Acabemos con el COVID-19 como una amenaza de salud pública

Personas con mascarillas en Tokio, en marzo de este año. / KIM KYUNG-HOON
Jeffrey Lazarus*
La pandemia del COVID-19 no ha terminado.
Es posible que ahora los viajeros entren y salgan libremente del país y que las mascarillas ya no se usen, pero el virus sigue siendo una grave amenaza para la salud pública. Y, hasta que las autoridades españolas, desde las comunidades autónomas hasta la presidencia del Gobierno, no comuniquen y actúen de manera diferente de lo que dicen y hacen, nadie estará realmente a salvo.
Es por este motivo que, no solo como investigador de ISGlobal y residente del país, sino también como copresidente del Panel del Consenso de COVID-19 de Nature, insto encarecidamente a que nuestros líderes nacionales y regionales revisen e implementen las acciones y las recomendaciones acordadas por 386 expertos multidisciplinarios globales recientemente publicadas. Compuesto por un sólido conjunto de 41 declaraciones y 57 recomendaciones, casi todas unánimes, este estudio desgrana los aspectos políticos y las percepciones erróneas relacionados con la COVID-19 para dotar a aquellos que están en el poder con las herramientas adecuadas para poder ayudar a todas las poblaciones y comunidades, incluidas las más vulnerables.
Ya es hora de que el Gobierno español preste mayor atención a los expertos en salud. Esta no es la primera vez que abogamos por cambios importantes en la respuesta a la pandemia, empezando por las esferas más altas. En abril de 2021, publicamos un artículo en el European Journal of Public Health que emitió recomendaciones políticas concretas para mejorar la continuidad de los servicios de salud, el control de la enfermedad y la comunicación. Informamos que en ese momento la aprobación del público español sobre el manejo de la crisis sanitaria por parte del gobierno era baja. Sin embargo, poco se hizo.
Si lleváramos a cabo una evaluación exhaustiva de la preparación y la comunicación del gobierno frente a la COVID-19, ésta mostraría un patrón bastante consistente de omisiones y errores.
Sin duda, ha habido algunos logros. Las autoridades trabajaron arduamente para lograr una tasa de vacunación decente, de al menos el 70% de la población adulta para el verano de 2021. Es una buena cifra, comparada con los datos de otros países europeos y de otras regiones.
Pero, tal y como destacamos anteriormente en un artículo en Communications Medicine de Nature sobre el programa de vacunación contra el COVID-19 en España, las poblaciones más marginadas, como las personas migrantes, aquellas que no tienen hogar y algunas minorías étnicas, no se vieron tan beneficiadas por la campaña de vacunación como la población general. Del mismo modo, tampoco se benefician ahora del acceso a las dosis de refuerzo.
Sin embargo, esto puede cambiar.
Este invierno, cuando las infecciones y hospitalizaciones por COVID-19 vuelvan a aumentar, el gobierno español puede estar preparado. No tiene que haber otra crisis de salud que perpetúe la frustración y socave aún más la confianza pública.
Esperamos que los líderes españoles sigan los buenos consejos del Consenso sobre COVID-19 de Nature y adopten políticas transversales para toda la sociedad y desde todos los ámbitos y sectores del gobierno para acabar con la COVID-19 como un problema de salud pública en este país. No se deben dejar para mañana aquellas acciones que pueden marcar la diferencia hoy.
Fomentar y aprovechar la colaboración multidisciplinar. Priorizar las necesidades de la comunidad por encima de los deseos de cualquier persona o partido político. Implementar un programa de vacunas, test y protección personal que llegue a todos, desde los más vulnerables hasta los que más tienen.
Y no podemos detenernos ahí.
Hay que comunicar información avalada por fuentes locales confiables; usar palabras e imágenes que las personas reconozcan y a las que respondan favorablemente; y luchar contra la desinformación.
Tal vez entonces terminaremos con el COVID-19 como una amenaza para la salud pública y no dejaremos atrás a nadie más en este país.
Jeffrey V Lazarus es jefe del Grupo de Investigación de Sistemas de Salud del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal) y profesor asociado de la Universidad de Barcelona.
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