Adiós a Jeff Beck, el antihéroe de la guitarra rock

Dueño de un estilo inconfundible, tocó con los mejores e influyó en varias generaciones de guitarristas

Jeff Beck, en un concierto en Helsinki en junio, en su gira con Johnny Depp.  | FOTO: J. NUKARI

Jeff Beck, en un concierto en Helsinki en junio, en su gira con Johnny Depp. | FOTO: J. NUKARI / Rafa López

Rafa López

Rafa López

La muerte de Jeff Beck a los 78 años, víctima de una repentina meningitis bacteriana, sacudió a última hora del miércoles el mundo del rock, que pierde a uno de sus guitarristas más talentosos, admirados e influyentes. Beck era el “guitarrista de guitarristas” por antonomasia, no porque fuese imitado –algo francamente difícil–, sino porque, al igual que Jimi Hendrix, Eric Clapton y Jimmy Page amplió espectacularmente la paleta sonora y la expresividad de un instrumento que aprendió a tocar de forma casi autodidacta, inspirando a otros músicos a encontrar su propio camino. Para la revista “Rolling Stone” era el quinto entre los cien mejores guitarristas de la historia del rock, solo por detrás de Jimi Hendrix, Eric Clapton, Jimmy Page y Keith Richards.

Raro es encontrar un guitarrista de rock y/o blues que no cite a Beck como una de sus influencias. Su sonido se caracteriza por una tremenda expresividad. “Hacía cantar a su guitarra eléctrica”, ha dicho Steve Hackett, otro gran innovador de la guitarra eléctrica. Influido por el virtuoso de la guitarra jazz John McLaughlin, una de sus claves era su personalísima utilización de la palanca de trémolo de su Fender Stratocaster, que tocaba con el pulgar (sin púa) y con el dedo índice en el botón de volumen. De esta forma lograba sacar microtonos y disonancias durante sus punteos, algo parecido a lo que consigue el estadounidense Derek Trucks mediante el uso del slide.

Nacido en Wallington, Londres, en 1944, Jeff Beck inició su camino al estrellato en 1965, cuando a sugerencia de Jimmy Page fue llamado a tocar en el grupo The Yardbirds en sustitución de Eric Clapton. Al igual que ocurrió con Clapton y Page, aquella banda fue el trampolín que le permitió lanzar su carrera. Su primer disco en solitario, “Truth” (1968), daba pistas de por dónde iba a encaminar su trayectoria, entre el rock, el blues y el jazz, y siempre sin dejarse atrapar por las tentaciones comerciales.

Ayudó decisivamente en sus comienzos a Rod Stewart y a Ronnie Wood, a los que reclutó para el Jeff Beck Group a finales de los 60. Fue Wood el que se unió a los Rolling Stones como segundo guitarrista, puesto para el que el grupo de Mick Jagger y Keith Richards había barajado a Beck.

Al no ejercer como cantante –al contrario que otros héroes de la guitarra, como Hendrix y Clapton– estuvo lejos de lograr un éxito mundial. Lo más cercano a un hit que obtuvo fue, probablemente, el instrumental “Cause We’ve Ended as Lovers”, del álbum “Blow by Blow” (1975). La canción, dedicada al guitarrista Roy Buchanan, fue compuesta por su amigo Stevie Wonder como disculpa a Beck por lanzar “Superstition” antes de tiempo. Y es que “Superstition” fue compuesta al alimón por ambos y había un acuerdo para que el británico lanzase antes su versión, pero el norteamericano se adelantó, rompiendo así el pacto..

Durante las décadas siguientes siguió en el candelero gracias a su participación en citas benéficas, como “The Secret Policeman’s Other Ball” (1982) –a favor de Amnistía Internacional, junto a Sting, Pete Townshend, Clapton y Phil Collins, entre otros–, y colaboraciones con gigantes de la talla de Mick Jagger, Tina Turner, Stevie Wonder, Morrissey, Diana Ross o Cindy Lauper.

En las últimas décadas trabajó también con artistas jóvenes, como Joss Stone y la española Ruth Lorenzo. Su última colaboración artística, este mismo año, fue con el actor y guitarrista Johnny Depp, justo cuando éste se encontraba en una vorágine judicial tras las denuncias de la actriz Amber Heard.

La muerte de Jeff Beck deja al rock sin “el héroe de la guitarra de los héroes de la guitarra”, como lo ha definido elocuentemente la cantante de The Pretenders, Chrissie Hynde. Y va cerrándose poco a poca una época en la que el rock, impulsado por la expresividad de la guitarra eléctrica, conquistó la humanidad.

Suscríbete para seguir leyendo