El diagnóstico precoz de la disfagia incrementa las posibilidades de recuperación

Con motivo del Día Mundial de la Disfagia, los especialistas en cuidados intensivos, neurología, rehabilitación y otorrinolaringología, junto con fisioterapeutas y logopedas del área sanitaria de Vigo se han sumado este lunes a la celebración de la efeméride para visibilizar un trastorno que afecta a una porcentaje elevado de la población y que, muchas veces, está infradiagnosticado.

La disfagia es la dificultad para tragar comida y líquidos de manera natural y, por lo tanto, necesita de la atención inmediata de un especialista. Tal y como explica la ucista y coordinadora del Grupo Desnutrición Zero, Eva Menor, "en la Unidad de Cuidados Intensivos, más del 40% de los pacientes recién extubados y entre el 50 y el 84% de los sometidos a una traqueotomía padecen este problema". En el Chuvi, afecta a unos 300 pacientes anuales ingresados en la UCI, "pero un cribado a tiempo y una detección temprana minimiza significativamente los riesgos de complicaciones asociadas y permite un mayor porcentaje de recuperación", apostilla Menor.

Protocolo de cribado en la UCI

Uno de los pilares del programa de Desnutrición Zero es la continuidad de los cuidados y la transición a la dieta oral; esto es, que el paso de la nutrición artificial a la oral se realice de manera segura. Para ello, el servicio de Medicina Intensiva ha puesto en marcha un protocolo de cribado de disfagia con el que detectarla precozmente en los ingresados en la UCI.

Técnicas de alta cocina contra la disfagia

Personal de enfermería con formación específica en este campo realiza un test al paciente en el momento de la comida y, según la puntuación obtenida, se decide si necesita la intervención terapéutica del logopeda, modificar su dieta o simplemente hacerle una nueva evaluación en 24 horas.

"La gran mayoría de las disfagias, cuando son producidas por la debilidad adquirida del músculo, se consiguen recuperar con rehabilitación logoterápica", asegura la ucista.

Abordaje integral

La disfagia representa un problema de salud con gran incidencia en la calidad de vida de quien la padece y de sus familiares o cuidadores, que afrontan con mucha inseguridad y miedo las horas de las comidas.

Se trata de un trastorno de la deglución caracterizado por una dificultad en la preparación oral del bolo alimenticio o en el desplazamiento del alimento desde la boca hasta al estómago, con una mayor incidencia en edades avanzadas, enfermos geriátricos e institucionalizados, y en aquellas personas que han sufrido un ictus.

A estos pacientes se añaden los enfermos con patologías neurodegenerativas (párkinson, demencias, ELA, esclerosis múltiple, miastenia...); quienes han pasado por cirugías otorrinolaringológicas o neurológicas; o población infantil con trastornos neurológicos.

Su origen puede ser funcional (habitualmente neurógeno) o mecánico, aunque también puede aparecer como efecto secundario de factores como las cánulas de traqueostomía o algunos fármacos.

Núria Jordà, la joven que visibiliza la disfagia en redes sociales

A veces, los pacientes presentan dificultades muy severas que hacen que parte del bolo alimenticio se vaya a la vía aérea. Las personas con este problema tienen más probabilidades de ingresar en el hospital por neumonías, desnutrición, e incluso se registra un mayor índice de mortalidad por estos motivos.

Un correcto abordaje reduce el tiempo de hospitalización de los enfermos, así como los reingresos hospitalarios por complicaciones respiratorias. En este sentido, el servicio de logopedia del área sanitaria de Vigo ha elaborado diferentes materiales para impartir talleres a las personas cuidadoras de los afectados de disfagia, así como cursos específicos para el personal sanitario implicado en sus cuidados.