Los pediatras aún no respiran

Los especialistas perciben una leve mejoría tras un “noviembre horrible” por la epidemia de bronquiolitis, pero persiste la incertidumbre ante la evolución de las infecciones respiratorias

Urgencias de Pediatría del Hospital Porvincial de Pontevedra.

Urgencias de Pediatría del Hospital Porvincial de Pontevedra. / Gustavo Santos

Rafa López

Rafa López

Está siendo un invierno largo para los pediatras, y eso que aún no ha empezado –al menos, en términos astronómicos–. Como ha recordado esta semana el conselleiro de Sanidade, Julio García Comesaña, se ha producido un incremento “exponencial” de casos de infecciones respiratorias, “con un aumento del 65% respecto al año pasado, debido a la mayor intensidad de circulación de los virus”. La alta afluencia registrada en las urgencias pediátricas ha sido provocada en buena parte por la incidencia prematura del virus respiratorio sincital (VRS), que ha generado 120.000 consultas de pediatría en los centros de salud en los primeros 20 días de noviembre, casi 30.000 consultas más que en el mismo periodo en prepandemia. “Noviembre ha sido horrible”, admite la jefa del servicio de Pediatría del Hospital Ribera Povisa, María José Domínguez. Percibe una leve mejoría esta semana pero no se fía, porque la pandemia lo ha cambiado todo. “No sabemos lo que va a pasar en los meses siguientes”, resume.

Según los datos de Sanidade, el día de mayor presión asistencial fue el pasado 30 de octubre, con 300 atenciones en urgencias pediátricas de Vigo y una ocupación de camas de pediatría del 83% en el Hospital Álvaro Cunqueiro.

Así de desbordadas están las Urgencias Pediátricas de Vigo

Cedido

En el también hospital vigués Ribera Povisa, que atiende pacientes del Sergas y de la sanidad privada, empezaron a reforzar urgencias ya en octubre. “Esta semana, respecto a la anterior, parece que está empezando a disminuir, tanto bronquiolitis como gripe –indica a FARO María José Domínguez–. Todavía nos faltaría el pico, pero este año ha sido sumamente anómalo, no solo por la bronquiolitis, sino también con la gripe, de la que empezamos a ver casos a finales de septiembre”.

Entre los profesionales persiste la incertidumbre por la evolución de la tripledemia de bronquiolitis, COVID y gripe. “El pico de la gripe suele ser a partir de enero, pero este año no sabemos lo que va a pasar. Ahora está empezando a disminuir un poquito y todavía nos falta la fase de meseta, que supuestamente sería a partir de enero. Están pasando cosas muy raras”, comenta la pediatra.

La doctora señala que la bronquiolitis, provocada por el virus respiratorio sincitial, tiene “un periodo evolutivo muy típico”. El primer día empieza con síntomas catarrales de vías altas (estornudos, rinorrea con mocos transparentes), y en los días siguientes pasa a la parte bronquial, a las vías bajas, con sibilancias (pitos al respirar). “Durante los primeros 4-5 días puede haber un agravamiento del cuadro, de ahí la importancia de vigilarlo. A partir del quinto día, habitualmente comienza la mejoría”, destaca.

La densidad y color del moco puede denotar una sobreinfección. “La amoxicilina la damos cuando existe sospecha de sobreinfección bacteriana –explica–. Ha cedido la fiebre y ha reaparecido. Y vemos esos mocos más espesos. El antibiótico más habitual en estos casos es el más sencillo, la amoxicilina. Lo pedimos muchos pediatras porque hay muchos casos”, añade la especialista, en alusión a la reciente escasez en las farmacias de este medicamento. La gripe, añade, también puede producir complicaciones, como neumonía, que provocan ingresos de niños.

“La amoxicilina la damos cuando existe sospecha de sobreinfección bacteriana”

María José Domínguez - Jefa de Pediatría de Povisa

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En cuanto a la prevención de la bronquiolitis, recomienda que el lactante esté en ambientes libres de tabaco y evite los sitios cerrados para reducir las posibilidades de sobreinfección con otros gérmenes. También, eludir en lo posible las guarderías. “Con el COVID no podíamos llevar al niño a colegios o guarderías si tenía fiebre o el moco atravesado. Ahora los padres los siguen llevando; dicen que ‘total, es solo moco, lo normal’. La posibilidad de sobreinfección en los bebés es muy importante”, advierte Mª José Domínguez.

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La Agencia de Seguridad Sanitaria de Reino Unido ha confirmado seis muertes de niños por infección de estreptococo, durante las últimas tres semanas. Según las autoridades sanitarias, cinco de los menores fallecieron en Inglaterra, mientras que el sexto murió en Gales. Los casos de estreptococo han aumentado este año, particularmente entre menores de diez años, según recoge la radiotelevisión británica BBC.

Los estreptococos del grupo A son bacterias que suelen estar presentes en la garganta y sobre la piel. La mayoría de las infecciones por estas bacterias producen enfermedades relativamente leves, como el estreptococo de garganta y el impétigo.

Rara vez estos patógenos causan problemas graves. El último brote de infecciones se dio en el invierno de 2017, periodo en el que se confirmó la muerte de cuatro menores de diez años.

El director adjunto del órgano sanitario de Reino Unido, el doctor Colin Brown, ha pedido a los padres estar atentos de los síntomas que puedan manifestarse en sus hijos, y ha animado a acudir al médico “lo más rápido posible” para que los niños puedan ser tratados.

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