia va quedando atrás y con ella la nube oscura que con su pesar impregnó a gran parte de la población, incluidos a los más jóvenes. El Barómetro de Opinión de la Infancia y la Adolescencia de Unicef lo evidencia. En la edición de 2020-2021, el 29 por ciento (más de la cuarta parte) de las chicas y chicos gallegos de 11 a 18 años entrevistados habían asegurado que se sentían siempre o casi siempre tristes. En la entrega del pasado año, los que indicaron experimentar esa desazón bajaron al 21%, un índice aún considerable, ya que es uno de cada cinco.

El dato invita a la reflexión porque supera ligeramente el registrado en el promedio del conjunto de España, que se fijó en el 20%.

Cuando se les preguntó si se sentían solos, casi el 16 por ciento en Galicia aseguró que sí mientras que en el resto de España la media fue del 14,7%.

El estudio de Unicef, presentado ayer, busca calibrar qué es lo que más preocupa a la juventud. “Hemos querido escuchar una vez más a nuestros niños, niñas y adolescentes porque tienen mucho que decir”, afirmó José María Vera, director ejecutivo de Unicef España.

Tienen derecho a opinar y expresarse, y este barómetro es una magnífica herramienta para hacerlo. Sus respuestas, inquietudes y preocupaciones nos ayudan a orientar mejor nuestro trabajo hacia sus necesidades y problemáticas reales, y deben ser escuchadas y tenidas en cuenta por parte de los líderes políticos y sociales”, añadió.

La economía, la guerra y la escuela, sus preocupaciones

En sus desasosiegos reales, los jóvenes gallegos señalaron que lo que más les preocupaba era la economía (12%), seguida de la guerra (11%) y la escuela (5%).

En el Barómetro anterior, los tres asuntos que más inquietud les provocaban eran el coronavirus (al 38% le inquietaba), la economía (el 9%) y la desigualdad (5,5 por ciento).

No es el único cambio que se evidencia. En las profesiones mejor valoradas también ha habido cambios. En el anterior estudio, las chicas y chicos a quienes daban la nota más alta era a las médicas y médicos (7,8 sobre diez), seguido del siete de los arquitectos y del 6,6 de los influencers.

Pues bien, un año después, los médicos siguen en el primer puesto pero incluso con más nota, rozando el sobresaliente (8,6), seguidos del 7,8 del profesorado universitario y del 7,6 de los deportistas. Como se ve, los influencers han quedado alejados de momento del podio.

Precisamente, un año más los científicos y científicas son las instituciones mejor valoradas, con un 8,1 de nota, seguida del 7,7 del ejército y del 7,6 de la universidad.

Recomendaciones de Unicef: escuchar más a la infancia y adolescencia y profundizar en sus preocupaciones

Unicef no busca que su Barómetro de Opinión de la Infancia y Adolescencia acabe como un papel o un archivo más en la papelera real o virtual. Tras desgajar las opiniones de los jóvenes, apunta una serie de recomendaciones entre las que destaca el escuchar más a la infancia y adolescencia así como profundizar en sus preocupaciones. Así, la organización plantea “consolidar un sistema de recogida de las opiniones de la infancia y la adolescencia, que permita analizar e incorporar los resultados a las políticas”.

Para Unicef, deberíamos explorar las razones por las que los menores muestran su descontento al tiempo que se profundiza en sus preocupaciones. Además, considera que se debería incorporar su visión y participación activa en todo el ciclo de desarrollo normativo, planes y legislación que les afecte.

Por supuesto, no se olvidan de que deberíamos fortalecer la participación infantil y adolescente en escala local, autonómica y estatal. Esto se lograría acercando la actividad política a estos jóvenes, considera Unicef, de manera que hubiera más espacios de intercambio de opiniones y de rendición de cuentas por parte de los responsables políticos. Por último, propone Unicef potenciar la implicación social desde los centros educativos con una cultura escolar participativa.

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