El anuncio de la lotería de Navidad que exalta la solidaridad y nuestro espíritu más generoso se hizo realidad ayer en el Gaucho Díaz I. Moncho, de la gestoría Fiselaco, entró por la puerta del restaurante poco después de que hubiese salido el Gordo y al verlo el dueño, Carlos Lamas, fue a la caja, sacó un décimo del 05490 y se lo entregó, seguido de un apretón de manos y un brindis con champán. “Tenemos muchísima confianza, sabía que no habría problema”, explicó Moncho, que lleva las cuentas del propietario del local. “Vino un día a la oficina a repartir décimos entre todos los empleados y yo no estaba, pero me lo guardó”, agregó Moncho, que aseguró además que como buen gestor va a asesorar a Lamas, que tenía más de un décimo agraciado, en cómo invertir bien el dinero para tener unos buenos ahorros para el futuro. Una de las primeras en felicitarlos a ambos fue Manuela, una clienta que iba a retirarse en agosto “pero ahora que le den al trabajo, lo dejo ya”.