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COP27

Los países pobres insisten: "Las petroleras deben pagar por los desastres climáticos"

Gobernantes del sur global toman la palabra para pedir compensaciones por las pérdidas y daños de los desastres climáticos | Una coalición de islas en peligro de extinción reclama una comisión para "explorar la responsabilidad de ciertos estados"

Discurso de Ranil Wickremesinghe, presidente de Sri Lanka, ante la asamblea de Naciones Unidas. EFE

Tras un inicio grandilocuente, marcado por los discursos de diplomáticos y jefes de estado de todo el mundo sobre la "amenaza" de la crisis climática para el planeta, el debate de Sharm el-Sheikh empieza a encauzarse hacia una demanda muy concreta. Este martes, en el tercer día oficial de negociaciones de la cumbre del clima, los gobernantes de algunos de los países más pobres, que también destacan como las principales víctimas de los desastres climáticos, han tomado la palabra para reclamar, una vez más, que los grandes responsables de esta crisis financien las los estragos que la crisis climática está causando en el sur global.

El primer ministro de Antigua y Barbuda, Gaston Browe, ha pronunciado un discurso en nombre de los pequeños estados insulares que, hoy por hoy, corren el riesgo de desaparecer por el aumento del nivel del mar. "Las petroleras deben pagar por los desastres climáticos", ha destacado Browe retomando así la propuesta lanzada por el mismo secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, durante la inauguración de la cumbre. "Ya es hora de que las empresas responsables de la crisis climática paguen un impuesto para financiar las pérdidas y los daños que ocasionan", ha destacado el portavoz de las islas en riesgo de extinción tras recordar que, tan solo en la primera mitad de este año, "seis empresas de combustibles fósiles ganaron más dinero del necesario para cubrir el coste de los daños climáticos en los países en desarrollo".

"Es hora de que las empresas responsables de la crisis climática paguen un impuesto para financiar los daños que ocasionan"

Gaston Browe

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El eco de esta petición se ha trasladado, con diferentes matices, a diferentes discursos pronunciados este marte ante la asamblea general de Naciones Unidas. El presidente de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa, ha pedido a los países ricos que "honren sus compromisos" con las víctimas de la crisis climática. El presidente VenezuelaNicolás Maduro, ha pedido concretar "sin demoras ni artificios burocráticos" un mecanismo para financiar las pérdidas y daños climáticos en las zonas más desfavorecidas del planeta. El presidente de Sri Lanka, Ranil Wickremesinghe, ha denunciado el "doble rasero" de los gobiernos occidentales que "se han apresurado para desviar millones de dólares a la guerra, pero no para paliar los daños del cambio climático".

Gran parte de estas peticiones quedan, por ahora, en el aire a la espera de que las negociaciones oficiales de la cumbre logren forjar un pacto concreto para financiar los desastres climáticos en el sur global. Mientras, otra parte de estas demandas se han materializado en la conocida como 'agenda de adaptación de Sharm el-Sheikh', un plan presentado este martes para ayudar a las comunidades más pobres del mundo a resistir los impactos del calentamiento global.

La iniciativa, impulsada por la presidencia egipcia de la cumbre, establece una treintena de objetivos para alcanzar antes del 2030 entre los que se incluyen, por ejemplo, fomentar prácticas agrícolas más sostenibles y resilientes frente a los extremos climáticos. La iniciativa movilizará unos 300.000 millones de dólares anuales y, según lo anunciado este martes, despegará este mismo año.

"Línea roja"

Hace décadas que los países del sur global, considerados como unas de las principales víctimas de los extremos climáticos, reclaman compensaciones económicas por los estragos que sufren en su territorio. Pero este año, tras un periodo especialmente marcado por los extremos climáticos, han sido varios los gobernantes que han declarado que la firma de un acuerdo sobre pérdidas y daños será su "línea roja" para aprobar el pacto final de Sharm el-Shekih.

Según apuntan varios informes, el azote de un fenómeno meteorológico extremo puede suponer la pérdida de hasta el 2% del PIB para países del sur global. A esto hay que sumarle las pérdidas materiales y humanas que causa, por ejemplo, una tormenta, inundación o huracán en regiones sin recursos para levantar cabeza tras un evento así.

Propuestas sobre la mesa

Ya hay varias propuestas sobre la mesa para hacer frente a este debate. Guterres, por ejemplo, propuso la creación de un "pacto global de solidaridad climática" que incluya, entre otros, una promesa para reducir las emisiones antes de que acabe esta década, para reducir la explotación de combustibles fósiles y para ayudar a las economías emergentes a hacer frente a los retos de la crisis climática.

Este martes, una coalición de pequeños estados insulares gravemente amenazados por el aumento del nivel del mar ha reclamado a Naciones Unidas la creación de una comisión para "explorar la responsabilidad de ciertos estados por los daños causados por sus acciones climáticas y los incumplimientos de sus obligaciones". Tuvalu, por otro lado, ha pedido la adopción de un "tratado de no proliferación de combustibles fósiles" en reminiscencia al tratado firmado después de la segunda guerra mundial para evitar que el mundo se dirigiera hacia un futuro catastrófico. La misma filosofía sirve ahora para pedir medidas para evitar que la crisis climática se convierta en una catástrofe global. 

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