El cuadro “Muerte y vida” de Gustav Klimt (1862-1918), sobre el que dos activistas arrojaron un líquido negro en una protesta climática, no ha sufrido daños y ya se trabaja para reabrir la sala donde se expone en el Museo Leopold de Viena. Tras evaluar el estado del cuadro, el equipo de restauradores del museo ha confirmado que la pintura, protegida por un vidrio de seguridad de más de 200 kilos de peso, no ha resultado dañada. “Los restauradores estuvieron frente al cuadro cinco minutos después del incidente y podemos asegurar que el líquido solo ha salpicado el cristal y no ha dañado la pintura”, señaló el director del museo.