El pequeño Xoel es un gran milagro de la vida. Una operación intrauterina practicada a su madre Mayra Suárez le ha permitido, pese a su espina bífida, hacer muchas cosas que no entraban en su pronóstico. El niño “corre, salta, juega” y va al colegio ordinario junto a sus dos hermanos. Pero la lucha de su madre por su inclusión ha topado con un obstáculo difícil de superar, ya que fruto de su patología crónica Xoel, con una minusvalía del 71%, “requiere de servicios sanitarios en horario escolar”. Mayra lleva “años peleando” para que le concedan una enfermera escolar.
“Xoel tiene un sondaje intermitente cada tres horas, que no se puede variar”, puntualiza. A sus ocho años es un procedimiento que todavía no puede hacerse a sí mismo. Tras varias reclamaciones y varias mediaciones por parte de la Valedora do Pobo, María Dolores Fernández Galiño, han conseguido que el Sergas les envíe al colegio una enfermera del centro de salud al que está adscrito el pequeño –el de Rosalía de Castro–, una decisión que hasta ayer mismo no se le había notificado por escrito y que no satisface del todo a esta madre. “El servicio que nos ofrece no es el correcto porque no da prioridad al niño, sino que la enfermera que esté en el ambulatorio tiene que salir y parar las citas médicas en el horario que le corresponda el sondaje a Xoel, y no me garantizan siquiera que se pueda hacer, porque si en el ambulatorio entra una urgencia, la prioridad va a ser dicha urgencia”, se teme Suárez.
“El servicio que nos ofrecen no es el correcto porque no da prioridad al niño"
Por su parte, el Sergas, en un comunicado remitido a este periódico, apunta que “a Área Sanitaria de Vigo garante a asistencia de enfermaría pediátrica ao neno no propio centro escolar”, pero este compromiso contrasta con el temor de su progenitora de que la asistencia a su hijo no se realice en el tiempo y forma requeridos para no poner en riesgo su salud. “Unha vez pasadas as festas e se reinicie o curso escolar, as enfermeiras de pediatría do centro de saúde de Rosalía de Castro –ao que pertence o neno– se desprazarán dúas veces ao día (unha por quenda) ao devandito colexio, para prestarlle ao neno os coidados requiridos no horario escolar”, dicen desde el Sergas en el escrito remitido a este medio.
Desde que el niño está escolarizado han tenido que ser sus familiares los que se desplacen al centro escolar del niño para practicarle los sondajes. “Lo que solicitamos es una enfermera escolar para que lo acompañe en toda su educación, porque no puede ir a excursiones si no podemos acompañarle y fuera de nuestro entorno nadie le puede sondar porque no es personal sanitario”, afirma Suárez, que lucha por los derechos de su hijo desde hace años. “Nunca han querido darme una respuesta por escrito. El inspector que me tocaba me decía que esto no tenía solución porque no hay convenio entre Sanidad y Educación, dicho verbalmente”, asegura.
Gracias a la mediación de la Valedora do Pobo trasladaron el caso a Educación que, a su vez, remitió el asunto al Sergas, al carecer de competencias al respecto. El silencio administrativo que ha padecido durante largo tiempo acabó con una llamada desde el ambulatorio del niño, en el que se le indicaba que a partir de enero iniciarían el protocolo para tratar al Xoel en su colegio. Incluso el personal sanitario visitó el centro para conocer el espacio disponible y el material que precisarán. “Me llama desde el ambulatorio la enfermera y me explica la situación, pero no me garantizan que sea en horario y ni siquiera que lo puedan hacer por lo que el niño está en riesgo”, insiste la madre.
Además, a Xoel hay que practicarle dos sondajes en horario lectivo, a las 12.00 y a las 15.00, por lo que será “complicado que sea siempre la misma persona la que acuda a atenderlo, salvo que el ambulatorio ponga una persona que dé un servicio a ese horario para él”, dice su madre, que, en el caso de no poder conseguir una enfermera escolar, solicita “que sea la misma persona la que manipule al niño también por su salud emocional, ya que no es lo mismo que acuda cada vez una persona diferente para sondarle a que sea siempre la misma”.
Recogida de firmas
“Ante a excepcionalidade deste caso –dunha demanda de atención programada polos profesionais da sanidade pública no ámbito escolar– a administración sanitaria estivo estudando o xeito máis operativo e eficaz para dar resposta a esta demanda, e conxugar as necesidades asistenciais do menor xunto co requirimento de presencialidade dos profesionais nos seus centros de saúde”, explica el Sergas. “Tras esta análise, o Servizo Galego de Saúde considera que a carteira de servizos de atención primaria, ademais da atención domiciliaria, debe orientarse cara a unha atención comunitaria, e esta inclúe aos centros escolares. Polo tanto, o Sergas entende que a atención dun neno con necesidades de atención por motivo de enfermidade crónica no ámbito escolar (como é este caso) está contemplada dentro da carteira de servizos da enfermaría atención primaria”, sotienen.
Mayra Suárez insiste, pese a esta resolución, en que la enfermera escolar ayudaría a muchos más niños en el centro escolar, no solo a su hijo, e iniciará una recogida de firmas para que se atienda su petición.
SATSE apoya la petición de la madre
“No es el trabajo de una enfermera de un centro de salud atender un colegio”, apunta Emma Rodríguez, secretaria provincial del Sindicato de Enfermería (SATSE) en Pontevedra. En el caso de Xoel, y en el de otros niños con necesidades similares, son sus familiares los que deben hacerse cargo de sus cuidados, lo que puede ser difícil de compaginar con un horario laboral. “En todos los colegios necesitamos una enfermera escolar para solucionar este tipo de situaciones”, subraya. Así, considera que la decisión del Sergas en el caso de Xoel “no es la mejor” teniendo la opción de recurrir a la figura de la enfermera escolar. “Existen en casos muy concretos en colegios con niños con grandes discapacidades, por ejemplo, y dependen, sobre todo, de Política Social”, pese a la reivindicación “durante muchos años” para su implantación en todos los centros. “Hay comunidades como Madrid en las que sí funcionan y están encantados”, destaca. La figura de la enfermera escolar nace en Inglaterra hace más de un siglo, con la misión de “atender a los niños en el colegio para tener una salud comunitaria mejor” porque la educación sanitaria “empieza en el colegio, en la infancia”. Así, demandan la existencia de esta figura, dependiente del Sergas, “para solucionar situaciones como la de Xoel”, petición que suscribe, Malules Carbajo, secretaria general autonómica de SATSE Galicia. “No puede ser que enfermeras que estén trabajando en los centros de salud vayan a hacer actividad asistencial en los colegios, es algo que está fuera de su cartera de servicios”.